Museo del Prado, el recinto que abre el arte sin pretensión

La pinacoteca española festeja sus 200 años, por lo que reunió más de 300 dibujos y grabados de Goya en 'Solo la voluntad me sobra'.

Museo del Prado. (Shutterstock)
José Antonio López
Madrid /

El Museo del Prado cumple hoy 200 años. Nadie que visite España puede dejar de darse una vuelta por las diferentes salas de la inmensa pinacoteca, ubicada en el Paseo del Prado de Madrid.

En éstas se pueden ver obras tales como El jardín de las Delicias de El Bosco, El caballero de la mano en el pecho de El Greco, El tránsito de la Virgen de Mantegna, La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael, Carlos V en Mühlberg de Tiziano, El Lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de Durero, Las Meninas de Velázquez, Las tres Gracias de Rubens o La familia de Carlos IV de Goya.

Miguel Falomir Faus es el actual director del museo, un hombre culto, moderno, que está en contra del esnobismo, de ese intelectualismo aburrido, con el que muchos quieren relacionar siempre a la cultura. Por eso dice que venir a el Prado debe representar algo así como una fiesta en la que se le da gusto casi a todos los sentidos.

Subrayó que, por supuesto, no es necesario ser un experto para disfrutar del arte. “La obra transmite a cada uno lo que siente, por lo que cada persona hace una lectura de los cuadros que observa como le viene en gana. Eso es la magia del arte, la magia de este gran museo”, que desde el año pasado comenzó sus festejos por sus 200 años llevando obras por toda España, incluso a los sitios más apartados para que toda la gente pudiera tener acceso a su gran colección de cuadros.

Turistas en el Museo del Prado. (EFE)

Historia del Museo del Prado

El nacimiento del Museo del Prado se dio luego de que en el siglo XIX estaba de moda abrir grandes museos, en Europa y en todo el mundo. En aquella época la exposición pública de obras de arte era algo destinado a la burguesía y la nobleza.

La Casa Real española contaba con una gran colección de cuadros y fue ahí cuando a Fernando VII se le ocurrió llevarlas a un museo. Apoyado siempre por su esposa, Isabel de Braganza, a la que se le considera el alma del proyecto, finalmente acordaron fundar el Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pasaría pronto a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió por primera vez al público en 1819.

Una de las salas del Museo del Prado.(EFE)

El primer catálogo constaba de 311 pinturas, aunque para entonces en el Museo se guardaban ya 1510 obras procedentes de los Reales Sitios. Las valiosísimas Colecciones Reales, germen de la colección del actual Museo del Prado, comenzaron a tomar forma en el siglo XVI bajo los auspicios del emperador Carlos V y fueron sucesivamente enriquecidas por todos los monarcas que le sucedieron, tanto Austrias como Borbones.

El Prado fue anteriormente un gabinete de ciencias naturales, algo muy afín a la ciencia del siglo XVIII cuando Carlos III, monarca inquieto y dado a las disciplinas más variadas del momento, decidió construir un enorme edificio para tal menester.

El Museo del Prado, un icono de España

El Museo del Prado atrajo a más de 3.600.000 visitantes en 2018. Lo que llama la atención es que el 70 por ciento de sus visitantes fueron extranjeros. Es decir, como los españoles lo tienen “a tiro” optan por acudir a otros sitios antes que a la gran pinacoteca que se ubica muy cerca de la estación de trenes de Atocha.

Vista de una de las principales arterias del Museo del Prado. (EFE)

Eso sí, el Museo del Prado es el más presente para los españoles, es el primero que recuerdan 9 de cada 10 cuando se les pregunta por un museo de manera espontánea. Y casi el 95 por ciento considera que es una de las grandes aportaciones de España a la cultura universal. A pesar de ello, casi el 40 por ciento no lo ha visitado nunca y apenas 3 de cada 10 lo ha hecho en los últimos 3 años. Son algunos de los datos del primer informe sociológico que realizó la pinacoteca en 200 años de historia.

Desde la fundación del Museo han ingresado más de dos mil trescientas pinturas y gran cantidad de esculturas, estampas, dibujos y piezas de artes decorativas por Nuevas Adquisiciones, en su mayoría donaciones, legados y compras.

Visitantes observan 'La fragua de Vulcano', de Velázquez. (EFE)

Paralelamente a la ejecución de su último y más ambicioso proyecto de ampliación (2001-2007), el Prado ha iniciado una etapa de modernización cuyo definitivo impulso tuvo lugar en 2004 al aprobarse un cambio de régimen jurídico y estatutario basado en la necesidad de flexibilizar la gestión del Museo, agilizar su funcionamiento e incrementar su capacidad de autofinanciación.

Museo del Prado y su festejo

Ahora mismo, para celebrar sus 200 años, el museo reúne más de 300 dibujos y grabados de Goya en Solo la voluntad me sobra, una muestra excepcional que desempolva gran parte de los fondos del autor de la pinacoteca y que demuestra la vigencia de su discurso, con temas como la violencia contra la mujer o la injusticia social.

Esta es la mayor exposición realizada hasta la fecha sobre los dibujos del autor, un género que se considera “el corazón” de su legado, y que corona la programación de la pinacoteca madrileña con motivo de su bicentenario.

“No creo que haya otro artista contemporáneo que haya abordado la violencia contra la mujer o las desigualdades sociales como lo hizo Goya hace 200 años”, señaló Falomir.

La muestra ha sido organizada junto a la Fundación Botín y en la mayoría de las obras expuestas corresponden a los fondos del Prado, que conserva una de las mayores colecciones del autor, y que no están expuestos de manera permanente por cuestiones de conservación.

El Museo del Prado también ha incluido en la muestra piezas de la serie Tauromaquia, a las que el artista incorpora un alto grado de violencia en consonancia con el discurso ilustrado antitaurino, o el Cuaderno de viejas y brujas, una obra inacabada en el que el artista recogió escenas de vejez, otro de sus temas recurrentes al final de su vida.

Lo más bonito de los museos es verles llenos de gente disfrutando, explicó Falomir, por eso animó a que “nos visiten de todas partes”.

“El Prado es una institución muy querida, pero a veces ese respeto excesivo se traduce en una cierta distancia. El último año que tuvimos más visitas de españoles fue en 2011 desde entonces estamos en un 70 por ciento de extranjeros. Es verdad, que también ha aumentado el número de visitantes extranjeros a Madrid pero creo que los españoles deberíamos venir más a este museo”, expresó su director.


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