Experimentar con el movimiento es la pasión de Alex, una pasión que vive cada día como entrenador de Nike y como instructor en su propio estudio, donde fusiona el ballet con el ejercicio funcional. Sin embargo, su propósito va más allá de los resultados físicos; Alex aspira a guiar a otros hacia una relación saludable con el cuerpo, mientras escuchan sus propias necesidades y evitan las comparaciones.
Como persona de género fluido, Alex ha navegado un viaje de autodescubrimiento. Para él, el género fluido implica la libertad de reinventarse una y otra vez, experimentar y atreverse a ser diferentes versiones de sí mismo en un mundo que a menudo reduce las opciones a solo rosa o azul.
En esta entrevista exclusiva para M de Milenio, Alex comparte sus experiencias y reflexiona sobre el impacto de su identidad de género en su trayectoria profesional y personal.
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¿Cómo empezó la danza a formar parte de tu vida?
Desde pequeño ha sido parte de mí. Antes de dedicarme al ballet de manera profesional, practiqué diversos deportes, lo cual me permitió establecer una conexión con mi cuerpo, entender mis habilidades y hasta dónde puedo llegar si soy disciplinado y realizo las cosas con amor, siempre disfrutando del proceso.
¿Qué significa para ti unirte al equipo de Nike como entrenador local?
Esta oportunidad conlleva una gran responsabilidad y orgullo. Honestamente no lo veía venir, ya que mi objetivo principal en mi labor es que las personas conecten con sus cuerpos de manera respetuosa. Quiero mostrarles que todos somos diferentes y que siempre existe una forma de alcanzar los objetivos, sin hacer comparaciones y con paciencia. Lo más importante para mí es ayudar a otras personas a alcanzar sus metas a través del movimiento, y enseñarles mi visión de lo que significa cuidar del cuerpo por salud, en lugar de enfocarse únicamente en el aspecto físico o estético.
¿Para ti qué significa ser una persona de género fluido?
No soy fanático de las etiquetas, pero en nuestra sociedad nos vemos obligados a ponerle nombres a todo. Simplemente fluyo y trabajo en aceptar mis inseguridades. Ser de género fluido significa tener la libertad de reinventarme tantas veces como yo desee, experimentar y atreverme a ser diferentes versiones de mí. Desde que somos jóvenes, nos enseñan a elegir entre rosa y azul, cuando en realidad hay una amplia gama de colores entre los cuales podemos escoger.
¿Qué ha significado formar parte de la comunidad en tu entorno profesional?
Afortunadamente se me han presentado oportunidades simplemente por ser yo mismo, mostrándome transparente y honesto conmigo y con los demás. Creo que hay espacio para todos, no hay necesidad de sentir competencia o compararse con otros; eso sólo limita el potencial que podemos alcanzar. He tenido la suerte de conocer a personas maravillosas y aprender de ellas.
¿Cómo seguir creando espacios y acciones a través del deporte para reforzar la visibilidad de la comunidad LGBTQIA+?
Me parece esencial fomentar la práctica deportiva, enfocándonos en el bienestar. Es importante disfrutar de la actividad que se realiza y del proceso en sí. Es fundamental mostrar a personas reales y auténticas, demostrando un compromiso real con la visibilidad y creando un vínculo de empatía y respeto hacia la comunidad LGBTQIA+, sin utilizarlo como una mera estrategia de marketing.
¿Cómo es convivir con la heteronormatividad día a día?
Es importante entender que todos somos diferentes, pero igualmente valiosos. La clave está en normalizar y no presentar la diversidad como algo nuevo o diferente, ya que no merecemos un trato especial, sino respeto e igualdad de oportunidades. Mostrarte tal como eres, con orgullo, hace que las personas se interesen por conocerte en función de tu personalidad y no solo por tu apariencia física. Es importante permitir que te conozcan y se maravillen con tu calidad como ser humano.
¿Cuáles han sido los retos más grandes a los que te has enfrentado?
Es especialmente difícil cuando tu propia familia te juzga más que la sociedad en general. Otro desafío es idealizar la transición y las expectativas sobre cómo debemos ser según los estereotipos de género, cuando en realidad la diversidad existe en todos los aspectos de la vida. Lidiar con el proceso en sí mismo puede ser bastante difícil y duro, sobre todo cuando no se cuenta con apoyo. Sin embargo, enfrentar estos retos me ha hecho más fuerte y resiliente.
¿Qué recomendarías para ayudar a eliminar los estigmas?
Les recomendaría informarse y comprender que los tiempos han cambiado, que todos somos seres humanos con defectos y virtudes. Es importante seguir aprendiendo y cultivar nuestro conocimiento para no caer en la ignorancia que a menudo es la raíz de la discriminación. Además, brindar apoyo a las personas LGBTQIA+ y empatizar con los sectores de la comunidad que se ven afectados por la ignorancia y discriminación de la sociedad.
mrevistademilenio.com
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