Moreno Cortez sublima duelo y silencio familiares con libro y exposición

La artista visual aborda el suicidio de su hermano adolescente y la muerte gestacional de su hijo en una doble obra que tuvo su inició en la galería Hydra+.

La exposición es una traducción en el espacio de ciertos momentos clave de Ángel Miguel. (Cortesía: Isabel Moreno Cortez)
Ciudad de México /

La artista visual Isabel Moreno Cortez sublimó con la gestación de un libro y una exposición el silencio alrededor del suicidio de su hermano adolescente hace un cuarto de siglo, que conectó a través de un cordón umbilical de emociones con la pérdida de su hijo hace cinco años, en su sexto mes de embarazo.

Ángel Miguel (2023) se incubó en la galería Hydra+, bajo las guías de Ana Casas, su directora, y de Beatriz Novaro, tutora literaria de Moreno Cortez. El libro, a su vez, dio a luz a una exposición in situ.

“La obra principal es el libro; la exposición se suma a él, es una traducción en el espacio de ciertos momentos clave de Ángel Miguel”, explica la artista sobre la doble obra; la segunda, curada por Casas y Valentín Castelán, se exhibe en el espacio de Tampico 33, Roma Norte, del 24 de enero al 23 de abril.

La finalidad del volumen para Moreno Cortez fue vaciar todas las emociones, interrogantes, frustraciones que la confrontaron cuando hace cinco años perdió a su hijo a meses de que viera la luz.

“Y en el proceso no pude sino enlazarlo con mi historia familiar, recordar a mi hermano que falleció 23 años antes. Y así conectar con mi mamá; hasta el momento en que perdí a mi hijo pude comenzar a imaginar su dolor al haber perdido ella a mi hermano hace tantos años, y que yo viví. Finalmente, encontré mi voz para contar mi propia historia y la historia de mi hermano, antes sentía que no tenía el derecho para hablar sobre su suicidio; fue tan doloroso, tan devastador, que decidimos silenciarlo”.

“Nunca sanamos como familia, no nos dimos el permiso de compartirlo en su momento. Y, cuando muere mi hijo, eso removió todas esas emociones, todas esas cicatrices. Y finalmente nos permitimos hablar al respecto. Algo muy impactante fue que parecía que estábamos hablando de la misma persona, sí creo que mis papás vivieron la muerte de mi hijo como si fuera otra vez la muerte de su propio hijo”.

El libro se integra por dos tomos independientes, Ángel (su hijo) y Miguel (su hermano), enlazados por un tejido hecho a mano con hilos multicolores como cordón umbilical. Los volúmenes corresponden a sendas historia de pérdidas familiares, aunque entre ambos hay muchos guiños: imágenes, referencias a través de textos que narran anécdotas desde el hospital donde estuvo gestante Moreno Cortez hasta los recuerdos del suicidio de su hermano a los 13 años, apenas dos años mayor que la artista visual.

“Me reconozco muy privilegiada al poder plasmar a través del arte y de la fotografía estas historias, que a veces no pueden salir de ninguna otra manera, a veces es tan difícil hablar de ellas, abordarlas en la familia. Para el libro y la exposición estoy utilizando diversos recursos: fotografías mías, del archivo familiar, objetos de mi hermano que todavía conservamos de él, para contar su historia”, enumera mientras subraya que su memoria se fue modificando al estar escribiendo los textos para los dos tomos.

La edición, bilingüe, involucró diversos materiales que contrastaban por su rudeza o por su finura: papel estraza, el mismo que se utiliza para envolver tortillas o carne, y cartoncillo, un papel muy barato lleno de imperfecciones, con papel mantequilla, semi traslúcido, muy fino, muy delicado, que da cuenta de la fragilidad de las historias de Ángel y Miguel. De la fragilidad e imperfección mismas de la vida.

“La muerte es indivisible de la vida, hay que reconocer que somos dualidad; no podemos separar la muerte de la vida. Y, en este proceso, me he dado cuenta que todas las personas tenemos historias si no igual, sí similares, todo mundo ha sufrido una pérdida, y muchas veces esas muertes se silencian, porque son dolorosas o duelos invisibles, como los casos de las muertes gestacionales, en las que muchas veces las familias ni siquiera reciben los restos o los cuerpos de sus bebés. Y también el suicidio es un tema todavía tabú, muy juzgado socialmente, se opta por vivirlo en silencio.

“Mi aspiración o anhelo es que las personas que puedan tener acceso al libro y a la exposición puedan conectar con sus propias historias, mi deseo es que esta historia que es tan personal, pueda volverse universal. De eso va la vida: de compartirla, de abrazarnos, de empatizar. Perder a alguien tan valioso te da una oportunidad grandiosa para sentir nuevas emociones, una empatía profunda, una esperanza”.

​PCL

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.