Algunos sitios turísticos promocionan el 26 de julio como el inicio de otro año en el calendario maya e incluso invitan a realizar rituales para llenarse de energías. Sin embargo, especialistas en la cultura maya critican estas prácticas, pues aseguran que no tienen sustento. Pero, ¿de dónde viene la idea de que en esta fecha inicia otro el año?
Un gringo estafador
A mediados del siglo XX, el antropólogo estadunidense José Argüelles
propuso una manera de interpretar los códices mayas que se ha popularizado bastante en años recientes.
De acuerdo con su teoría, el calendario maya (Tun Uc) se dividía en 13 ciclos lunares de 28 días cada uno, lo que daba un total de 364 días. Además, tenían un Día fuera de tiempo, el 25 de julio, con lo que se completaban los 365 días.
Según esta versión, los años en la cultura maya iniciaban lo que en nuestro calendario gregoriano sería el 26 de julio, el día en que sale la estrella Sirio. A cada ciclo correspondería una energía espiritual. El próximo 26 de julio empezaría el Mago Magnético Blanco.
Con el paso de los años, otros especialistas han criticado las investigaciones de Argüelles, pues sostienen que se trata de un fraude basado en meras especulaciones. Tal es el caso del doctor Octavio Esparza Olguín, del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.
No hay uno, sino varios calendarios
Si bien es cierto que los mayas dividían sus años en 365 días, Esparza explica que hay bastante inexactitud respecto a los demás puntos.
"No hay un sólo calendario maya, sino varios que combinaban y utilizaban con distintos fines", explica el arqueólogo en entrevista para M2.
De acuerdo con el egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, esta cultura prehispánica tenía maneras complejas de medir el tiempo que incluso se siguen estudiando, pues hay calendarios cuya finalidad aún se desconoce.
Los mayas utilizaron sus conocimientos en astronomía y matemáticas para desarrollar sus distintos calendarios, que medían el tiempo de distinta manera y eran usados para propósitos prácticos distintos. Estos son algunos de los que se han estudiado
- El Haab: Es un calendario de 365 días que, al contrario al que propone Argüelles, se basa en el ciclo solar. Está compuesto por 18 meses de 20 días cada uno, (conocidos como uinal), más un mes de 5 días (wayeb). Esparza explica que era utilizado para medir las estaciones del año y era vital para la sobrevivencia, pues de éste dependía saber cuándo cosechar.
- El Tzolk'in: Era el calendario sagrado y, de acuerdo con el antropólogo de la UNAM, tenía fines adivinatorios. Era un calendario que combina 20 días con 13 números, que suman 260 días. Esto concuerda con los nueve ciclos de la Luna y el periodo de gestación de los humanos.
- La Rueda Calendárica: Es el entretejido de los dos calendarios anteriores. De esta manera, los nombres de cualquier día se medían en fechas en Tzolk'kin y en Haab. Esta rueda se repite cada 52 años. Por eso consideraban que la sabiduría en las personas llegaba al cumplir esta edad.
- Calendario Cuenta Larga: Era utilizado para medir grandes periodos, como lo hacemos con el calendario gregoriano con los siglos y milenios. De esta manera medían eventos míticos e históricos en orden cronológico. Contaba con cinco ciclos de tiempo.
El 26 de julio: un mito
A Octavio Esparza le sorprende la idea de considerar el 25 de julio como el Día fuera de tiempo, pues no hay documentación de esto en ninguna investigación arqueológica seria.
"Sí, puede ser que algunos lugares lo promocionen para obtener dinero. Sobre esto se hacen muchos mitos, como cuando decían que los mayas aseguraban que el mundo se acabaría en 2012".
Asimismo, la idea de que el año maya empieza el 26 de julio también le parece extraña. El calendario gregoriano tiene un año bisiesto cada cuatro, por lo que no puede haber compatibilidad con los tiempos de los mayas. "Habría un desfase tremendo", explica el antropólogo.
"Puede que la fecha se deba al Fray Diego de Landa, pues dijo que el año maya empezaría el 16 de julio. Y con la instauración del calendario gregoriano en sustitución del juliano había un desface de 10 días", menciona.
Lo cierto es que aun hoy en día se desconoce bastante de la compleja noción del tiempo de la cultura maya. "Hay algunos especialistas que incluso creen que los calendarios ya están suficientemente estudiados. Al principio fueron los números y los calendarios lo que se descifró de los códices maya, por eso piensan que ya es una investigación cerrada. Pero hay muchos calendarios que aún no sabemos para qué los utilizaban", concluye.
Con información del sitio Viviendo el tiempo maya. Sol, maíz y el calendario, del Museo Nacional Indígena Americano en colaboración con el INAH.
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