La joven cineasta Ana Guzmán se concentró en documentar la vida de Hugo, un hombre que para poder sacar adelante a sus hijos comenzó a tragar fuego sorteando automóviles en una nutrida vialidad de Torreón.
Eligió una sola palabra para titular su trabajo que resume el dolor de no tener dinero, a veces incluso hasta para comer. Arde es su primer cortometraje documental mismo que hoy mantiene compás de espera pues en el Festival Ambulante han preferido la presentación presencial de este valioso trabajo que además se presentará en Film Latino.
“El año pasado el IMCINE y la Secretaría de Cultura lanzaron una capacitación que se llama Polos Audiovisuales en la que el tema del año era cine documental. Ingresé y luego de que algunos compañeros propusieran algunos proyectos, yo propuse uno sobre un joven, que es un trabajador tragafuegos. El tema resonó en mí porque ya lo había pensado con años de anterioridad”.
Como un oficio atrayente, Ana se acercó al tema. Luego buscó la cercanía con el trabajador que en principio y tras escuchar su propuesta de ser documentado, le dijo que no. Persistente en su propósito finalmente lo convención y se puso a trabajar en colaboración su amigo, el fotógrafo Eduardo Díaz.
“Hugo diario expone su salud al estar escupiendo diesel, sabiendo que es una sustancia que mediante la mucosa lo contamina y puede llegar a dañar su organismo. En el corto que se llama Arde, él nos cuenta como algunos doctores le han dicho que podría llegar a desarrollar cáncer. Siempre me llamó la atención cómo este oficio que es de todos los días porque es una remuneración, tiene riesgos tanto de salud como ante la exposición al estar en las calles en un área donde está muy transitada”.
El trabajo de esta cineasta aunque breve mantiene una narrativa que aprovecha virtuosamente el espacio que ofrece la calle y la luz natural. Y es Hugo realizando su trabajo quien cuenta los avatares que sortea en el día a día para llevar el sustento a sus pequeños, siendo un padre que como único futuro observa el poder lanzar llamas para cobrar notoriedad en una sociedad donde las oportunidades son simple eslogan de campaña electoral.
“Si bien hay semáforos a veces los coches pasan a exceso de velocidad, entonces eso fue lo que me llamó la atención, conocer su trabajo porque al principio yo pensé que escupía gasolina. Así me acerqué para conocerlo y saber lo que hace, si el trabajo le da para vivir. Después me contó que tiene dos hijos y que son parte de su motivación”.
Conforme avanzó en su búsqueda Ana Guzmán desarrolló empatía como para comprender por qué siendo un oficio tan riesgoso Hugo continúa haciéndolo. Y como una iniciativa económica emergente se transformó en una trabajo continuo que se hace en la carpeta de asfalto bajo los rayos solares que dejan en el ambiente hasta más de 40 grados centígrados bajo la sombra.
“Le pedí la oportunidad y al final fue como estarlo visitando, primero a grabar su arte porque son personas que vemos todos los días y de tanto se vuelve rutinario o llegan a pasar desapercibidas pero a fin de cuentas es algo muy difícil de hacer y que requiere de mucha práctica, destreza. En Arde nos explica todo eso.
“Le puse Arde como parte de entender el cómo se siente él, que yo lo veo se muestra como una persona relajada, feliz, sin problemas aunque nos cuenta cómo puede llegar a tener conflictos con la gente que llega a molestarse porque les llegan a saltar chispas de fuego. Lo pensé porque a veces arde no tener dinero para comer, para llevar la casa. Es algo incómodo, molesto, que te lastima y te duele”.
La filmación de Arde inició en en la segunda quincena de noviembre pasado con la participación de Eduardo Díaz quien apoyó además en la producción. Arde se podrá apreciar próximamente en Film Latino, en las redes de la Secretaría de Cultura de Coahuila y en Ambulante se recorrió por la pandemia y de abril se reprogramó para hacer la exhibición presencial, posiblemente en diciembre.
CALE