Celebrar el ciclo de conciertos Lunario Barroco 2019 Jornadas de Música Antigua en un foro en el que se puede comer y beber y no en una sala de conciertos no es un sacrilegio para el flautista Horacio Franco.
En entrevista para M2, el flautista y curador del ciclo dice que “finalmente esto viene a emular la manera en la que se hacía música en el siglo XVII en las cortes para el entretenimiento de los reyes, príncipes, condes, etcétera, pero también para las ceremonias religiosas. No es algo que transgreda la forma de presentar esta música”.
IGLESIAS, CON MALA ACÚSTICA
Si hay algo que sí transgrede al género barroco, advierte, “es ponerla en un aparador, en ciertas salas de conciertos o en un altar de nuestras iglesias. Las iglesias barrocas mexicanas tienen una acústica horrible por las cúpulas: el sonido llega bien a las primeras tres, cuatro o cinco filas, pero atrás ya no se entiende nada”.
Y si bien es mejor tocar en salas de concierto, el flautista asegura que “en Ciudad de México no son propicias para la música barroca. Por mucho que tenga fama la Sala Blas Galindo, que se oye bien donde está sentado el público, pero no donde están los músicos, pues se oye de la fregada y lo que le sigue. No te oyes y entonces empiezas a soplar más fuerte, lo que quiere decir que está mal diseñada”.
En la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes “el sonido te llega hasta las rodillas y la Sala Carlos Chávez es una tragedia griega: no tiene rebote, como debería tener una sala de música barroca”.
Franco ha tocado en salas especializadas en esta música en Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Ámsterdam y otros países, lo que es otra sensación. “Hay una sala en la Ciudad Prohibida de China que es de locura: te oyes tú y te oyen todos, ¡como en departamento de interés social!”, dice entre risas.
En el Lunario la situación es diferente dado que se cuenta con amplificación, lo que permite que el sonido llegue al público en toda la sala. Además si algo ha caracterizado la carrera de Horacio Franco es adaptarse a las circunstancias.
PROGRAMACIÓN ECLÉCTICA
La programación de Lunario Barroco es muy ecléctica, dice Franco, ya que inició el jueves pasado con el Ensamble Antqva Metropoli, integrado por jóvenes músicos, que tocaron Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi. “Para muchos el más grande compositor del siglo XVIII, pero digamos que es de los más inteligentes de la historia, porque es de los que sentó las bases para el futuro de la música”.
El próximo jueves el grupo Vecchio Fascino, integrado por Nadia Ortega, Nurani Huet, Santiago Álvarez y Miguel Cicero, interpretarán un programa virreinal con piezas de compositores de la Nueva España.
El 18 de julio el flautista Horacio Franco dirigirá a la Cappella Barroca de México, que presentará un programa vocal con el IV Libro de Madrigales, de Claudio Monteverdi.
Nadia Ortega Petterson, soprano integrante del grupo, dice que Monteverdi “es el compositor más espectacular del siglo XVII y considerado por muchos como el padre de la ópera. Es un compositor que explora al máximo las pasiones del alma”.
La cantante indicó que en los conciertos habrá un contacto cercano con el público. “En este caso, leeremos la traducción de cada poema para que se entienda más lo que estamos cantando y la gente se sienta más identificada, finalmente las pasiones no cambian, solo el matiz y el siglo”.
El ciclo culmina el 25 de julio con un concierto de flauta sola de Horacio Franco con obras de Johann Sebastian Bach y otros compositores. “Trabajar a Bach es la pasión más grande de mi vida. Bach sintetiza un movimiento musical, intelectual, que viene desde la invención de la escritura musical. Es el gran sintetizador de toda la polifonía occidental y con sus genes, con sus hijos, es el gran iniciador de todo el movimiento del siglo XIX”.
Y ADEMÁS
PRONTO PARA JUZGAR
Horacio Franco, quien trabaja en las comisiones de cultura para las que se le nombró en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dice que resulta difícil juzgar lo que ocurre en materia cultural. Sin embargo, dice, “he sido crítico con las cosas que no me gustan. Yo estoy seguro que ha hecho cosas que valen mucho la pena y otras tantas con las que no estoy de acuerdo, pero no por eso lo voy a denostar y decir que el gobierno no sirve para nada, porque tampoco es cierto. Tenemos que esperar, porque las cosas estaban verdaderamente mal. Es muy pronto para juzgar. Todos los cambios son dolorosos, pero creo que no debemos dejar de tener fe y esto va a cambiar”.