El escritor Álvaro Uribe (1953-2022) cumpliría 70 años el próximo 26 de mayo, pero antes, su viuda Tedi López Mills decidió recordarlo con el apoyo de la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
El poeta Fabio Morábito leyó un texto en el marco de este homenaje póstumo a Uribe en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
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“Durante un periodo de la pandemia, Álvaro, Jaime Moreno Villarreal y yo nos reunimos en línea una vez al mes para charlar de esto y de aquello. Álvaro, como sabemos todos los que lo conocimos, no necesitaba ningún estímulo especial para reunirse a conversar de lo que fuera, así que cuando le propuse esas citas mensuales aceptó sin pensarlo. Ignoro si me consideraba su amigote, pero estoy seguro de que en el aspecto literario nos unía una fuerte afinidad basada en el gusto, no porque tuviéramos los mismos gustos (la última vez que hablé con él se sorprendió de que yo apreciara a un escritor de nuestra generación que él no estimaba en lo absoluto) sino porque ambos creíamos en la importancia del gusto”.
La mesa, moderada por la periodista Verónica Flores, estuvo integrada por la ensayista, poeta y traductora Pura López Colomé; el poeta, narrador, ensayista y traductor Fabio Morábito; el ensayista, narrador y poeta Luis Miguel Aguilar y el editor, narrador, traductor y ensayista Geney Beltrán.
Público, amigos y familiares se dieron cita para recordar al escritor, quien murió de cáncer en 2022 y cuya batalla plasmó en una serie de diarios que se acaban de publicar bajo el nombre Tríptico del Cangrejo, en el que Uribe escribió lo que vio, sintió y escuchó en momentos de miedo y tristeza, pero también de alegría y amor.
Personaje inolvidable
Pura López Colomé dijo que se sentía con el doble privilegio de haber sido su amiga y ser todavía su lectora, así dio paso a un texto como regalo de cumpleaños titulado “Temor de Dios”. Mientras que Luis Miguel Aguilar no pudo contener las lágrimas al hacer una remembranza recordando el estilo del escritor y su lucha contra el cáncer.
Geney Beltrán comentó que su amistad con Uribe fue literaria, la de lector, la de crítico, pero había algo que los unía, y es que ambos compartían el signo zodiacal Géminis, y cuando se veían se divertían muchísimo, usualmente a expensas de alguien de signo Leo, que los escuchaba y se hartaba de sus chistes.
En su intervención, Morábito opinó que Tríptico del Cangrejo es uno de los libros más apasionantes que ha leído últimamente.
“Lo leí como una novela más que como un diario, y pienso que es de las mejores novelas de Álvaro, si no es que la mejor. No dudo que él hubiera deseado que se leyera así, culminando de este modo esa permanente aspiración de su estilo a hacer de los personajes de sus historias una totalidad completa, solo entendible dentro la lógica de la historia en la que se mueven. De un modo paradójico, justo ahí donde Álvaro renunció a priori a cualquier hechizo y consuelo de la invención novelística, para atenerse a la implacable crónica de la evolución de una enfermedad, consiguió catapultarse a sí mismo como un personaje inolvidable. Y esto solo puede deberse a que Álvaro hizo de su lucha contra el cáncer no solo una cuestión de sobrevivencia sino, precisamente, de gusto y de estilo”.
Su compañera de vida y viuda, Tedi López Mills, agradeció el espacio brindado al homenaje póstumo y la presencia de los asistentes.
El autor
Álvaro Uribe nació en Ciudad de México el 26 de mayo de 1953. Fue narrador y ensayista. Estudió la Licenciatura en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Recibió el Premio Punto de Partida 1976 en cuento por “Así es esto”; Premio de Narrativa Antonin Artaud 2003 por El taller del tiempo; Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska 2008 por Expediente del atentado; Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores en 2014 por Autorretrato de familia con perro.
Sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés y alemán. Fue profesor en la Pennsylvania State University; agregado cultural en la Embajada de México en Nicaragua; agregado y consejero cultural en la Embajada de México en Francia; fundador y coeditor de Altaforte (Francia); editor en el Conaculta de las colecciones Memorias Mexicanas, Práctica Mortal, Sello Bermejo, Torre Abolida y Vidas para Leerlas; y editor en la DGPFE de la UNAM.
Fue colaborador de Altaforte (Francia), Artes de México, Biblioteca de México, Casa del Tiempo, El Ángel, El Cuento, El Gallo Ilustrado, La Gaceta del FCE, Hueso Húmero (Perú), Imagen Latinoamericana, La Nación (Costa Rica), La Palabra y El Hombre, Los Libros Tienen la Palabra, Los Universitarios, Nexos, Nuevo Amanecer Cultural (Nicaragua), Park (Alemania), Phréatique (Francia), Punto de Partida y Vuelta, fue también becario del Inbal en Narrativa, periodo 1974-1975, y miembro del SNCA como creador artístico de 1999 a 2005.
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