España homenajea la obra de José Guadalupe Posada en el Museo Reina Sofía

Con la exposición 'De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett', el Reina Sofía reivindica el arte gráfico como "herramienta política" del siglo XX en Alemania y México.

Museo Reina Sofía homenajea a José Guadalupe Posada (Especial).
José Antonio López
Madrid /

El Museo Reina Sofía de España rinde homenaje a la obra del mexicano José Guadalupe Posada con la exposición De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett. Se trata de la primera exposición de 2022 de la pinacoteca en la que se examina la evolución del arte gráfico y su papel como una “herramienta política” y de “reivindicación social” durante la primera mitad del siglo XX en Alemania y México.

La muestra, comisariada por Benjamin H.D. Buchloh y Michelle Harewood, aborda la obra de dos de las grandes figuras del grabado, Posada y Käthe Kollwitz, así como el trabajo desarrollado en este campo por otros artistas del expresionismo alemán y del Taller de Gráfica Popular mexicano.

Buchloh subrayó que la figura de Posada fue como un “Walt Disney de la época por su “versatilidad”. “Posada es considerado un héroe y un precursor para otros artistas por su obra crítica con el Estado y la burquesía (...). Él planteó la representación y comunicación con el pueblo”.

La exposición centra su investigación en el desarrollo e intercambio entre diferentes medios gráficos supuestamente obsoletos y antitecnológicos como la xilografía, el grabado en madera, el linóleo y la litografía, así como sus funciones y formas de distribución en contextos geopolíticos y sociales muy diferentes.

Los comisarios, junto con Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, explicaron que en la primera sección de la muestra se contrapone el trabajo de José Guadalupe Posada y de Käthe Kollwitz, situados en extremos opuestos del espectro geopolítico y artístico. 

Por un lado, la producción de Posada, desarrollada a partir del grabado francés de Honoré Daumier y Paul Gavarni, que recoge sus caricaturas políticas mordaces, anuncios y viñetas; y, por otro, la obra de cariz socialista y feminista de Kollwitz, basada en un primer momento en la gran tradición del aguafuerte y la litografía europea.

Ambos serían posteriormente referentes para artistas gráficos políticos de México, Estados Unidos, la Unión Soviética y China. La obra de Posada, representada a través de numerosas octavillas, pósteres y periódicos que servirán de referencia de una identidad nacional mexicana durante décadas.

La segunda sección está dedicada a la reaparición de la tradición del arte gráfico durante los primeros diez años del expresionismo alemán.

En la tercera sección se puede apreciar parte del trabajo del Taller de Gráfica Popular. Los comisarios de la muestra explicaron que el México posrevolucionario también vivió el debate sobre el uso del medio gráfico como herramienta de comunicación y educación de las clases trabajadoras y rurales, debate que tuvo lugar inicialmente en periódicos como Frente a Frente y El Machete.

El Taller de Gráfica Popular estuvo formado por numerosos artistas/activistas que produjeron una gran cantidad de folletos, carteles, panfletos y grabados que contribuyeron a fortalecer las formaciones políticas progresistas, y a defender causas como la nacionalización de los recursos mineros y petroleros o los derechos a la tierra de las poblaciones indígenas. 

Buchloh y Harewood recordaron que el Taller se comprometió cada vez más con la lucha contra el fascismo, sobre todo tras la victoria del dictador Francisco Franco en la guerra civil española, en la que desempeñó un papel fundamental el importante número de artistas y escritores exiliados, principalmente españoles y antifascistas alemanes organizados en torno a asociaciones como la Liga Pro Cultura Alemana en México.

Finalmente, como conclusión dialéctica e histórica de la exposición, en la cuarta sección se desarrolla a través de una extensa documentación el proyecto Isotype de Otto Neurath, Marie Reidemeister-Neurath y Gerd Arntz, en sus diferentes fases y sedes: Düsseldorf, Viena, Moscú, La Haya y Londres.

La exposición, que se podrá apreciar hasta agosto, reúne más de 450 obras realizadas con distintas técnicas (xilografía, punta seca, linóleo, litografía, entre otras), muchas de ellas procedentes de importantes colecciones privadas e instituciones como el Metropolitan Museum of Art y el MoMA, de Nueva York; The Art Institute, de Chicago; la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en Washington; el Centre Pompidou, de Paris; o el Kunstmuseum Den Haag, de la Haya.

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