No han transcurrido muchos meses de que León Plascencia Ñol lanzara la novela La música del fin del mundo; ahora, está inmerso en la promoción de su poemario Animales extranjeros, dos formas de su escritura que, si bien aparecieron en tiempo de pandemia, en realidad no tienen nada que ver.
“Es un libro que se escribió en distintos años, podría pensar que son varios cuadernillos juntos: son poemas de circunstancia algunos de ellos, no lo pensé como un libro unitario, salieron los poemas a lo largo de varios años, lo habré empezado hacia 2014 y el punto final fue en el 2019”, cuenta el escritor jalisciense, un convencido de que aún es necesario dejar descansar mucho más el tiempo que vivimos, los efectos literarios de la pandemia, para saber cómo va a entrar este mundo a nuestros ojos y cómo lo vamos a regresar.
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“El año pasado, a principios de marzo, terminé de escribir un libro sobre un músico de jazz, que para mí es muy importante y no he vuelto a escribir más, no puedo hacerlo. Lo que he hecho este año ha sido leer un poco, leer de manera muy dispersa, ver muchas series, pintar —acabo de terminar una serie de dibujos— pero no he podido escribir, porque no sé cómo enfrentarme a esta realidad con la escritura”.
Animales extranjeros (Ediciones Era/Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, 2021), es un diálogo constante con el pasado, con la reconstrucción del pasado, pero no de una manera nostálgica, sino de una manera a veces crítica, a veces contemplativa o meditativa, un poco con la idea de aprovechar los elementos que ofrece la poesía para contar la realidad.
León Plascencia Ñol es narrador, poeta, fotógrafo, editor, artista plástico y, en todas estas disciplinas, hay una mirada permanente de diálogo no sólo con la realidad, sino con la memoria: voltear al pasado como una manera de centrar bien los ojos en lo que sucede en la actualidad, de forma crítica.
“Con el paso de los años me siento muy cómodo con lo que he decidido ser: un artista multidisciplinario, que puede escribir prosa, verso, tomar fotografías e intervenirlas, o puede pintar. No veo una diferencia. Los elementos son distintos, pero no hay una diferenciación en mí”.
Uno de los temas que más interesa en la escritura es el tema del fantasma, pero no del fantasma como lo conocemos, con las historias de terror, sino como este recuerdo que está ahí, presente, y vuelve constantemente. Es un fantasma que está al lado, no daña. Finalmente, “los recuerdos son como estos fantasmas, esta cosa nebulosa que va y viene”, dice el escritor jalisciense.
“Todos los libros que hacemos los escritores siempre tratamos de que deje huella, pero creo que siempre se fracasa y en el fracaso es donde está el gran trabajo. Intento escribir libros que perduren, pero me doy cuenta que no se cumple y en el siguiente hay que volver a intentarlo, aunque se fracase”.
Con Animales extranjeros, León Plascencia Ñol resultó ganador del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2019, otorgado por el gobierno de Chiapas.
PCL