Antiguo dios Hermes renace en el Vaticano y sin censura

Luego de una segunda restauración definitiva, una de las estatuas perfectas de la antigüedad puede admirarse en el Patio Vaticano del Belvedere.

Notimex
Ciudad del vaticano /

Tras varios años de segunda y minuciosa restauración, los Museos Vaticanos rescataron la entereza de la magnífica escultura del dios de la antigüedad Hermes, una de las estatuas más célebres de la colección de los Papas.

La imagen desnuda es representación del dios mensajero por excelencia, que entre sus tareas, tenía la de acompañar a las almas de los muertos hacia el más allá, y ahora puede ser de nuevo admirada por los visitantes a las galerías papales luego de haber permanecido oculta en su lugar desde noviembre de 2014.

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Las autoridades de los museos autorizaron entonces su restauración en el propio lugar donde se exhibe, en el conocido Patio del Belvedere o Patio Octagonal, una de las secciones históricas de los Museos Vaticanos.

El problema se remonta a 1995, cuando se descubrieron fallas evidentes en la restauración realizada sobre la pieza por el maestro Luciano Ermi. La escultura fue trasladada entonces al laboratorio donde fue totalmente desmontada, sus pernos de hierro fueron sustituidos por otros de acero inoxidable con cabeza redonda y se fijaron con resina, arreglos que pronto mostraron su limitación.

Al descubrir que parte de la estatua permanecía rota y evidenciaba grietas, mientras el adhesivo utilizado había cedido a la influencia de los agentes atmosféricos, se decidió iniciar un análisis pormenorizado y desarrollar la restauración in situ.

Para recuperar el esplendor de la obra de arte se llevó a cabo un análisis con láser scanner en tres dimensiones y se aplicaron técnicas de carácter experimental.

Fue desmontada allí donde se identificaron fracturas, tanto en el muslo derecho como en la pierna izquierda, para sustituir los anteriores pernos de cabeza redonda por otros de cabeza cuadrada que evitan la rotación.

Se realizó una delicada limpieza, las grietas fueron recubiertas con cemento y polvo de mármol, sobre toda la superficie fue aplicado una capa protectora patentada por el Laboratorio de los Mármoles de los Museos Vaticanos.

La pieza es ahora protegida por algunos sensores, invisibles a los visitantes, pero que miden el equilibrio de fuerzas sobre la estatua para evitar peligrosas sorpresas.

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Esta imagen fue adquirida bajo el pontificado de Paolo II Farnese (1534-1549) y expuesta en el Patio del Belvedere; con toda probabilidad fue encontrada durante algunas excavaciones realizadas en 1543 en cercanías del Castel Sant’Angelo de Roma.

La belleza de la escultura, unida al descubrimiento cerca del antiguo mausoleo del emperador Adriano, orientaron a los estudiosos del tiempo hacia una identificación con Antinoo, un joven amado por el emperador, por eso la estatua fue conocida por mucho tiempo como el “Antinoo del Belvedere”.


Daños que fueron restaurados (Notimex)

Después se descubrió que se trata del dios Hermes. La obra tuvo una enorme fama desde su descubrimiento y ha sido citada en todos los estudios anticuarios del siglo XVI, tanto que el Primaticcio, ya en 1545, realizó un calca bajo comisión del rey de Francia, Francisco I.

Su notoriedad prosiguió también alimentada por el juicio entusiasta de célebres artistas, como Duquesnoy, Bernini, Poussin y Hogarth.

Muchísimos son los dibujos y las estampas que retratan la estatua y numerosos también los calcas que fueron realizados, baste citar uno para Carlos I de Inglaterra y otro para Felipe IV de España. Hacia finales del siglo XVII aún era considerada una de las estatuas más perfectas que hayan sobrevivido a la antigüedad.

AG

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