Andrea Arroyo, una artista México-neoyorquina, estuvo preparando una obra para celebrar la victoria de Hillary Clinton. El dibujo Stronger together (Unidos somos más fuertes) mostraría dos manos abiertas sosteniendo un sol resplandeciente en el amanecer. Alrededor del perímetro del semicírculo colocaría el título de la obra.
Pero la noche del 8 de noviembre pasado la sacudió. Estuvo devastada, no pudo dormir. Al igual que la mayoría del planeta, fue sorprendida por los resultados de las elecciones presidenciales estadunidenses. Al shock le siguió la tristeza y, tras esta, la angustia de pensar en todos los que sufrirían bajo el nuevo gobierno gringo.
Al día siguiente, como todos los días anteriores, Andrea entró a su estudio para trabajar. La aflicción por el acontecimiento ocurrido la paralizó, se sentía impotente. Tuvo una idea. Retomó Stronger Together pero, para simbolizar el duelo, invirtió los colores de la imagen. Ahora el sol parecía estarse ocultando y obviamente la negrura de la imagen reflejaría la oscuridad del momento. Pero decidió dejar las manos abiertas y el lema inscrito como señal de esperanza. Pensó que debía rescatar estas dos ideas porque “ahora, más que nunca, hay que unirse para luchar en contra de la política destructiva de Donald Trump”, explica.
Su inquebrantable optimismo, su idea sobre la necesaria solidaridad para enfrentar la catástrofe que se avecina, así como su convicción de que el arte puede cambiar el mundo, le despertaron un deseo: que la respuesta a Trump fuera colectiva. Hizo un llamado por correo electrónico a sus amigos y colegas escribiendo:
“El resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos fue un rudo despertar... Como respuesta, he lanzado un nuevo proyecto de arte en el que te invito a participar:
El proyecto se titula: ‘Unnatural Election: Artists Respond to the 2016 US Presidential Election’ (‘Elección antinatural: los artistas responden a la elección presidencial de 2016’). Estaré reuniendo imágenes de todo el mundo para crear un mosaico virtual para una exposición en línea y en una galería…. ¡Porque necesitamos la creatividd para cambiar el mundo! Mantengámonos más fuertes juntos…. Paz. Andrea Arroyo…
Nota: Las imágenes que se burlan de la apariencia física del señor y señora Trump no serán consideradas a menos que expresen también un concepto profundo”.
Casi de inmediato, Arroyo empezó a recibir respuestas. El entusiasmo fue enorme. Estas obras, que inicialmente se acumularían hasta enero, luego hasta mayo y ahora hasta que Trump siga en el poder, se están exponiendo en las galerías del Centro Kimmel de la Universidad de Nueva York e irán cambiando de localidad absorbiendo colaboraciones y evolucionando con la situación cambiante. También pueden verse en internet en http://www.unnaturalelection.com y en la página correspondiente de Facebook.
El 27 de enero, al cumplirse una semana del nuevo gobierno estadunidense, una semana llena de injurias del presidente Trump, visité la exposición en Kimmel. El recorrido me pareció de antaño. Vi caras orientales, negras, blancas y morenas. Escuché inglés, español, mandarín, urdu, francés, alemán…
La experiencia fue antitética a la que Trump está logrando imponer al aislar a Estados Unidos del mundo, especialmente de México, y al buscar deportar a los inmigrantes indocumentados, prohibir la entrada a los musulmanes, cerrar las puertas al comercio internacional, retirarse su apoyo a otras naciones, prometer invalidar los derechos obtenidos por las mujeres y buscar invalidar los derechos obtenidos en pro de la libertad de la identidad de género.
Al entrar al salón donde se presentan las obras me encontré con caricaturas, dibujos, grabados, collages de parches, fotografías y poemas de artistas y amateurs estadunidenses, mexicanos, mexicanoestadunidenses, canadienses, caribeños, sudamericanos, centroamericanos, europeos, turcos, iranís, israelís, hindús y hasta australianos y taiwaneses que reaccionaban a la presidencia de Trump con incertidumbre, desilusión, miedo, enojo y esperanza; vislumbrando un régimen fascista, intolerante, en el que las mujeres y las minorías están oprimidas y Estados Unidos está aislado y enemistado con el mundo. Paralelamente, vi imágenes y frases que invitan a la resistencia y a la solidaridad.
A continuación la descripción de algunas de ellas:
Una sola obra se refiere a la sensación de incertidumbre que algunos sintieron cuando ganó el republicano. Del caricaturista cubano Alfredo Martirena, muestra un perfil de la cabeza de Trump en la que su melena amarilla brillante es un signo de interrogación. Tal vez, la creación del artista es ingenua, o bien refleja la incertidumbre de cómo sería la relación entre la nueva administración estadunidense y su patria.
Varias obras reflejan la decepción de los resultados de la elección y anticipan un futuro sin libertades. Algunos ejemplos. Un dibujo del artista gráfico mexamericano Felipe Galindo (Feggo), se divide en dos escenas. La primera escena, fechada el 8 de noviembre de 2016, muestra a La Estatua de la Libertad sonriente, con su botón de la campaña de Hillary Clinton, emitiendo su voto en la casilla. En la segunda escena, fechada el 9 de noviembre, se ve a Lady Liberty abatida, sentada sobre su pedestal, llorando avergonzada con el rostro entre las manos. Sobre el mismo tema, en una caricatura del francés Serge Bloch aparece una flecha indicando a donde votar por Trump. Bajo la flecha, gente en fila espera turno para sufragar. La línea se dobla en 90 grados hacia un precipicio.
La imagen más elocuente sobre la opresión femenina que promete el gobierno de Trump, es la de una silueta de mujer colocada sobre un blanco de tiro titulada She waits like a target (espera como presa de caza). Paralelamente, varias imágenes se refieren a la lucha contra esta opresión. Por ejemplo una en la que se ve una pirámide de mujeres con el puño levantado; en otra, se ve a Hillary en armadura como guerrera; una tercera hace alusión al movimiento sufragista femenino, y una cuarta, de la mexicana Marta Barragán, muestra a mujeres y niñas abrazándose y, a la vez, abrazando un corazón acompañado del lema “sororidad”. La más satisfactoria sobre el tema tal vez sea una ilustración del estadunidense R. Sikoryak en la que Wonder Woman golpea a Trump del otro lado del muro. Al caer, al presidente se le cae el celular donde tuitea al tiempo que reclama: “Such a nasty woman”.
Algunos ejemplares presentan al empresario como payaso, bufón, campeón de boxeo, niño, diablo, bestia, títere de Putin, misógino, monarca y más... Muchos aluden a la conexión de Trump con el Ku Klux Klan y al apoyo que este grupo le ha otorgado. De estos sobresalen dos de mexicanos. En ambos, un emblema nacionalista es transformado mínimamente volviéndolo representativo de la secta racista. Miguel Rangel coloca dos óvalos negros sobre el pico superior de una estrella de la bandera de Estados Unidos, convirtiéndola en un monito encapuchado. Rapé Monero (colaborador de Milenio), hace lo mismo con los picos de la corona de La Estatua de la Libertad, que ha coloreado en blanco.
Las obras más fuertes, representadas por un número cuantioso de ejemplares, son las que utilizando símbolos y el saludo nazis, como esvásticas, uniformes de la armada Schutzstaffel y el distintivo bigotito de Adolf Hitler, ilustran la percepción de que Trump es fascista. Entre ellas, dos imágenes de artistas mexicanos destacan al combinar las alusiones nazis con la construcción del muro. En la ilustración de Eduardo Gómez, el republicano borda una esvástica de estrellas sobre la bandera de su país al tiempo que declara: “Además del murou, los mexicanos van a pagar también la bandera”. En la imagen de Chubasco, Donald aparece uniformado como general de la SS y construyendo la pared. Este agravio se contrapone con humorismo con una imagen adyacente de la cordialidad mexicana. En el extremo opuesto de la muralla, un compatriota ensombrerado le abre la puerta a un turista gringo dándole una calurosa bienvenida a nuestro país.
Siguiendo con el tema del muro, la obra del mexicano Helio Flores ridiculiza la reacción de nuestro gobierno ante la demanda del pago. El dibujo retrata a Trump como un gorila que sostiene un bate ignorando a un pequeño y suplicante Peña Nieto que le muestra un cartel que dice: “Somos aliados y socios”. Mientras que el estadunidense Peter Kuper se mofa de Trump con un dibujo que pronostica que las peores consecuencias de tener una muralla serán para EU, que terminará aislado del mundo. Dibuja una chimenea de la que apenas se asoma la melena de Trump y sobre esta dibuja un letrero pregonando: “A wall México would pay for” (Un muro que México pagaría).
También con el tema del muro, pero visto del lado humanitario, un dibujo de Andrea Arroyo lo presenta perforado por un corazón en el que una mano se extiende al otro lado para alcanzar a otra mano. La artista señala que aunque se construyan 20 muros, habrá manera de cruzarlos por encima o por debajo, simplemente porque el instinto de supervivencia es enorme. Sobre la imagen asevera que si las corporaciones libremente cruzan fronteras, la gente también debía poder hacerlo. Añade que su intención con esta obra también fue aludir a las familias separadas por el muro o, alternativamente, simbolizar que la cooperación rompe fronteras.
Muchas obras se refieren al maltrato de migrantes y refugiados y a las deportaciones. El brasileño Raimundo Rucke Souza dibuja las barras de la bandera como alambre de púas, indicando que los extranjeros en el gobierno de Trump no son bienvenidos. La caricatura titulada Friends, del mexicano Sergio Navarro, presenta a dos personajes estereotipados. En el suelo un indígena cabizbajo, ensombrerado y enmantado, tan hambriento que ya es puro esqueleto. A su lado, parado y disparándole con una pistola un Tío Sam con botas vaqueras le dice: “OK. Amigouu, si no pagar muro. Tú morir”. Mientras que revirtiendo roles, Lalo Alcaraz se burla de los insultos que el empresario le ha hecho a los mexicanoestadunidenses. En su caricatura, un grupo de morenos sostiene una pancarta con el retrato de la familia de la Casa Blanca. De Trump, dice que no paga impuestos; de Melania, que trabaja sin papeles y sin ropa, y de su hijo Barron, que es un niño ancla. Sobre la expulsión de los musulmanes sobresale una imagen del hindú Tauhid Dewan, en la que unas manos dibujan el perfil de una mujer cubierta con un hiyab que lleva inscritas frases como: “I don't want you here” (No te quiero aquí), “Illegals” (Ilegales) y “I will not register as a muslim” (No me matricularé como una musulmana).
La imagen más efectiva sobre la deportación es del mexicano Carreño y muestra a Trump como caudillo, disparando a un mexicano por un cañón dirigido al Castillo de Chapultepec. El cañón lleva grabadas las palabras: deportación masiva de indocumentados mexicanos.
La exhibición muestra también al gobierno de Trump como un régimen que hace caso omiso de las leyes usurpando los derechos de los ciudadanos, provocando como resultado la autodestrucción de Estados Unidos. Por ejemplo, en Suicidio, del caricaturista mexicano Tacho (colaborador de Milenio), la Libertad se apunta a la sien con una pistola cuyo gatillo es la cabeza del Donald. Mientras que en el grabado It can happen here (Puede suceder aquí), de la estadunidense Sue Coe, Trump es un torbellino rugiente que hace pedazos la Constitución de EU y arrasa todo por donde pasa. El italiano Marco De Angelis visualiza el aislamiento de Estados Unidos del resto del mundo que Trump promete, como preámbulo del descenso de la democracia estadunidense. En su dibujo, La Estatua de la Libertad aparece decaída con la antorcha hacia abajo y cercada por una valla de alambre de púas que demarca el perímetro del perfil de la cabeza del Donald. Por último, varias imágenes son reflexiones sobre el impacto global que podría tener la administración Trump. Sin duda, son de especial importancia las que hacen alusión al peligro de una guerra nuclear.
Para cerrar, cabe mencionar que aunque cualquiera puede participar en la exposición, Arroyo no recibió ni una sola pieza celebrando la victoria de Trump. El resultado total de la muestra señala el repudio que la mayoría en el mundo siente por él y la necesidad de expresar el miedo y el enojo por su mandato. Pero también revela esperanza: el deseo de luchar en su contra y de hacerlo colectivamente.
Debemos celebrar que Andrea Arroyo haya iniciado este proyecto. Ella cree que todos los seres humanos tienen la obligación de participar en la vida civil y hacer a nuestros representantes responsables. Aunque recibe mensajes que la acusan de “Trump hater” y “un-american”, su iniciativa sigue uniendo a artistas y a público en una comunidad esperanzada, que ve en la creatividad una herramienta de comunicación que puede estimular el cambio.
En estos momentos en que es indispensable erradicar la irracionalidad de Trump, la iniciativa de Arroyo inspira a que la sociedad civil se organice, se movilice y creé un foro a través del que pueda realmente actuar.