Quedan pocos, muy pocos artesanos en Tamaulipas, como don Felipe Torres, que desde la antigüedad se dedican a la elaboración de productos de palma pues la nueva generación a optado por dejar los pueblos en busca de una mejor economía familiar. Hoy es uno de los exponentes en la Feria de las Huastecas que se realiza en Tampico.
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Sentado sobre el redondel de una maceta de la plaza hijas de Tampico, se encuentra Felipe Torres, de 75 años; un tamaulipeco de raíces bien forjadas entre el campo tamaulipeco; llegó para ofertar sus productos elaborados con sus propias manos y con la ayuda de su hermano Aurelio el mayor de la familia.
La sonrisa de agradecimiento se escapa de su rostro marcado por el pasar de los años, cuando la gente admira la belleza de los canastas, canastos para el pan, colotes y sillas armadas con sus propias manos.
Hay de 50, 80, de 200 y hasta 300 pesos, que bien vale la pena pagarlos.
"Nosotros venimos desde Nuevo Morelos, para presentar nuestros trabajos gracias a una invitación que hizo el gobierno de Tamaulipas, queremos que la gente venga y conozca los productos que tenemos".
Con orgullo, don Felipe, habla de su trabajo, de la herencia que le dejaron sus padres y sus abuelos y que ahora es la manera en que se gana la vida.
"Nosotros conocemos este trabajo gracias a nuestros abuelos, a nuestros padres, ellos también fueron artesanos y desde niños nos pegamos con ellos y así aprendimos, desde ir al monte por la palma, quitar el excedente del chichebe para que quede solamente el carrizo y entre tejer para dar forma a lo que finalmente termina como una canasta, un coyote y hasta un petate".
El aroma que despide cada uno de los objetos elaborados, tal vez por la última generación de artistas de la palma, es inigualable, huele a campo, huele a palma, huele a lo rústico que es el campo.
"Ya somos muy pocos los artesanos que quedamos en Tamaulipas, nosotros hemos tratado de enseñar a nuestros hijos a nuestros nietos, pero ahora ellos tienen otros objetivos en la vida, salir adelante con una profesión. En Nuevo Morelos somos muy pocos los artesanos de la palma que quedamos pero no nos rendimos estamos haciendo la lucha para que la gente conozca más sobre nuestras raíces nuestro origen y el orgullo de ser parte de un pedacito de la tierra de Tamaulipas".
La sequía que hace unos meses pegó en Tamaulipas puso en alerta a don Felipe, pues las plantas de las cuales obtiene la metería prima para elaborar sus productos ya se estaban secando. "La pasamos mal porque no solo las palmas estaban secando, si no todas las plantas que son de nuestra comunidad, afortunadamente Dios nos socorrió y empezaron las lluvias y por eso ahora podemos tener estas canastitas aquí para poder vender y sacar unas monedas para el pan nuestro de cada día".
La Feria de las Huastecas, es rica en la diversidad de la cultura huasteca, en productos elaborados por la gente que tuvo el privilegio de heredar el trabajo artesanal, que surge desde la tierra, desde el campo.