Cuando La Parkita cayó a la lona tras un golpe de Piratita Morgan, muchos espectadores, sobre todo los niños, se asustaron: no querían que el técnico perdiera ante el rudo. Afortunadamente el gladiador de la máscara huesuda se levantó rápidamente, le aplicó una llave a su rival y lo dejó fuera de combate. Así la bulla se apoderó del ambiente.
La lucha libre llegó por primera vez al Festival Internacional Cervantino gracias a que la Ciudad de México, estado invitado a la fiesta cultural que este 2022 celebra 50 ediciones, la incluyó en su programación.
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Los visitantes cervantinos y los guanajuatenses disfrutaron de máscaras, llaves, quebradoras, gritos contra el réferi y presentaciones rimbombantes en el ring que se instaló en la plaza de la ex estación del ferrocarril de Guanajuato, lugar que resultó aún más chilango por el tianguis que se colocó a un costado.
“Pégale”, “Fuera, fuera” y “Quiere llorar” fueron algunos gritos que los fans del pancracio lanzaron hacia los combatientes, que respondieron con entusiasmo al apoyo… y al rechazo, como Espectrito, quien ante las comparaciones con Gloria Trevi por su peluca despeinada dijo burlonamente: “Es que aquí hablan en dialecto”.
Otro que se volvió entrañable por su rol de villano fue Piratita Morgan, pues desde que subió al encordado se ganó una rechifla por su grito de batalla: “Arriba el América”. Luego, sus detractores le encontraron un nuevo apodo: “Piñatita”, pero él ni se inmutó y siguió con sus maldades contra Octagoncito.
La función no la abrieron los ‘minis’, sino el talento local: enmascarados que la empresa Toffy’s, con sede en León, reclutó para dos peleas a una caída. Y de ellos, los que más aplausos se llevaron fueron Momia de Guanajuato, sobre todo por su nombre, y Cholo, que lució un envidiable estilo ‘tumbado’.
Luego de los peleadores locales y los minis, tocó el turno de las amazonas del ring: Diosa Quetzal, Bengalee y Luna Mágica se midieron con las rudas Satania, Sexy Violeta y la Hija de Fuerza Guerrera. Tras ellas, los exóticos, comandados por Pimpinela Escarlata, fueron blanco de admiración por sus lances arriesgados, pero también de risas por sus bromas desfachatadas.
La noche culminó con los gladiadores históricos: Mascara Año 2000, Solar, Negro Navarro, Míster Jack y El Fantasma, entre otros, dieron una clase magistral de lucha libre, que desde 2018 está catalogada como un Patrimonio Cultural Intangible de la capital del país; estos referentes mostraron que el pancracio es show, pero también deporte, disciplina, respeto al rival, diversión y, sobre todo, inspiración.
Ejemplo de esto último fue ese niño de 9 o 10 años que nunca dejó de mirar con emoción las triquiñuelas y vestuarios coloridos de los luchadores; su papá notó esto y le compró una máscara, que el pequeño se puso de inmediato y ya no se la quitó durante el resto de la función. ¿Habrá nacido un luchador?
PJG