Este lunes, un voraz incendio consumió una parte de la célebre Catedral de Notre-Dame, en París. Aunque aún no se ha revelado el alcance del fuego, las imágenes del desastre permiten suponer que muchas de sus obras de arte se han perdido para siempre.
La catedral de Nuestra Señora de París ha sido la morada y el escenario de una infinidad de manifestaciones artísticas —escultura, arquitectura y arte vitral, por solo mencionar algunas— y de muchas historias que vale la pena volver a contar.
Santuario de fe
La construcción de la Catedral de Notre-Dame —que está dedicada a la virgen María, madre de Jesucristo— inició alrededor del año 1160 y fue terminada en su mayor parte en 1260. Se le considera uno de los ejemplos más espléndidos de la arquitectura y el arte góticos, y también es una atracción turística que atrae a 12 millones de visitantes al año.
Por sus pasillos han caminado visitantes de todos los tiempos y de casi cualquier parte del mundo, así como reyes y reinas. Del mismo modo, artistas y escritores han hallado inspiración en su silueta, en sus torres y esculturas, en sus luminosos vitrales y en la penumbra de su interior.
Entre las reliquias que resguarda la catedral están un trozo de la cruz donde murió Jesús, así como la supuesta corona de espinas que le fue impuesta durante su pasión, la cual habría pasado de Jerusalén a Constantinopla, y de ahí llegó a Europa como parte del pago de una deuda del emperador Balduino II.
Un evangelio en piedra
En su exterior, Notre-Dame luce tapizado de bajorrelieves con motivos religiosos. Esto obedece a que una de las funciones primordiales de la edificación era la de ser un liber pauperum: una expresión en latín que significa “libro de los pobres”.
Durante la Edad Media europea, la mayor parte de la población era analfabeta. Por esa razón, un medio para dar a conocer el Evangelio y las historias bíblicas al pueblo era a través de escenas talladas en piedra, algunas de las cuales originalmente estaban coloreadas y cubiertas de oropel.
Por ejemplo, sobre la entrada que se encuentra en la fachada —la cual sobrevivió al incendio— retrata vívidamente escenas del Juicio Final descrito en el Apocalipsis de San Juan.
Otros elementos destacados son las gárgolas, esas figuras de piedra que son un sello de Notre-Dame. Estas criaturas fantásticas, amén de su aspecto atemorizante que simboliza al mal, tienen una función práctica: forman parte del sistema de desagüe en las techumbres de la catedral.
El órgano y los vitrales
Como casi todas las iglesias católicas, Notre-Dame también tiene un órgano. Este instrumento monumental fue construido originalmente en 1403, reemplazado en el siglo XVII y, tras la restauración de la catedral, el órgano definitivo fue instalado en 1868.
Mención aparte merecen los vitrales de la catedral, en especial los tres rosetones que se localizan al oeste, al norte y al sur de la edificación. Éstos fueron construidos en el siglo XIII, aunque gran parte de los vidrios originales que los conforman han sido sustituidos a lo largo del tiempo.
Los rosetones, que otorgan una atmósfera mística y de recogimiento al interior de la catedral, despliegan escenas bíblicas y de la vida de los santos.
Escenario de la historia
Desde su fundación, Notre-Dame ha sido escenario de importantes sucesos que han dejado huella en la historia del mundo.
Por ejemplo, el 16 de diciembre de 1431 y tras la muerte de su abuelo materno, Carlos VI de Francia, el monarca inglés Enrique VI fue coronado rey de Francia en el interior de la catedral.
Una escena similar tuvo el 2 de diciembre de 1804, con la coronación de Napoleón Bonaparte. En esa ocasión, se dispusieron dos coronas: una guirnalda dorada, la cual Napoleón usó durante la ceremonia, y una réplica de la corona de Carlomagno.
En un momento, Bonaparte tomó la réplica del rey de los francos y, en un acto simbólico, la levantó sobre su cabeza pero nunca se la puso; en lugar de esto, la colocó en la cabeza de Josefina.
Ya en el siglo XX, una historia involucra a la escritora mexicana Antonieta Rivas Mercado, quien el 11 de febrero de 1931 se suicidó frente a un altar de Notre-Dame con un disparo en el corazón.
En las alturas
La Torre Norte, que sobrevivió al incendio, era accesible al público mediante una escalera de 387 escalones, con una parada a la altura de uno de los rosetones.
Una santa
En 1909, la campesina francesa Juana de Arco, que guió al ejército francés durante la Guerra de los Cien Años, fue canonizada en Notre-Dame.
Desde el Tepeyac
En su ala norte, la catedral alberga una capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe; es uno de los pocos altares dedicados a la virgen morena en Europa.
Llamados de fe
El templo tiene un total de 10 campanas, las cuales tienen nombres propios como Emmanuel, Marie, Denis, Étienne, Marcel y Anne-Geneviève.