Los autocinemas en México, un refugio para familias y parejas presente desde los 50's

Pata de Perro

Los autocinemas llegaron en la década de 1950 a la CdMx y tuvieron gran aceptación por su precio y la experiencia única para los espectadores. Ahora vuelven como un refugio para parejas y familias ante el covid-19.

Los autocinemas llegaron a México en la década de los cincuenta. (Foto: Cortesía | Diseño: Óscar Ávila)
Ciudad de México /

Los automóviles arriban a un enorme estacionamiento que minutos después se convertirá en una sala de cine. Algunos espectadores llegan antes para comprar dulces, mientras otros acomodan sus camionetas para poder recostarse en la parte trasera. Lo mismo familias que parejas están ávidos de comenzar la función, al aire libre, ente la oscuridad natural y la luminosa compañía de la Luna.

La experiencia de los autocinemas llegó a México en la década de 1950. Luego de la expansión de este formato en Estados Unidos a partir de los años treinta, se importó el modelo al país y su primera versión en la Ciudad de México fue el Autocinema Lomas: “¡el primer Autocinema de América Latina!”, presumían en su publicidad.

Al poco tiempo de su establecimiento comenzó su reproducción en la capital, con espacios que se situaron en zonas donde se desarrollaba la clase media, la de mediados del siglo XX. Satélite, Del Valle y Lindavista fueron los complejos que destacaron en los años de 1960 y 1970, en un momento que las salas de cine veían una disminución en su popularidad, mientras la televisión ganaba sus puntos perdidos; por ello, los autocines fueron una oportunidad de revivir el interés.  

“Eran, económicamente, zonas de clase media, con recursos económicos, una clase media como ya no hay hoy en día, una clase media que podía comprarse una casa en Satélite, hoy en día la gente que se va a comprar una casa lo tiene que hacer en Tecámac, o en el Estado de México, o en el estado de Hidalgo, es imposible ya para una familia de clase media comprar una casa en la Ciudad de México”, apuntó a MILENIO el especialista en Historia de la cultura de la Ciudad de México en el siglo XX, Enrique Xavier de Anda.

Si las primeras salas de cine en México impactaban por su innovación e imponentes inmuebles, los autocinemas ofrecieron una oportunidad de ahorro a familias completas, al pagar sólo una entrada por auto, sólo algunos como el Lomas cobraba extra por cada persona (dos pesos por adulto, uno por menor). Además, a las parejas, el ambiente ofrecía mayor romanticismo: un lugar perfecto para primeras citas…y las que seguían.

Los autocinemas desde los cincuentas y hasta la fecha, son opciones privilegiadas para citas en pareja. (Cuartoscuro)

Las dimensiones de cada autocine eran muy variables; sin embargo, la Enciclopedia de Arquitectura de Alfredo Plazola apunta que la organización ideal debería ser con los accesos y salidas en el mismo sitio, le seguiría una taquilla, donde se encontraría un pequeño estacionamiento para evitar congestionamiento en el camino hacia el lugar designado.

En el patio de exhibición se deberían encontrar unas rampas con el fin de elevar el coche hacia enfrente, para observar perfectamente la pantalla. Los espacios complementarios como la cafetería y sanitario también estarían de forma ideal en el estacionamiento.

El arquitecto Alfredo Plazola reunió las características físicas que deberían tener las sals de cine 'drive-in'. (Cortesía)

Para el Dr. de Anda Alanís, la llegada de los autocinemas fue un tema comercial, relacionado con el interés de empresarios que siguieron el modelo estadunidense en los autocinemas, “porque mucho de la vida norteamericana se desarrolla en función del automóvil”, como los grandes estacionamientos de centros comerciales, lo que en México había en aquellos años.

“En México no había la cultura de las cosas que se podían hacer en el automóvil, entonces resulta nuevo, y resulta sobre todo muy económico para las familias porque se cobraba por automóvil”, añadió.

Sin embargo, los cines, como espacio público, han sido históricamente puntos de encuentro o un "sistema de lugares significativo", así lo recuerda el académico Cuahtémoc Ocohoa Tinoco en el ensayo “De los olvidados del rescate: cines, patrimonio cultural y gentrificación en la Ciudad de México”.

“Los cines y su entorno urbano fueron espacios que convocaban a personas de diferentes clases social y de diversos rumbos de la ciudad. Sin distinción los asistentes disfrutaban, sufrían o padecían historias que por unas horas los aislaba de su realidad cotidiana.”, añade.
En 1915 se inauguró en Nuevo México el "Theatre de Guadeloupe", un prototipo de autocinema que operó durante un año. (Freepik)

Años después de la  su expansión en la CdMx, este modelo de cine comenzó su decadencia entre las posibilidades que ofrecían otros formatos para ver películas y la poca rentabilidad que generaban.

“Fue mucho más interesante explotar económicamente el valor del terreno con un edificio de tiendas que con un gran estacionamiento en el que se cobraba equis cantidad por automóvil por noche, y por eso se terminaron”, comentó de Anda Alanís.

Así, en 1991 cerró el Autocinema Satélite, el cual llegó a ser el más popular y longevo de la Ciudad de México. Hoy su lugar lo ocupa una sucursal de la tienda Sam's Club.

Así es la vista satelital de donde se encontraba el Autocinema Satélite, frente al centro comercial Mundo E. (Captura Google Earth)

La nostalgia en Autocinema Coyote

En 2011, y movidos por la nostalgia, Miriam Mercado, Rafi Farca, Jacqueline Kajomovitz, Salomón Askenazi e Isaac Ezbán decidieron abrir un autocinema luego de una pequeña experiencia que les permitió imaginar todos aquellos momentos que las generaciones recientes no pudieron conocer.

“Está basado completamente en traer a la actualidad una idea retro, que cuando inició en 2011 sólo habían vivido personas mayores y los que teníamos menos de 30 años no conocíamos el concepto de un autocinema, sólo a través de películas o televisión y fue así como surgió la idea de revivir esta experiencia, pero combinada con las herramientas que la tecnología nos presta hoy en día”, dijo a MILENIO Rosario Borbolla, gerente de programación.

Con el paso de los años, el autocinema Coyote tuvo que competir con otros exhibidores convencionales, ya que en ese momento sólo conformaban su cartelera con películas ya disponibles en DVD o en plataformas digitales, "el reto era crear una experiencia alrededor de ver una película". 

Pero ha sido durante la pandemia de covid-19 que los autocinemas han resaltado sus virtudes, pues con la aplicación de medidas sanitarias las salas tuvieron que cerrar, mientras que los espacios drive-in han podido reabrir reforzando algunos protocolos.

Así como en las versiones anteriores, en la actualidad se hace un sólo pago por automóvil. (Cortesía)

“Una experiencia inolvidable para vivir en pareja”

Para parejas, amigos o dates, los autocinemas han sido históricamente un lugar por excelencia para las citas. Luego de su desaparición en los años noventa, este sitio quedó en la orfandad, pero con el regreso del formato, vuelven los recuerdos y generan nuevas memorias.

Para este Día del amor y la amistad, el autocinema Coyote preparó diversas sorpresas para su público, empezando por la programación de dos cintas que se han vuelto clásicos del amor: La La Land y The Notebook, ambas solicitadas por los espectadores, y cuyas entradas se agotaron desde hace varias semanas. 

Además, quienes ya tienen su boleto tendrán la oportunidad de poner gratis un mensaje en la pantalla para sus acompañantes. En este tipo de actividades han pasado desde pedida de matrimonio hasta felicitaciones por aniversarios.

“Hay personas que su primera cita fue en Autocinema Coyote y regresan varios años después a revivir esa experiencia y es cuando justamente ponen estos mensajes en pantalla como de ‘Feliz Aniversario’”, recordó con emotividad Borbolla.
"Es el lugar perfecto para una cita porque no es como en una sala normal de cine donde hay silencio todo el tiempo, donde estás con muchas más personas para poder disfrutar la película, en el autocinema tú creas tu propio ambiente", concluyó.

​DMZ

  • Daniel Zainos
  • daniel.monroy@milenio.com
  • Comunicólogo egresado de la FCPyS de la UNAM. Redactor de Discover. De seguridad a espectáculos, escribo de todo un poco… si Trends lo permite. Fan de la música, los podcast y la exploración cotidiana.

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