Entre el 24 y el 25 de febrero de 1942, el condado de Los Ángeles estuvo en alerta máxima por una supuesta invasión. Corrían los años de la Segunda Guerra Mundial. Habían pasado sólo tres meses desde el ataque a Pearl Harbor por parte de la Armada Imperial Japonesa y los ánimos no eran buenos.
Las alarmas de ataque aéreo sonaron en todo el condado y a la confusión se sumó un apagón masivo. Miles de guardias salieron a las calles y una brigada de artillería disparó ametralladoras al cielo. Los disparos se extendieron de las tres a las cuatro de la madrugada.
Parecía que Los Ángeles estaba bajo ataque, aunque en el cielo sólo se veía humo y resplandor. Un coronel de artillería llamado John G. Murphy más tarde admitió que no había aviones de ningún tipo sobrevolando el condado, "ni amigos ni enemigos".
Cinco civiles murieron por daños colaterales del supuesto ataque, dos de ellos debido a infartos que el operativo les provocó. El incidente fue bautizado como "La Batalla de Los Ángeles" (o The Great Los Angeles Air Raid) y ocupó las primeras planas de los diarios durante varios días.
Las autoridades reconocieron que el incidente se debió a una falsa alarma de ataque aéreo. Frank Knox, Secretario de Marina, dijo que la causa fueron los "nervios de guerra" debido a la tensión mundial de la época.
Sin embargo, para los creyentes de la ufología, la Batalla de Los Ángeles se debió a la aparición de naves extraterrestres. En los años 80 se determinó que probablemente, un globo meteorológico perdido desató el pánico entre las autoridades.
evr