Don Gonzalo Laurelillo es el nombre propio que se le dio al miembro de la familia Fagaceae, anfitrión en la instalación Árbol Suspendido, de Luis Javier de la Torre González (Ciudad de México, 1964), expuesta en la icónica Torre de los Vientos, única escultura habitable que se creó como parte del corredor escultórico de las Olimpiadas Culturales México 68.
El recinto minimalista, creado por el uruguayo Gonzalo Fonseca, ha fungido como espacio experimental de arte contemporáneo desde su restauración, en 1996, y ahora está abierto para propuestas artísticas, colaboraciones, visitas grupales, eventos especiales y aportaciones que reciben las 22 piezas o estaciones del proyecto gestado por Mathias Goeritz (Polonia, 1915-México, 1990) de la mano con el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (México, 1919-2013).
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De la Torre González es un gestor, investigador promotor y ahora artista que brinda una invitación al público y a sus observadores a tomar conciencia del contexto nativo que existe dentro de la urbe y que circunvala a una de las vías más transitadas del país: Periférico.
Dentro de la fotogénica estructura que da alusión al concepto de una casa, cuyo simbolismo pudiera ir mas allá de ser un refugio con espacios abiertos e incluso estructuras como un sillón y una cama, a este árbol se le caracteriza por su estilo largo, el sabor amargo de sus bellotas, las hojas en forma de lóbulos con las puntas afiladas y con cerdas o púas.
“En el interior de la Torre somos habitantes del subsuelo, volteando hacia arriba miramos las verdes hojas y las nubes blancas que se animan con el impulso del viento bajo el azul intenso del cielo. La unión es permanente e indivisible entre las figuras geométricas de las esculturas y las formas creadas por la naturaleza".
“El encino laurelillo fue una especie dominante en el valle que ocupó la ciudad antigua de Cuicuilco antes de la erupción del volcán Xitle. Nuestro árbol fue formado en un cepellón desde su nacimiento, encontrará su libertad al ser entregado a la tierra en el cerro de Zacatépetl, único testigo verde que sobrevivió al gran estallido que transformó el sur de Ciudad de México hace mil 800 años”, dice De la Torre.
El programa de Intervenciones en la Ruta de la Amistad 2022, presidido por el mismo Luis Javier, tiene en la mira el arte como un impulsor de la conciencia y colaboraciones en concreto, en su gran mayoría con un diálogo que conlleva al cambio climático y a nuevas asociaciones con una búsqueda de una transformación en México a través de la memoria histórica.
Después de 30 años de haber iniciado contacto con la Ruta de la Amistad, De la Torre presenta su primera obra pública tras haber fundado el proyecto De-construcción, cuya finalidad es el retiro sin reservas de la vasta cantidad de acondicionamientos o intervenciones que se hayan realizado sobre la arquitectura o la naturaleza para devolver sus funciones orgánicas.
Dentro del programa de intervenciones artísticas, Bajo Ruta cuenta con una pieza del británico Simon Linington, cuya pieza explora el subsuelo de la tierra de esta área del Pedregal donde por 60 años ha permanecido una autopista urbana; el proceso creativo constó de una excavación de pozos de 60 x 60 centímetros con distintas profundidades de donde se extrajeron diversos tipos de tierras naturales y artificiales, depositadas en una torre de seis metros de altura con la finalidad de medir los cambios en el tiempo para así llegar a tener conocimiento acerca del Antropoceno, el crecimiento de la población y el impacto sobre su entorno dentro de ciudades globales, como Ciudad de México.
La Torre de los Vientos (Estación #6) se encuentra en Periférico Sur (dirección norte-sur) frente al Centro Comercial Perisur. Árbol Suspendido se realizó con el apoyo de Seduvi y Sedema, en colaboración con Behr Pinturas, Razonatura y Grúas Salas. Estará abierto al público hasta el 30 de abril.
PCL