La compañía de danza Barro Rojo ha llevado su labor más allá de la escena para tender puentes entre todos los elementos que componen el proyecto. Además de los bailarines —cuenta en entrevista Laura Rocha, directora de la compañía— están los creadores, gestores, videastas, fotógrafos e iluminadores.
“Barro Rojo da la posibilidad, a partir de nuestra filosofía, nuestros ideales y nuestra visión de vida artística, de que los integrantes no solo se desarrollen como bailarines, sino de propiciar un espacio para que puedan desarrollarse como creadores, docentes, coreógrafos y todos los (perfiles) que quieran sumarse para construir este proyecto”.
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Del 13 al 16 de abril la compañía se presentará en el Teatro de la Danza con dos piezas que surgieron como parte del programa de creadores. Epifanía, del coreógrafo Miguel Gamero, es una pieza que —explica Rocha— “habla sobre las mujeres en encierro, pero no como esas mujeres víctimas, sino como esas mujeres que se van fortaleciendo. Habla de las mujeres que se ayudan, que constantemente están trabajando y tratando que esa soledad sea compartida”.
También presentarán Omisión cuatro tres, una instalación coreográfica de Julio Hernández que la directora de la compañía define como “un recordatorio para no permitir que las desapariciones forzadas sigan permeando nuestra sociedad”.
Aunque la obra hace referencia a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Laura Rocha explica que es más bien un detonador para hablar de todas las personas que han sido afectadas por las desapariciones forzadas y cómo esta violencia trastoca el entorno familiar.
Sobre cómo abordar estos temas, la también bailarina dice: “Nosotros llegamos a provocar en el público emociones porque hay honestidad: lo vivimos, lo sentimos y lo compartimos. También trabajamos mucho en espacios abiertos que nos permiten el contacto con el público, que es fundamental. Es parte de lo que propicio al interior de la compañía, que podamos estar en esos espacios para que los intérpretes puedan estar en diálogo constante con el público”. Mientras que en espacios convencionales, dice, “tenemos que sacar más del cien por ciento de nuestra fuerza y emotividad para que pueda llegar a la última butaca”.
Epifanía y Omisión cuatro tres forman parte del programa coreográfico 40 y uno, que se presentará del 13 al 16 de abril en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque.
PCL