Los músicos se preparaban. El sonido, que todavía no estaba en armonía, se hacía presente tan solo para ir perfeccionando cada uno de los instrumentos de la Orquesta Sinfónica de Minería.
“Afinemos”, daba la instrucción Alondra de la Parra, ataviada en un conjunto negro, mientras se instalaba frente a la orquesta y Chula The Clown (Gabriela Muñoz) iniciaba el acto al ritmo de Children’s Corner No. 5 'The Little Shepherd', de Debussy.
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La magia de The Silence of Sound comenzaba en Palacio de Bellas Artes. De la Parra describió este proyecto escénico “como pocos”. Así se vivió. La música se apoderaba del escenario, y poco a poco la directora y Chula The Clown dejaban entrar al público en su mundo, su mente, sus sensaciones y vivencias.
Foto: Octavio Hoyos
The Silence of Sound es un proyecto creado por Alondra de la Parra y Gabriela Muñoz hace poco más de seis de años, que inició por el sueño de crear una mezcla de música orquestal y artes escénicas.
El espectáculo se presentará en Guadalajara, en el Conjunto Santander, el 9 y 10 de septiembre, a las 20:30 horas; San Luis Potosí, en el Centro Cultural Universitario Bicentenario, el 13 de septiembre, a las 20:00 horas; y en Monterrey, en el Show Center, el 15 de septiembre, a las 21:00 horas.
Viento, luz, mar
Con apoyo audiovisual, la aventura se convierte en una introducción orquestal, un acercamiento al lenguaje del repertorio sinfónico, pero también una reflexión de la dualidad en el andar, porque dentro de los sonidos son importantes los silencios, para conocer la luz tiene que haber oscuridad. El silencio está representado por la clown, y el sonido por la directora.
“Yo quería crear una herramienta para que cualquier persona tuviera la manera de entrar a este mundo de fantasías, de historias, de posibilidades del idioma de la orquesta”, dijo De la Parra cuando presentó el proyecto.
Foto: Octavio Hoyos
Por instantes en Palacio de Bellas Artes sonaban los instrumentos de viento, luego era el turno de las cuerdas. El unísono de la orquesta era acompañado por imágenes proyectadas, donde hasta la agrupación actuaba cuando se requería: ¡vaya imagen cuando parecen salir luces de sus instrumentos o parece que la orquesta está bajo el mar!
Música e historia
El espectáculo narra la historia de una clown, cuya vida se transforma cuando descubre la belleza de la música y, tras años en silencio y soledad, despierta de su sueño. El viaje la lleva por momentos de claroscuros, acompañada por la orquesta, como es la vida.
El recorrido lleva por obras de Bartók, Stravinsky o Prokofiev, entre otros. Hay minutos en el que puede apreciarse más el violonchelo, que juega el papel de la dulzura, o el violín, que hace un llamado al desconcierto o lo inestable, acompañado por los gestos y movimientos de Chula The Clown.
Además del sonido, las luces y proyecciones, otros elementos apoyan el desarrollo de la historia. Por ejemplo, el público, pues son elegidas algunas personas para formar parte de la orquesta imaginaria de la clown.
Foto: Octavio Hoyos
En el último acto De la Parra se encuentra a Chula The Clown. Se toman de las manos, caminan hacia la orquesta, y la directora le muestra a la clown que solo tiene que dejarse llevar por los ritmos, por la provocación y la fuerza de la música. Tal vez la directora y la clown son una misma. Al público le toca descubrirlo.
Al final, Bellas Artes las aplaudió de pie.
hc