La ilustración como arte contemporáneo

Portadas de revistas, viñetas periodísticas, anuncios publicitarios, carteles cinematográficos, murales, grafitis, caricaturas, historietas; la producción de imágenes con su incesante bombardeo parece recrear todos los mundos posibles.

La ilustración, a decir de sus protagonistas, vive uno de sus mejores momentos a nivel mundial y está lista para reclamar su lugar en las artes, ya que a pesar del apogeo actual no siempre se reconoce su valor como una creación artística por sí misma, independiente de la narrativa textual.

Ese fue el planteamiento que llevó a Pictoline, empresa de diseño que transforma la información en lenguaje visual, a fundar la Bienal de Ilustración, cuya primera edición se realizó en 2018 con el propósito de premiar el talento mexicano y que este año extendió su convocatoria a artistas de Latinoamérica.

Kenia Nárez, directora de este proyecto, dice en entrevista con MILENIO que la Bienal “es una aportación de Pictoline para consolidar esta disciplina. Un esfuerzo por reconocer el impacto cultural de la producción de imágenes y por premiar al ilustrador como autor. Por ser un arte relativamente joven, en comparación con otras manifestaciones artísticas, se necesitan más encuentros y foros para difundirlo”. 

Uno de estos foros donde se puede apreciar la pluralidad de estilos y técnicas de la ilustración contemporánea es la Galería Abierta Rejas de Chapultepec, donde se exponen los trabajos finalistas y ganadores en la categoría “Física” de la Segunda Bienal de Ilustración. Se trata de 58 piezas bidimensionales en gran formato, con técnicas analógicas, digitales e híbridas, que permanecerán en este corredor urbano hasta el 17 de enero.

Por otra parte, en el sitio www.bienaldeilustración.com pueden apreciarse las 78 obras seleccionadas, incluidas las 20 finalistas en la categoría “Virtual”. Kenia Nárez, también curadora de la exposición, destaca el premio “Revelación” que se da a un ilustrador menor de 25 años, dirigido básicamente a estudiantes. “Es un estímulo para aquellos creadores que todavía están en busca de su estilo propio”, asegura.

La convocatoria de Pictoline tuvo tan buena respuesta que en esta segunda entrega participaron alrededor de 5 mil 800 obras, lo cual, en opinión de los organizadores, es muestra del gran impulso creativo que existe en cuanto a producción de imágenes.

Además de los estímulos económicos, cada ganador obtuvo 4 mil 500 dólares y el premio “Revelación”, mil dólares; otro atractivo de esta edición fue el jurado compuesto por ilustradores con gran prestigio internacional como Tara McPherson, Victo Ngai, Yuko Shimizu, Liniers y Jeremyville. 

Talento mexicano

“Los ilustradores en México estábamos rezagados en el sentido de que no había un reconocimiento dirigido a esta disciplina. La Bienal de Ilustración representa una gran oportunidad para nosotros. Antes, si queríamos que se reconociera nuestro trabajo lo inscribíamos en concursos de otras áreas, como en la Bienal de Pintura”, dice Tavo Santiago, artista mexicano de 35 años, ganador en la categoría “Física”.

Su pieza Allí en estanco olvidado, revela, es un homenaje a su niñez. “Plasmé esa infancia perdida. Desde hace algunos años, he empezado a extrañar cómo era mi vida antes, cuando no tenía tantas preocupaciones. Pienso con nostalgia en que mis hijos no van a poder vivir lo que yo viví: jugar en las calles y quedarse hasta la madrugada con los amigos”, menciona. 

El ilustrador, originario de Orizaba, Veracruz, coincide en que la selección del jurado fue uno de los aspectos más atrayentes de esta edición. “Cuando vi los nombres, sentí mucha presión pero al mismo tiempo fue motivador que se tratara de artistas a quienes admiro, como es el caso de Liniers. Desde niño he leído sus tiras y fue un honor que él participara en la selección de mi obra”.

Tavo Santiago asegura que en la actualidad hay un boom de la ilustración, debido en gran medida a que ilustradores consagrados han abierto las puertas para que esta expresión artística sea valorada.

La ilustración mexicana, sostiene, tiene una larga tradición y posee características que admiran artistas de diferentes parte del mundo. “Estamos a la altura de creadores de otros países. Tenemos mucho con qué competir. La ilustración mexicana se ha distinguido porque buscamos plasmar nuestras raíces, lo que somos como mexicanos. Tenemos el gran ejemplo de Ernesto “Chango” García Cabral. El talento mexicano involucra sus sentimientos, muestra su corazón, su coraje”. 

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