En 2009 se dio a conocer el descubrimiento de una sinagoga del siglo I d.C. y la Piedra de Magdala, hallazgo que surgió a partir de la excavación con la idea de crear un centro de peregrinos.
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Un año después, la directora del Centro de Investigación en Culturas de la Antigüedad de la Universidad Anáhuac México, Marcela Zapata Meza, ya había obtenido la licencia de la Autoridad de Antigüedades de Israel para emprender el Proyecto Arqueológico Magdala.
A la fecha (este 2020 cumplió 10 años), dice la investigadora en entrevista con M2, “no hay un arqueólogo mexicano que dirija un proyecto en el extranjero, excepto yo”.
Magdala, ciudad ubicada en la región de Galilea, al norte de Israel, es considerada uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de este siglo. “Hasta el momento se ha trabajado en 5 mil 500 metros cuadrados, que incluyen la sinagoga, el área del mercado, cuatro baños de purificación ritual, unidades habitacionales, de producción y almacenamiento de alimentos, así como un puerto”.
El proyecto se considera pionero en la arqueología bíblica por el tema del descubrimiento de la sinagoga (la única que se conserva del siglo I), por los baños de purificación ritual y porque es la primera vez que arqueólogas mexicanas (participan también Rosaura Sanz y Andrea Garza) dirigen un proyecto de arqueología bíblica.
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A partir de una publicación sobre la investigación de Magdala, en 2021 se espera que se reemprendan las excavaciones. “En un inicio, las expectativas eran ver si realmente era un pueblo judío o si se podían encontrar evidencias de los primeros cristianos. Ahora no se tienen evidencias del cristianismo, pero sí tenemos pruebas contundentes de una población judía”.
Fuentes históricas refieren que Santa Elena, en su paso y en su búsqueda por los lugares santos, construyó una basílica en la que hubiera sido la casa de María Magdalena, “pero no hemos encontrado evidencia de esta basílica o dato que nos ayude a confirmar que efectivamente nació o vivió María Magdalena”, explica la investigadora.
CLAVES
PRIMER HALLAZGO
Lo primero que encontraron en el sitio fue un canal tardío que “nos dio mucho dolor de cabeza porque no sabíamos hasta dónde llegaba”, dice la arqueóloga.
CÓMO VIVÍAN
En el futuro se espera avanzar en el conocimiento de la vida cotidiana de la población y encontrar posibles evidencias de los primeros cristianos.
COLABORADORES
En el proyecto también se cuenta con el apoyo de la UNAM y otras universidades de Israel, Valencia, Harvard y Oslo.