El arte es un espacio de reflexión y un espejo para vernos y para reencontrarnos con los demás. El artista debe tener una responsabilidad ética con la sociedad: mantenerse atento a las necesidades espirituales contemporáneas, porque estamos más interconectados que nunca y urge desarrollar una conciencia de unidad ecológica y planetaria, sostiene el artista Ernesto Ríos (Cuernavaca, 1975), que presenta su obra Skull SARS-CoV-2 / Viru$.
Las pinturas de gran formato de este creador en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo (MMAC) tienen una calidad y una apariencia que confunden al espectador. En esta ocasión, sin perder lo pictórico, se enfoca en la fusión de dos lenguajes distintos, que tienen mucho en común y que al combinarlos crean una unidad. Una unicidad que combina lo matérico y lo material.
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Históricamente, la ruptura de equilibrios ha condicionado la aparición de pandemias que han afectado la vida, la economía y la percepción del futuro; por ello, según la Real Academia de la Lengua Española, el término virus ya no se limita a los organismos vivos, sino aún a los virus informáticos.
Los académicos encargados de “limpiar, fijar y dar esplendor” a nuestra lengua reconocen la ambivalencia de la palabra virus, término que ha impulsado a este artista visual y doctor en Filosofía por la Royal Melbourne Institute of Technology a indagar acerca de las similitudes y diferencias entre ambos significados y expresarlos de manera pictórica y videográfica desde una perspectiva interdisciplinaria.
En 2017 Ríos pintó un cuadro que mostraba su interés por los caligramas, los códigos y las pinturas monocromáticas. Dos años después, en la exposición Code_of_the_Forest presentada en el Centro Cultural Roberto Garza Sada, demostró su proclividad por códigos y virus informáticos.
Durante su maestría en Telecomunicaciones Interactivas en la Universidad de Nueva York, estudió programación y se fascinó por cómo las funciones del código podían accionar circuitos para que un led se iluminara, o bien que un sensor activara una respuesta.
La disciplina innovadora que estudió en la Gran Manzana aunada con sus estudios en Lengua y Literatura Hispánica le ayudaron a ir vinculando intereses fundamentales: las letras, el lenguaje y la tecnología; la filosofía, posteriormente en su doctorado, las englobó y les dio forma. Al final, todo lo que el ser humano es capaz de estudiar, experimentar, observar, disfrutar y sufrir se va manifestando, dejando huella, en obras que sintetizan lo vivido y lo pensado.
En 2017 Ríos comenzó a investigar en torno a los virus, con la intención de poderlos representar figurativamente, a través de la superposición de códigos y lenguajes encriptados, hasta llegar a realizar pinturas, no objetuales, que se relacionan con posibles pentagramas de melodías digitales o bien de visualizaciones científicas de proteínas que lo han inspirado. De esta forma, ha explorado los contrastes del negro y del blanco con la expansión del espacio positivo y negativo en la superficie de sus lienzos.
En Morelos existe una importante comunidad científica que Ríos aprovechó, y logró el respaldo de algunos investigadores que le mostraron cómo gracias al arduo trabajo que se hace dentro de un laboratorio, se logró conocer la secuencia completa del ADN del SARS-CoV-2, representada por casi 30 mil letras que integran el genoma: G (Guanina), T (Timina), C (Citosina) y A (Adenina). La determinación del genoma del virus fue el primer paso para su control y, en el caso de Ríos, para su representación pictórica y artística.
La particularidad plástica, la materialidad y la relación con lo tecnológico conforman un todo y a la vez con un estilo único, que pareciera quedar solidificado con los pigmentos en la tela: transparencias, veladuras, infinitos matices de grises, negros mates y brillantes, además de blancos opacos y luminosos.
“En la actualidad, estamos en una especie de juego de calabozos y dragones en donde el ser humano está incesantemente luchando contra un virus invisible. En esta exposición del MMAC, el espectador buscará la salida y el encuentro con uno mismo, logrando comprender mejor que a partir de esta pandemia la conciencia planetaria es mayor”, afirma.
Mediante la superposición de dos lenguajes codificados como capas de tiempo y de símbolos, Ríos se aproxima a la complejidad de la época en la que vivimos. Era viral en la que las fronteras de la realidad y la virtualidad se disuelven como en el metaverso planteado por Mark Zuckerberg.
En el transcurso de la jornada de la exposición se dará un conversatorio presencial el 12 de noviembre, el cual lleva por título “Arte y ciencia, dos ponencias para el futuro”, la cual generará un análisis en torno a la obra del artista y principalmente de su obra maestra Skull…
La temática está compuesta por una recopilación de dos años de trabajo en los que Ríos ha sabido articular obras enriquecidas por una visión transdisciplinar que va más allá las improvisaciones visuales y de las fronteras limitantes de las especialidades, que lo destaca como uno de los artistas contemporáneos más propositivos de su generación.
Su trabajo ofrece una interpretación elocuente y a la vez crítica de la pandemia. Sus obras oscilan entre la geometría, la programación, la genética, los datos estadísticos, los símbolos ocultos, la numerología, la poesía concreta, las visualizaciones científicas, el lenguaje ASCII y muchas otras referencias que se entrelazan y expanden entre opuestos. Entre extremos de ausencia de color, claros, oscuros, muerte y luz.
Skull SARS-CoV-2 / Viru$ se presenta en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano en C. Dr. A. Nápoles Gándara, Amatitlán, 62410, Cuernavaca, Morelos, hasta el 19 de noviembre en un horario de viernes a domingo de 11:00 a 17:00, entrada libre.
PCL