Más de 400 mujeres y niñas participaron este domingo en la 'Carrera de la Tortilla' en el estado de Puebla (centro de México), donde corrieron 5 kilómetros con un canasto en la espalda lleno de este producto de maíz, para honrar la tradición de su elaboración.
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Mujeres de origen náhuatl, pueblo originario en México, se dieron cita en la plaza principal de la comunidad de Santa María Coapan, en el municipio de Tehuacán, Puebla, para comenzar con el pesaje de sus tenates (canastas).
Los tenates debían pesar entre 1 y 6 kilos, dependiendo de la categoría correspondiente: infantil, juvenil, libre, máster, veteranas, veteranas plus y la categoría especial, las cuales fueron determinadas según las edades de las participantes, que iban de 4 a 70 años.
En la edición número 30 de la carrera que se realiza cada primer domingo de agosto, las participantes recorrieron 5 kilómetros por las avenidas principales del municipio, donde los espectadores les mostraban su apoyo para que no se rindieran.
María José Pastrana Dolores, de la categoría infantil, compartió a EFE que su participación en la carrera es para mantener viva la tradición y que el nombre de su pueblo Santa María Coapan se escuche y se reconozca que la mayoría de las mujeres se dedican a la elaboración de la tortilla.
La niña de 12 años mencionó que tiene varios años acompañando a su abuela a la carrera, con la intención de reconocerla y hacerle saber que está orgullosa de ella y de su familia.
“Yo lo hago para que siga la tradición por más tiempo y porque mi abuelita también corre. La acompaño también a ella y lo hacemos para que siga la tradición”, dijo.
Una tradición familiar de sustento
Tania Fabian, participante categoría libre, comentó que decidió que su tenate pesara 7 kilos como parte de un reto personal y por el orgullo que tiene de hacer tortillas diariamente para sostenerse económicamente.
Fabian compartió que su tías le fomentaron el amor a esta labor, al enseñarle desde como se cosecha el maíz, hasta ir al molino para hacerlo masa, y después, aprender a manejarla para transformarla en tortilla.
“Les agradezco a mis tías, Lourdes, Angélica y Beatriz, que por ellas aprendí a moler, aprendí a ir al molino y actualmente me dedico a elaborar tortillas”, expresó.
Katia Flores de la Luz, participante de la categoría infantil, corrió junto a su muñeca favorita a la cual vistió con una blusa bordada, faldón y huaraches, y a la espalda le colgó un canasto con tortillas y la colocó en la bolsa de su mandil para sentirse más segura.
“Es mí muñeca favorita y aparte me da más seguridad para correr”, compartió la niña y agregó que la vistió con el traje tradicional que su hermana diseñó en la secundaria.
Coapeñas se volcaron a las calles
La tradición prevaleció y haciendo a un lado el pleito legal de un pequeño grupo, la mayoría de mujeres de Santa María Coapan decidió salir a la calle y participar en la tradicional carrera de la tortilla que llegó a su trigésima edición.
Desde temprana hora, las mujeres de esa junta auxiliar que tienen como oficio elaborar diariamente tortillas, se concentraron en el parque de esa población para hacer el pesaje de los kilos de tortilla que cada una cargaría de acuerdo a la categoría, de ahí se fueron a la calle 1 Oriente y primera de Morelos para tomar su lugar y esperar el conteo que marcaría el inicio del recorrido de los casi cinco kilómetros.
Antes de iniciar este recorrido, se realizó una ceremonia donde los danzantes oraron, hicieron sonar el caracol y esparcieron incienso entre las participantes para que su recorrido se diera sin incidentes y como ocurrió.
Así ataviadas con el traje típico, cargando el tenate de tortillas con un rebozo, calzando huaraches o descalzas, algunas incluso cargando a sus pequeños hijos, se dispusieron a iniciar este recorrido donde participó un contingente de más de 460 mujeres desde la categoría infantil hasta veteranas.
La cantidad de féminas demostró el cariño que le tienen a su tradición y más allá de recibir un premio en efectivo como en ocurría en otras ocasiones, en esta vez corrieron por pasión, por amor a una costumbre que buscan transmitir a las nuevas generaciones.
Es por eso que desde pequeñitas las niñas son vestidas a la usanza de esa población, que es la única de las 12 juntas auxiliares de Tehuacán que preserva sus tradiciones que van desde hablar la lengua náhuatl, su vestimenta y el oficio de hacer diariamente tortillas con un mismo estilo que las hace únicas en comparación con el resto que se venden en el municipio.
Es cierto, la modernidad les ha alcanzado, la migración a esa población es constante, se han construido unidades habitacionales y gente que llega de otros lugares con una idiosincrasia diferente, todo esto no ha sido suficiente para que las mujeres de ese lugar se sientan absorbidas por las costumbres que migrantes tienen y en esta carrera lo demostraron, la participación de casi 500 mujeres de todas las edades, expresa el arraigo que hay en Santa María Coapan.
Solo premiación simbólica
Por el litigio que tiene un grupo de mujeres de ese lugar con autoridades municipales y auxiliares, a quienes demandaron por explotar comercialmente esta carrera y un juez les impidió a estos dos entes de gobierno participar; el comité organizador que es ajeno a quienes interpusieron el amparo, fueron las responsables de organizar esta carrera de la tortilla y reunir a más de 460 mujeres.
La competidora que lleva el número 194 Margarita Felipa Flores, fue la primera en cruzar la meta, hizo un tiempo de 22 minutos que empleo a su regreso a esta justa de atletismo de la cual estuvo ausente por diez años y desde el centro de esta población, hizo un llamado a la unidad de Santa María Coapan.
En esta ocasión no hubo una premiación específica para cada una de las cinco categorías, las participantes recibieron obsequios que consistían principalmente en enseres domésticos que los organizadores reunieron de aportaciones que recibieron de comerciantes de ese lugar.
Francisca quien también fue parte de este contingente, además de hacerse acompañar de su pequeño hijo, llevó consigo la fotografía de su madre Francisca Brigida Santiago, quien en vida alguna vez participó en esta carrera, hoy lo hizo al lado de su hija que durante todo el trayecto llevó su fotografía.
Rosa María Vargas Alemán, Presidenta de Vinculación de los Pueblos Indígenas dio un mensaje a las muejres que participaron en esta colorida carrera, ante quienes destacó la unidad entre hombres y mujeres, demostrando que los pueblos originarios, los que son la base, el tronco y raíz de esta nación, están fortalecidos, unidos,” más fuertes que nunca y sobre todo, preparados para recuperar lo que nos corresponde”, señaló.
Les dijo a los ahí presentes, que son orgullosamente mexicanos, gente culta, honesta, “donde nos paremos, haremos el mejor desempeño, estamos preparados para ocupar las curules y tomar las riendas de nuestro país, para luchar por nuestra soberanía”.
APA