El artista y disidente chino Ai Weiwei sigue reflexionando sobre los refugiados, esta vez con su mayor instalación hasta la fecha Law of the Journey (La ley del viaje), inaugurada en Praga, cuya pieza principal es una gigantesca embarcación de 70 metros y 258 figuras hinchables.
Weiwei dijo que "no hay una crisis de refugiados, es una crisis humana... y en la forma de gestionar esta crisis hemos perdido nuestros valores más básicos".
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Instalada en la sala principal del Trade Fair Palace, en la embarcación hay figuras humanas de goma que simbolizan el periplo de los que huyen de la guerra y el hambre.[OBJECT]
En el suelo aparecen algunas figuras con flotador, otras de medio cuerpo y de otras sólo sobresale la cabeza, que representan la impotencia ante un mar que se los traga. "El problema de los refugiados es global, un problema político a varios niveles, y no va a desaparecer", dijo el artista.
La instalación incluye además mensajes en varios idiomas, entre ellos uno que señala: "El hombre en éxtasis y el hombre ahogándose: ambos levantan sus brazos".
Sobre el rechazo a los refugiados, Ai Weiwei consideró que "es normal que la gente tenga miedo a que sus vidas se vean alteradas ante un extranjero o alguien que viene de lugares menos familiares y ha sido dibujado como un peligroso".
"Pero desde un ángulo humanitario, si vemos que alguien es víctima o busca de forma desesperada un lugar de paz, y no lo aceptamos, el verdadero desafío, la verdadera crisis, no está en ellos, sino en los que los ignoran", denunció.
El artista y activista denunció en el pasado la corrupción y se involucró en la lucha por las libertades en China, donde fue detenido por las autoridades en 2011 y pasó 81 días encarcelado mientras era investigado por un presunto delito de fraude fiscal.
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