Anne-Marie McDermott (Estados Unidos, 1963) cree que no existe perfección en el arte, sin embargo, además de ser solista en dos funciones del Concierto para piano 1 de Beethoven con la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), grabará con ésta en un día los cinco conciertos del compositor para este instrumento.
“Será épico”, dice la artista, ansiosa de volver a México y a la sala Nezahualcóyotl para presentarse el sábado 12 y el domingo 13 de agosto con la OSM bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, en un programa que incluye la obertura de El rapto del serrallo, de Mozart, y la Sinfonía 2, de Brahms.
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El lunes 14, en el mismo escenario, la pianista grabará con la orquesta universitaria la serie de cinco conciertos para piano compuestos por Beethoven, un proyecto que iba a realizarse en 2020 pero que fue pospuesto debido a la pandemia, que obligó al impasse cultural.
“Los cinco conciertos para piano de Beethoven son obras maestras que, con esta sobresaliente orquesta y uno de los grandes directores del planeta, será una combinación muy poderosa, nos unimos por Beethoven para que (la grabación) sea un éxito. Es música muy poderosa y dramática”, dice McDermott, quien ya ha grabado ciclos completos de obras de Bach, Chopin, Gershwin y Prokofiev.
Se siente honrada
Como angloparlante, la gran pianista no puede pronunciar bien el nombre del poeta y tlatoani texcocano, pero considera a la Nezahualcóyotl una sala de conciertos espectacular, ideal para la grabación, la primera en su carrera con las cinco obras del genio de Bonn, entre ellas el majestuoso "Emperador".
“No puedo decir lo honrada que me siento de finalmente grabar estas obras asombrosas con Carlos Miguel Prieto, es una colaboración soñada, no podía ser mejor para mí con él y la OSM. Será épico. Tengo mucha experiencia en grabación de conciertos, pero una ventaja es que sábado y domingo tocaré el Concierto 1 en público, no me gusta grabar si no está ligado a un concierto en vivo. Algo mágico ocurre para mí en los conciertos en vivo, y me gusta capturar esa magia y espontaneidad ”, agrega.
“Es perfecto tocar dos veces el fin de semana, y después tendremos muchas horas el lunes 14 en la sala para grabar en un contexto relajado. Será un día muy intenso, sin duda. Grabar para mí es el trabajo más duro porque quieres hacer las cosas perfectas, lo que sea que signifique perfecto, lo más perfecto posible, pero capturando la alegría y la espontaneidad.
“La perfección en el arte no existe, pero siempre estoy aspirando a ella. Y si hay un músico en este planeta con quien puedo hacerlo es Carlos Miguel Prieto; es tan electrizante, es mágico, poderoso, no podría tener un mejor compañero en este proyecto que él”, expresó la pianista, quien ha sido jurado en el Van Cliburn International Piano Competition.
Todavía no se sabe con qué sello quedará la grabación, aunque su disquera es Bridge Records en Estados Unidos.
En entrevista vía telefónica, desde Nueva York, McDermott refiere que nunca había hecho una grabación igual, pero que si alguien la puede llevar a buen término es Prieto, su amigo, quien la ha traído a México desde 2017 para tocar como solista con la OSM y con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) en al menos cuatro ocasiones, aunque también han compartido escenario en Estados Unidos.
“En junio tocamos juntos en San Diego y lo hacemos con frecuencia con la Filarmónica de Lousiana, (donde Prieto fue director artístico), también en Alabama. Tenemos larga historia juntos y ahora también tengo una larga historia con la Orquesta Sinfónica de Minería”, refiere la pianista de azulísimos ojos gigantes, que contagia su alegría con cada carcajada que suelta durante la conversación.
Sin miedo
Y si la sorpresa sobre la grabación “épica” de Beethoven no fuera suficiente, McDermott adelanta que en junio de 2024 Prieto y la OSM van a abrir con tres conciertos el Bravo! Vail Music Festival en Vail, Colorado, en el que ella es directora artística desde 2011. “¡Es increíble!”, dice la artista neoyorquina.
McDermontt, que toca el piano desde los 9 años de edad y debutó en el Carnegie Hall a los 12, comenta que una ventaja de la infancia es que no se tiene miedo nada, todo se hace como diversión. Dice que como adulta tampoco teme a los retos porque está completamente enamorada de lo que hace.
“Amo subir al escenario y tocar en vivo conciertos. A medida de que tu carrera progresa, el miedo es la palabra equivocada. Creo y espero que mis propias expectativas sean siempre seguir creciendo y mejorando, porque como músico nunca dices después de tocar que es la mejor interpretación jamás hecha, sino que es un descubrimiento y aprendizaje permanente. Por eso grabar es tan desafiante, porque quieres ser perfecto, pero la perfección no existe en el arte. Reitero, nada es perfecto, eso es subjetivo, así que nunca es mi miedo sino mi reto y descubrir más y más en la música que interpreto”, concluye.