Antonio Juan-Marcos: “'Macario' es poético y sensible”

El compositor Antonio Juan-Marcos confiesa que una forma de llevarse a México en sus estancias fuera del país es a través de Juan Rulfo: su novela Pedro Páramo y sus cuentos de El llano en llamas.

“Son libros que me han acompañado toda mi vida, que han estado conmigo en mis estancias fuera de México, me recuerdan y me hacen sentir muchas cosas del presente y del pasado del país; llevar conmigo la literatura de Juan Rulfo es llevar conmigo a mi país”, comenta en entrevista el compositor.

De esas lecturas y relecturas que se remontan a la preparatoria, surge Canto de Macario, su más reciente obra musical, inspirada en el cuento “Macario”, comisionada por la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), que tendrá su estreno mundial en la apertura de temporada de verano 2024 de la agrupación.

La pieza de 13 minutos inspirada libremente en el cuento de Rulfo se suma a otras obras del compositor dedicadas a obras de escritores como Octavio Paz, sor Juana Inés de la Cruz o Mónica Lavín.

Dice que quiere componer una ópera basada en Pedro Páramo, aunque está consciente de su dificultad y de que ya existen Los murmullos del páramo, de Julio Estrada, o la versión de cámara de Stephen McNeff. Canto de Macario también coincide con el inminente estreno de otra adaptación cinematográfica de la novela de Rulfo, dirigida por Rodrigo Prieto y protagonizada por Manuel García Rulfo, Tenoch Huerta, Mayra Batalla, Ilse Salas, Dolores Heredia, Noé Hernández y Roberto Sosa.

“Lo que más me sedujo del cuento ‘Macario’ es cómo está estructurado; esta manera tan evocativa de crear un cuento a través de las impresiones y emociones del personaje, más que a través de una acción cronológica, me parece interesantísimo, porque tiene muchos vasos vinculantes con la música, que no te puede contar una historia, sino expresar sentimientos”, dice el ganador en 2017 del premio Nicola di Lorenzo en la Universidad de Berkeley por su monodrama Tum Tambor, basado también en ‘Macario’.

Visión caleidoscópica

Comenta que las sensaciones y sentimientos que trató expresar más en su pieza, de la vida interior del personaje rulfiano tan rica y diversa, es el amor de Macario por Felipa y su comprensión caótica del mundo, porque el mundo sobrepasa a éste y no lo entiende con lógica, sino a través de las emociones.

“El tambor imaginario que ronda por la cabeza de Macario, de alguna manera es como un mantra y que lo centra y le da un referente en medio de esta visión caleidoscópica que tiene del mundo. Y la sensación que existe en un pueblo hostil, al menos hacia Macario, sumergido en la marginación y la pobreza, anticipa a la revolución, es un ambiente a punto de explotar, latente, eso traté de musicalizar”.

Agrega que hay una pluralidad de elementos: un tema, cuya melodía aparece por primera vez en la flauta, que evoca la inocencia del personaje; una progresión armónica sobre la cual un solo de violín remite al amor de Macario hacia Felipa, y la incorporación de elementos melódicos y rítmicos del folclor mexicano, que hace referencias de la música de chirimía, que es instrumento y género musical que se toca con la chirimía y un tambor, con el cual se inspira Macario para su tambor imaginario.

“Otro elemento folclórico es la canción revolucionaria ‘El Barzón’, que se transforma y recontextualiza en mi pieza y que provoca una sensación irónica y algo ácida, que intento mantener. Canto de Macario también hace un uso significativo de las percusiones, describiendo a veces los sonidos de la naturaleza, otras reflejando el mundo exterior amenazante, y a veces representando ese tambor interior que ayuda a Macario a tener un centro emocional en medio de una existencia confusa”, añade Juan-Marcos.

Inspiración literaria

Maestro por el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París y con doctorado en Composición Musical por la Universidad de California, Juan-Marcos ha enfocado su obra musical a la gran literatura mexicana. En octubre de 2022 estrenó su ópera La sed de los cometas, a partir de Yo, la peor, la novela de Mónica Lavín inspirada en la vida y obra de sor Juana Inés de la Cruz. Incluso en 2018 ganó el American Prize en composición por Amanece (2015), inspirada en poemas de Octavio Paz.

“Sigo leyendo mucho nuestra literatura, desde mi temprana adolescencia me apasionó la literatura, en particular la nuestra. Es una manera de explorar mi mexicanidad; es decir, que el influenciarme, el empaparme de nuestra literatura también es empaparme de nuestra idiosincrasia, de una sensibilidad que nos pertenece a todos y que nos nutre y que es parte de nuestra identidad.

“Para mí es muy seductor seguir musicalizando nuestra literatura, ya sea obras inspiradas libremente en ellas, como es el caso de Canto de Macario, obras puramente instrumentales; o musicalizando realmente el texto. 

"Y a mí, algo que me encantaría, visto lo fascinante que es influenciarse de Juan Rulfo, es hacer una ópera sobre Pedro Páramo, que si bien ya se ha hecho, es una novela tan perfecta, tan enigmática, tan libre a interpretaciones, que se puede prestar a múltiples óperas y para mí sería una aventura muy importante poder hacer una ópera sobre Pedro Páramo”, cuenta el compositor, que también planea musicalizar el Cantar de los cantares de la Biblia y hacer música para películas.

Comprensión caótica

Canto a Macario comparte programa con Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Sergei Rachmaninof; La mer, de Claude Debussy, y Le valse, de Maurice Ravel, con Lylia Silberstein al piano y, al frente de la OSN, Carlos Miguel Prieto, con quien concibió la idea de llevar el cuento a la música.

“Carlos Miguel Prieto me contó su gusto por los cuentos, él es un gran lector de cuentos. Y coincidió con mi gusto por musicalizar la literatura de nuestro país. Pensamos en algún cuento. Él me propuso a Juan Rulfo, que para mí es una relectura indispensable. Escogí ‘Macario’ porque es muy poético, muy sensible, y está estructurado a través de los sentimientos más que de una narración cronológica”, relata.

Describe que la comprensión caótica del mundo de Macario la convirtió en una sección muy polifónica y muy intrincada de percusiones, donde hay mucha actividad rítmica y mucha polifonía con los otros instrumentos, con las maderas, que evoca esa comprensión polifónica del mítico personaje rulfiano.

“Y también está la parte del mantra percusivo, que es un solo tambor, a veces dos, que mantienen un ritmo muy preciso, tambores graves, el huéhuetl, el bombo, que evocan este ritmo del tambor imaginario de Macario. Así las diferentes secciones tratan de evocar sus sensaciones y sentimientos”.

Pero, no obstante que parte de un relato literario, Juan-Marcos descarta que su obra sea programática.

“No necesariamente es programática, porque no trata de contar algo muy específico, sino es una pieza estructurada a través de una pluralidad de elementos musicales que evocan las diferentes sensaciones e impresiones del personaje. Y trato de crear una unidad a través de la armonía, de la forma, de la orquestación, de sus elementos diversos. 

"No necesariamente estoy tratando de contar una historia, sino de abrir una ventana al interior emocional del personaje, que no es cronológico, sino de acciones dramáticas específicas; es un arroyo de diferentes sensaciones y emociones por los que el personaje va pasando mientras nos relata este bellísimo monólogo”, concluye.

Canto de Macario se estrenará en los conciertos del viernes 5, sábado 6 y domingo 7 de julio en la sala Nezahualcóyotl.

La temporada de verano 2024 de la Orquesta Sinfónica de Minería se inicia con el concierto conmemorativo del viernes 5 de julio, dedicado al Día de los Ingenieros (la Facultad de Ingeniería es la creadora de la agrupación universitaria) y concluye con su gala de clausura del sábado 31 de agosto y domingo 1 de septiembre, con Till Eulenspiegel, de Richard Strauss, y Carmina Burana, de Carl Orff, con la soprano Anabel de la Mora, el tenor Carlos Velázquez y el barítono Hugh Russell como solistas.

BSMM