En una era en que las redes sociales son una plataforma fundamental para las imágenes, “el reto de los fotógrafos es no olvidar que tenemos que crear imágenes para generar memoria. Hoy, con tantas imágenes que vemos todo el tiempo, realmente ya no te acuerdas lo que subiste en tus redes hace cinco meses”, asegura en entrevista Ricardo Azarcoya, uno de los artistas latinoamericanos con categoría de Explorador de National Geographic Society.
Embajador de la compañía fotográfica Canon, Azarcoya tiene una amplia trayectoria, pues ha fotografiado eventos deportivos y hasta se descubierto como documentalista. Su trabajo es descrito por especialistas como fotografía humanitaria y de conservación.
“Las imágenes ahora mueren rápidamente. El gran reto de los fotógrafos que hacen carrera en redes sociales es que no generan memoria, son imágenes instantáneas con una vida muy corta””, asegura.
“Como dice el fotógrafo Nick Nichols: ‘El verdadero poder de la fotografía es que nos hace pensar’. El reto es ese: hacer pensar, y los fotógrafos se enfrentan a eso, a contar historias a partir de sus intereses”.
No hay planeta B
En la actualidad el cambio climático, la conservación de la fauna y la flora son muy importantes, es un tema presente desde hace ya algún un tiempo. Sin embargo, el fotógrafo asegura que cuando la gente ve una imagen de cómo se deforesta algún sitio para obtener de ahí el aceite de palma, cómo los orangutanes se están quedando sin hábitat, es cuando se comienza a preocupar.
“Realmente siempre me he hecho esta pregunta: ‘¿Cómo podemos cuidar algo que no conocemos?’ Nuestro trabajo es dar a conocer lo que está pasando para que la gente pueda tomar acción, pero creo que la fotografía, la narrativa de contar esas historias empodera a la naturaleza porque no tenemos un planeta B”.
Una gran organización
En sus inicios en la fotografía recuerda que uno de sus maestros les preguntó a sus alumnos la razón por la que estaban sentados en su clase y Azarcoya contestó: “National Geographic”, pues a los ocho años su acceso al mundo era a través de esta revista.
“Ellos son los mejores para contar historias (a partir de la imagen), entonces mi esfuerzo y energía fue poder ser parte de National Geographic, hasta que lo logré. Cuando entras a National Geographic piensas en esta gran organización de 1888 que todo el mundo conoce, es muy respetada y tiene mucha credibilidad. Realmente es una gran satisfacción de que somos pocos mexicanos en la organización, dice Azarcoya.
Pintaba para administrador
Ricardo Azarcoya estudiaba administración visitó Acapulco con su familia. Sin entender cómo funcionaba la cámara que llevaba su hermana, tomó algunas fotografías. Vio el letrero sobre un concurso, se inscribió con algunas de ellas y ganó. Su familia le sugirió que se dedicara de lleno a la fotografía. “En los siguientes días fui a pedir informes de escuelas, me inscribí y fue un cambio radical”, dice.