Lo que hace a los lugares son las personas que los habitan. Vecinos de los más añejos de Analco comentan que siempre ha habido dos ideas del barrio que aparentemente se contraponen. Martha Méndez, dice que según lo que ha leído de la historia de su barrio y lo que le ha tocado ver Analco, se trata de un barrio que siempre proveyó de muchos servicios a Guadalajara. Por otro lado Carlos Ramírez comenta que siempre tuvo que lidiar con el mote "de ser de la calzada pa'llá. Una especie de estigma para referirse a un área de la ciudad en el que proliferan prostíbulos, rincones propicios para actos ilícitos, además de focos de pobreza. Una situación a la que hay que agregarle el abandono que ha sufrido la zona, a raíz de que surgió una Central de Autobuses nueva en Tlaquepaque y de las explosiones del fatídico 22 de abril de 1992. ¿Qué quedó del Analco de ayer?
"Los indígenas se dedicaban a la agricultura, a la ganadería, la artesanía y algunas de esas situaciones prevalecen hasta hoy. Hay excelentes mecánicos, torneros, orfebres, algunos oficios aunque no son muy comunes los tenemos. Zapateros, carpinteros, constructores de calandrias. Prevalece un taller de labrado en fragua que tiene como unos 80 años y que dirige José Antonio Sandoval. Talleres de tornos, panaderías de gran tradición como la panadería Don Chava que en cuaresma su producción de empanadas se cuenta por miles. Menuderías como Mary y hermanos, talleres de mecánica de hasta tercera generación. Está también la paletería con más de 60 años de tradición que se llamaba Helados Guelo y ahora ha cambiado a John Rambo.
En esta vía de la gastronomía puede llegarse a muchos negocios tradicionales preguntando. Las nieves de garrafa del Jardín de San José de Analco, es un ejemplo. Hay una lechería de leche bronca que todavía funciona, la leche se vende en bolsas. La cocina del barrio puede encontrarse en los mercados Rizo y Ayuntamiento, éste último más antiguo y dedicado a comercializar elote más que otros productos. Méndez recuerda aún la fuente central que lo adornaba y que ya no existe. "Las bodegas del mercado han sido manejadas por varias generaciones, es el modo de vida de cientos de familias que viven de comercializar el elote. En José Luis Verdía entre Guadalupe Victoria y Constitución hay un negocio de hot-dogs, con pan de tipo artesanal. Desde hace 43 años venden en el pasillo de su casa sin horario fijo, desde la mañana hasta que se les acaba el pan.
Los cines que desaparecieron
Además de la ya mencionada Arena Coliseo, Analco tuvo alguna vez su Cine Diana "Di-Analco", Menciona Méndez. "Estaba en la parroquia de San José de Analco. "Había funciones sábado y domingo para la chiquillada. Dejó de funcionar en los sesenta. Había otro cine que no me toco conocer, le llamaban Zelayarán, un cine de grandes dimensiones por la calle 28 de enero. Dejó de funcionar en los cincuenta y en ese terreno construyeron los departamentos que hoy se ven. El Cine Río estaba por la calle Amapola y Bugambilia, aunque está más bien del lado del barrio de las Conchas, mucha gente del barrio iba ahí. Pasaban películas de lucha libre. Dejó de funcionar a principios de los 70".
El abandono que llegó para quedarse
"Cuando dejó de ser la central camionera la economía se vio afectada. Había casa de huéspedes y grandes hoteles. El Hotel Praga que está en 28 de enero que ahora está transformado en situaciones de otra índole, fue en su momento el más elegante en donde se hospedaban actores y actrices de cine que visitaban Guadalajara. Todos los hoteles que había alrededor de la Central de Autobuses eran familiares. Había restaurantes, pequeños comercios y se vendía mucho el tradicional birote de la central. De haber 15 o 20 puestos hoy hay contaditos que siguen con esta tradición".
El barrio no ha terminado de reponerse de las explosiones del 22 de abril. Tanto Ramírez como Méndez la desolación que reinó en algunas calles del incidente y el abandono, llegaron para no irse del todo. Ramírez dice: Ahí está, este baldío de casi llegando en la Calzada, (refiriéndose a uno de tantos que existen en la calle Constitución, cerca de su casa). "No queda nada. Muchos decidieron cambiarse a otro sitio de la Ciudad". Lo de las explosiones yo iba iniciar apenas actividad en el consultorio, cuando oí el estruendo que hizo que me cayera. Me devolví a casa, eran unas cuantas cuadras, y solo se veía una polvareda que no dejaba ver nada. Al acercarme a la puerta de la casa estaba mi esposa con los nietos todos llorando, afortunadamente no nos sucedió nada. Uno debe agradecer que no quedó debajo de la tierra, como sí pasó con mucha gente: Camiones enteros, motocicletas"... rememora .
"La paletería, se llamaba Congelados Guelo ya cuando la teníamos mi madre y yo Helados Guelo y le cambié a John Rambo ya cuando me quede solo con el negocio. Así me dicen, jugué futbol hasta los 27 años y llevo 20 en el fisiculturismo. Por más de 15 años he representado a Cristo en el Via Crucis del Barrio. Para mí siempre ha sido muy agradable vivir aquí. Una de las cosas más lamentables fue ver cómo se fue la gente a partir de las explosiones del 22 de abril: Parecía un pueblo fantasma... comenta Carlos Jiménez Loza, alias John Rambo y añade... "luego todo volvió a ser normal".
Vecinos destacados
Martha Méndez y Carlos Ramírez coinciden en que al ser Analco uno de los barrios más antiguos, hacer una lista de los vecinos destacados sería amplísima. Tendría que incluir a Ignacio López Tarso, quien participó en los grupos de teatro de las parroquias de San José y San Sebastián.
De Analco son Paz y Esperanza Aguila, Las hermanas Águila, la familia Gallo Lozano, que se destacaron como médicos y abogados, los cantantes Becerra: Flavio y Salvador. El rockero Toncho Pilatos. Entre los toreros está El Conde, los Brizio, entre los luchadores Los Gemelos Diablo, Kiko Van Dyck, rememora Méndez quien asegura que vive en la casa que construyó dicho luchador.
También de Analco eran los luchadores El Gran Cherokee y El Pulpo. El propio médico entrevistado, Carlos Ramírez, además de Gumersindo Salas, Irene Robledo García, Leaño y las familias Álvarez del Castillo, García de Quevedo, Corcuera y Martínez Negrete, Orozco.
Al hablar de Analco debe hablarse de la familia de joyeros Peregrina de los talleres de artistas como Cornelio García y José Luis Malo, de Guillermo Avizaki, de centros culturales como Al otro lado del Río ubicado en Constitución y de Nichiboku Instituto de Intercambio México Japonés y Guadalupe Victoria 131.
SRN