El traductor Andrés Gutiérrez Villavicencio (México, 1982) es un apasionado del escritor Edgar Allan Poe y decidió embarcarse en un proyecto ambicioso que inicia con una recopilación de sus mejores cuentos de terror, y sus planes incluyen la creación de un videojuego y una película.
“Amo a Edgar Allan Poe, fue de los primeros escritores que leí de niño y recuerdo que me daba mucho miedo. Lo que quiero es transmitir ese miedo a otros lectores pero sentía que faltaba una inmersión mayor en su obra, sentirlo en carne propia y quería hacerlo más vivencial. Todo inició hace tres años, primero con la traducción”, dijo el editor a MILENIO.
En un inicio, Los demonios del alma. Cuentos de terror de Edgar Allan Poe (Virtual Edén) se planeó para que fuera al mismo tiempo una experiencia virtual “donde el lector, con su celular, pudiera ir caminando dentro de un desarrollo virtual de la casa de Edgar Allan Poe mientras escucha los cuentos, los ruidos, sonidos de cuervos y demás. Pero el proyecto se fue haciendo cada vez más grande hasta que decidimos independizarlo y comenzar a trabajar también en hacer un videojuego, fueron crecieron a la par”.
La recopilación es un esfuerzo independiente de Gutiérrez Villavicencio, quien realizó una traducción apegada a la obra original.
“Decidí que el libro fuera profundamente ilustrado, precisamente para provocar ese miedo, una sensación más cercana a la atmósfera que yo siento que debe generar Poe. Muchos ilustradores, pienso que tienen un enfoque más caricaturesco, aunque son muy buenos”, comentó.
Políticamente incorrecto
Gutiérrez Villavicencio quería darle a los cuentos una atmósfera más oscura y realista, por eso creó un sello editorial.
“Fue para publicar los textos de Allan Poe y también para trabajar mis textos, como Venganzas, que es un libro de cuentos, y otro de ciencia ficción llamado Dios a la Tierra. Pienso que los proyectos tienen exigencias que quizá ninguna editorial sacaría porque no son comercialmente viables, son más como de culto o de nicho”.
Para Los demonios del alma, el traductor se enfrentó a muchas trabas de editoriales con observaciones como “no metas esos detalles” o “quítale tal cosa que no es políticamente correcta”.
“Así le quitan la parte realmente interesante. Creo que la literatura debe estar por encima de esas manifestaciones del bien, del mal o lo políticamente correcto. Al autoeditarme, yo no lo voy a censurar, lo voy a sacar como lo imaginé; no es sencillo pero hasta ahora vamos bien”.
En los textos de Edgar Allan Poe abundan la venganza, la culpa, las enfermedades consuntivas, el incesto, el entierro prematuro, la muerte y la reanimación de cadáveres. Su obra es de dominio público y cualquier persona puede tomar los originales y traducirlos.
“Hay una responsabilidad al hacerlo porque es un clásico de la literatura, es un precursor del cuento moderno, hay que tratarlo con respeto y existen muchas traducciones de Edgar Allan Poe, pero de pronto hay gente que se toma muchas libertades por hacerlas rápido”.
Aprendiendo de los grandes
Gutiérrez Villavicencio explicó que para su libro quería hacer una traducción lo más acuciosa posible.
“Creo que he realizado la traducción más lenta de la historia de la literatura. Lo hacía a velocidad de media cuartilla al día, iba revisando frase por frase, palabra por palabra, pensando siempre en lo que quería transmitir Edgar Allan Poe y revisé como 10 traducciones más para ver cómo lo habían interpretado”.
El editor cuenta que Julio Cortázar, cuando trabajó con la obra de Poe, llegaba a traducir hasta 10 cuartillas por día.
“Cortázar hizo una excelente traducción, pero yo tengo una ventaja que él no tuvo, cuento con su traducción y eso me ha permitido aprender de los grandes. Cortázar se había apoyado mucho en la traducción que hizo Baudelaire al francés porque había tenido un orden muchísimo más latino, más cercano al español que facilita el trabajo del acomodo de las frases, y a partir de ahí uno va aprendiendo mañas para traducir mejor”.
Para la antología, el autor eligió que todos los cuentos fueran de terror y que se desarrollaran dentro de una casa o que este elemento tuviera un papel primordial en la obra.
“Para la experiencia virtual queremos construir una casa y que todos los cuentos puedan leerse o escucharse en los espacios que se desarrollan. Es un juego ambicioso, llevamos casi tres años trabajando. La idea es ir creando un universo alrededor de Edgar Allan Poe, por eso hay un libro, pero también una obra de teatro, para que haya un acercamiento desde muchos lados a uno de los grandes escritores de terror”, explicó.
El editor espera lanzar pronto audiocuentos de Poe y, tal vez, hasta una película al estilo de Resident Evil.
El primer tiraje de Los demonios del alma. Cuentos de terror de Edgar Allan Poe es de 2 mil ejemplares, las ilustraciones del libro son de Diana Trumart y Noggami y se puede adquirir en la página de la editorial.
caov