Autora de un libro cada año desde 1992, cuando se inaugura con Higiene del asesino, la escritora belga Amélie Nothomb (Kobe, 1967) dice que le viene bien ser narradora porque “la novela es el género plebeyo de la literatura”, se define como “la mejor bebedora de champaña de todos los tiempos” y se declara fan del metal, por lo que anticipa que sonará una rola de la banda progresiva estadunidense Tool cuando la entierren.
Su novedad este año en español es Primera sangre (Anagrama, 2023), que en francés ha lanzado su sello de cabecera, Albin Michel, al que ha sido fiel por ser el primero que la publicó. Es la historia de un hombre frente al pelotón de fusilamiento en el Congo que evoca su infancia en la Bélgica urbana, con escapes veraniegos a la zona rural, donde se encuentra con unos extraños parientes que en algo forjarán su carácter cuando termina de adulto como diplomático. Es ni más ni menos que el padre de la autora.
En entrevista con MILENIO a días del lanzamiento de su nuevo título en México, el próximo 27 de febrero, Nothomb comparte que escribe cuatro horas a diario con su pluma Bic de tinta azul en un cuaderno escolar, a partir de las cuatro de la mañana después de medio litro de té negro, y dice que a la inspiración le favorece esta ejercitación cotidiana del músculo.
Como escritora de ficción, ¿qué opina de la non fiction y de la “autoficción”? Porque hay libros como 'El sabotaje amoroso' o 'Antichrista' que uno puede pensar que son autobiográficos…
Muchos de mis libros son autobiográficos, en efecto. Pero eso no me obsesiona ni la categoría de ellos tiene importancia. Yo escribo como viene la historia.
Ha vivido en muchos países y se nota en cada libro, pero, ¿cómo escoge los nombres de sus personajes? Un escritor mexicano, Juan Rulfo, visitaba los cementerios…
A los 13 años leí por completo el diccionario Larousse 1900 y ahí conseguí nombres fabulosos.
Ha escrito mucha novela, pero también teatro, como 'Los combustibles', que es mi obra favorita. ¿Cree que la novela es el género rey de la literatura?
No, yo considero que el género rey de la literatura es la poesía, que sin embargo es muy aristocrática para mí. La novela me conviene, porque es el género plebeyo.
Ahora el mundo atraviesa una época sombría, pero ha habido otras, como los tiempos del Congo cuando su padre trabajaba salvando vidas de rehenes, y usted ha vuelto allá con una gran historia, 'Primera sangre'. ¡Su padre quería ser portero de futbol y acabó siendo un héroe!
Sí, nuestra época no es más sombría que otras. Pero es suficiente con ser un héroe, como mi padre.
Borges y Carpentier pudieron elegir la lengua en la que iban a escribir y creo que fue el mismo caso con usted. ¿Por qué ha elegido el francés y no el japonés?
Bueno, yo hablaba muy bien el japonés, pero jamás pude escribirlo…
***
Nothomb ha publicado 30 novelas (roman) y obras de teatro desde 1992, además de piezas narrativas cortas (nouvelle) y cuentos. Ha recibido importantes premios para la lengua francesa, como el René Fallet, el Alain-Fournier, el Chardonne, el Flore, el Jean Giono y apenas en 2021 el Renaudot, precisamente por Primera sangre, además de ser miembro de la Real Academia de la Lengua y Literatura Francesas de Bélgica desde 2015.
En Pétronille, una novela publicada por Anagrama en 2016, la propia Amélie en su papel de celebridad literaria es un personaje que pone sobre la mesa frivolidades y excesos del mundo de la presentación de libros y se confiesa sobre sus pensamientos a la hora de sentarse a firmar títulos para los lectores. Pero, sobre todo, sobre su afición a la champaña.
Su personaje Amélie Nothomb hizo un homenaje al vino y a la champaña, a la manera de Baudelaire o de Omar Jayam, con la historia de la misteriosa 'Pétronille'. ¿Ya encontró un socio ideal para embriagarse?
Encontré el socio perfecto para beber champaña cuando me convertí en la mejor bebedora de champaña de todos los tiempos.
El mismo personaje habló de un fenómeno que toma el control de la escritora, quizá sea usted, durante cuatro horas todos los días, y creo que no es otra cosa que la musa o la inspiración, ¿no es así? ¿Cuáles son sus principales fuentes de creación: estudio, lecturas, memorias...?
Todo, absolutamente todo puede servirme de fuente de inspiración. Sí, escribo a diario cuatro horas sin excepción, porque es indispensable mantener el músculo. Todo le sirve a la inspiración cuando tiene músculos ejercitados.
¿Cómo es concretamente su labor de escritura?
Me despierto a más tardar a las cuatro de la mañana, me tomo de inmediato medio litro de té negro de un jalón y comienzo a escribir con un bolígrafo Bic azul en un cuaderno escolar, sea en la cocina, tiritando, mal vestida o acalorada.
Vargas Llosa dice que el humor es el principal reto del novelista. Sin embargo, siempre hay momentos de escarnio e incluso cómicos en las novelas de usted. ¿Cómo encontró la fórmula?
Es suficiente con estar a la distancia ideal respecto a aquello sobre lo que se escribe: ni tan cerca ni tan lejos. Con eso.
Su obra tiene un reconocimiento mundial. ¿Lee usted los artículos que le dedican a su obra? ¿Lee las entrevistas que le hacen?
Un poco. Pero en este momento leo otra cosa, se llama Ci-gît l’amer, de Cynthia Fleury. Brillante. (Nothomb se refiere al libro Aquí yace lo amargo: sanar el resentimiento, de la filósofa y psicoanalista francesa).
¿Está usted al corriente de lo que se publica ahora, sobre todo de lo que producen los jóvenes?
Sí, leo mucho a las nuevas generaciones, en las que hay talentos grandiosos como Stéphanie Hochet, Adélaïde Bon y Tom Connan, entre otros.
***
Narradora casi de tiempo completo, Nothomb se ha dado momentos para el teatro. Su primera obra, Los combustibles, de 1994, cuenta la historia de un profesor de literatura, uno de sus pupilos y la compañera del chico atrapados todos en un edificio en medio de una guerra caracterizada por no pocos bombardeos y un inclemente clima invernal. El maestro comienza a quemar sus pertenencias para sobrevivir al frío, pero llegará el momento en que no queda nada más que libros y ellos debatirán, a veces con los argumentos más delirantes, sobre los títulos a salvar de la hoguera.
A propósito de 'Los combustibles', ¿cuáles son los libros que usted salvaría del fuego?
El Quijote (Cervantes, español), Rojo y negro (Stendhal, francés), El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde, irlandés), El pabellón de oro (Yukio Mishima, japonés) y Memorias de Adriano (Marguerite Yourcenar, franco-belga), entre otros.
¿Quién es su autor francés favorito y quién su candidato para el Premio Nobel?
Mi escritora francesa favorita es Stéphanie Hochet y mi candidato al Premio Nobel es Emmanuel Carrère.
Hay una idea sobre Amélie Nothomb como una celebridad muy próxima a la nobleza, baronesa de hecho, y por eso quisiera saber qué música escucha. ¿Clásica, rock, pop? ¿Tiene una banda favorita?
Me gusta el metal y sobre todo la banda Tool. Cuando me entierren se tocará la rola Lateralus de ellos.
***
Concluida la entrevista, concretada en francés por correo electrónico gracias a Anagrama, el reportero envía un mensaje final a la escritora, entre bromas y veras:
Sé que usted se burla de los periodistas en la novela 'Higiene del asesino' por la calidad de sus preguntas a un Premio Nobel, que por cierto se parece mucho a Camilo José Cela en cuanto a su mal carácter y rudeza. Así que le ruego sea indulgente con un servidor… Muchas gracias por la entrevista.
No es necesaria la indulgencia. Usted lo ha hecho muy bien…
“Me despierto a las cuatro de la mañana, me tomo medio litro de té negro y comienzo a escribir con un bolígrafo Bic azul en un cuaderno”.
Pronto, la nueva obra en librerías
Editorial Anagrama lanzará el próximo 27 de febrero la novela Primera sangre, de Amélie Nothomb, en su colección Panorama de narrativas y traducida al español por Sergio Pàmies, en lo que constituye una breve reconstrucción de la vida del padre de la autora justo cuando enfrenta un pelotón de fusilamiento en el Congo.
hc