La doncella del verbo

Alejandro Soria Vallès le da una perspectiva distinta a la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, que muestra su verdadero rostro, el que pocas veces se revela con toda la magnificencia de su legado literario.

Por supuesto aborda la “Carta de Monterrey”, descubierta por el padre Aureliano Tapia Méndez, con novedosos aportes.
Israel Morales
Monterrey /

Si alguien puede hacer una apropiada narración de la vida de la Décima Musa es Alejandro Soria Vallès, quien le ha dedicado una docena de libros, y profundiza en “Sor Juana Inés de la Cruz. Doncella del verbo” (Jus) distintos aspectos que conforman una biografía que ha sido, como lo llama el autor, prediseñada o más parte de la creación literaria que lo que se podría considerar el verdadero rostro de la poetisa mexicana.

Alejandro Soria Vallès profundiza en la obra de Sor Juana Inés de la Cruz con documentos desconocidos para demostrar que su legado es tan vigente y con posibilidades de otras interpretaciones.

Soriano Vallès nutre el acervo sobre la vida y obra para encaminar a lecturas diversas sobre su papel como figura capital del Siglo de Oro, con los sustentos poéticos que parecen decir mucho y los manuscritos desconocidos que dan cuenta de novedosos aportes.

Todo es con la perspectiva que se le desee abordar. El autor se adentra en los terrenos amorosos de Sor Juana, lo que no se esconde en sus sonetos, un ejemplo es “Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,/ como en tu rostro y tus acciones vía/ que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba;/ y Amor, que mis intentos ayudaba,/ venció lo que imposible parecía:/ pues entre el llanto, que el dolor vertía, / el corazón deshecho destilaba” (pág. 79).

Así como en los escritos que rescatan la auténtica personalidad histórica de la Décima Musa. Y una muestra es cuando el biógrafo enfoca distintos aspectos que han dado registros recientes, por ejemplo sobre la llamada “Carta de Monterrey”, escrita por Sor Juana alrededor de 1681 y descubierta en la Biblioteca del Seminario Arquidiocesano de Monterrey en 1980 por el padre Aureliano Tapia Méndez. Esta carta está dirigida a su confesor Antonio Núñez de Miranda, en la que expone su postura sobre la represión intelectual y la censura impuesta en la Nueva España. Con base en nuevos estudios, Soria Vallès se va a otras aristas que se encauzan más a que no se coartaría su ejercicio de libertad poética, entre las posturas rígidas del virreinato, puesto que se carece de rastros sobre la nulidad de su escritura, pues sí hay producción literaria por parte de Sor Juana. Aporte de ensueño del Barroco, esta “Carta de Monterrey” se ha fusionado a su vida y documentación, lo que provoca debates ante el enorme legado escrito de Sor Juana.

Pero estos son apenas algunos de los nudos que se pueden desatar en esta obra dedicada a la Doncella del Verbo.

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