¡Desde el TSM hasta el Teleférico! Conoce el trabajo de Santiago, muralista de La Laguna

Santiago Espericueta, con 10 años en el oficio, asegura que construye iconografías, narrativas en la calle o en espacios públicos.

Sus murales reposan sobre la calle Treviño. (Mauricio Román)
Adriana Magallanes
Torreón, Coahuila /

Vecino de la colonia Jacarandas en la ciudad de Torreón, Santiago Espericueta es un joven muralista que tiene 10 años en este oficio del que empezó a conocer desde muy chico, pues recuerda que en los años 90´s los jóvenes que acudían a los Estados Unidos a trabajar en las maquilas, regresaban a la colonia con estas estáticas que estaban de moda en ese país.

Posteriormente realizó sus estudios en diseño y algunos semestre en Ciencias Políticas, además de que estuvo en el taller de gráfica 'El Chanate', lo que considera lo fue 'moldeando' en cuanto a un diálogo, pues veía las necesidades de su colonia, de la sociedad y de sus amigos.

Señala que inició con murales pequeños, luego se fueron con medianos y posteriormente con los grandes; empezó a ayudarles a algunos amigos que ya tenían más de 15 años en el graffiti y en el muralismo.


El campo fue una de sus primeras influencias, debido a que su padre es originario de Parras de la Fuente y su madre de San Marcos, Jalisco, en donde tuvo gran contacto con la naturaleza.

“Estamos cercanos al origen de la vida en Cuatro Ciénegas, la Flor de Jimulco tiene especies sorprendentes de animales, flora y fauna que no hay en otro lado, están los cantos de la Flor y de Sapioriz como el canto cardenche y yo dije, yo quiero expresar eso”.

Cruzó fronteras fuera de Torreón

No sólo se enfocó a lo local en Torreón, sino que luego se fue expandiendo en Saltillo y General Cepeda, en donde están los yacimientos de fósiles y minerales, pues al leer el libro de 'Las Ventanas abiertas de Latinoamérica' habla sobre el tesoro que se encuentra en esta área del continente.

“Alguna vez leyendo el libro dice justamente el tesoro de este lado del continente son nuestros minerales, nuestras riquezas naturales, entonces eso tomé como base y lo fui fusionando con una manera un poco surreal o neo-regional”

Sus murales posan en el TSM, bares y hasta el Teleférico

Actualmente algunos de sus murales se encuentran en el Territorio Santos Modelo, en donde el Club Santos Laguna lo invitó, otro en la avenida Escobedo al exterior de un bar y en el teleférico, el cual realizó junto con jóvenes de las colonias de los alrededores del centro, entre ellas el Cerro de la Cruz, Primero de Mayo, Polvorera, y otras.

En otros puntos del país como Cancún, ha participado en el foro cultural y cuenta con proyectos para pintar en Texas en este año.


Considera que resulta agradable que la gente pueda admirar los murales debido a que a veces no se dimensiona el impacto que puede tener, aunque asegura que es una forma de expresión cruda que está expuesta a un público constante. A veces el mural es una expresión cruda que la gente puede entender de muchas maneras e interpretar de otras tantas.

“Desde el momento que estás pintando la pieza pasa la gente y observa qué pueden hacer comentarios muy buenos o muy malos desde su perspectiva o desde sus conocimientos, entonces si es como para mi importante que la gente opine”.

Respecto a la perspectiva de la sociedad sobre el muralismo, indica que la ciudad de Torreón es joven y está en un proceso de maduración por lo que probablemente el resultado lo verán las futuras generaciones.

“A nosotros probablemente no nos va a tocar ver ese resultado, pero a las generaciones futuras obviamente si van a recibir estos beneficios de los que estuvieron antes de nosotros y los que estamos construyendo estas iconografías, narrativas en la calle o en espacios públicos”.

Graffiti y muralismo no es lo mismo

Asegura que existen personas que todavía confunden el graffiti con el muralismo, a pesar de que hay graffitis que contienen ilustraciones o dibujos, este proviene del hiphop que empezó como una forma de rebeldía al sistema, la sociedad, de lo que no estaban de acuerdo.

“De ahí se le estereotipó como algo para gente rebelde o gente que no tiene a lo mejor oportunidades de estudiar, cuando es todo lo contrario, hoy hay gente en el rap o en el hip-hop que tiene carreras universitarias”.


Existen grafiteros que estudian, entran a una carrera de artes y tienen conocimientos estéticos en donde empiezan a explorar y explotar y se vuelven muralistas que empiezan hacer hiperrealismo, hacer simbologías y empiezan hacer regionalismos.

Por otro lado, menciona, está el graffiti ilegal que profana calles y marca territorio, sin embargo, falta información para que la gente pueda entender.

“No nada más la gente que escucha hip-hop, sino que un médico, o una empresaria o un bombero o quien sea pueda entender estas diferencias”.

Expuso que falta interés por las artes y las expresiones artísticas, sobre todo las que no están institucionalizadas, las dejan al último, cuando consideró que en realidad son un transformador social.

aarp

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