Cristián Plata, profesor de baile en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), explica que al bailar se liberan endorfinas y eso proporciona la sensación de felicidad. Aunado a ello al conectar con más personas, poder platicar cosas en común, acompañarse, les proporciona un mejor estado anímico.
Esta actividad hace que se olviden de algún sus problemas, se concentren en bailar, en cada paso; les permite distraerse, evita la depresión y a sobrellevar muchas dificultades emocionales, entre otros beneficios emocionales.
Bailar no demanda un gran esfuerzo físico, porque existen distintos tipos de baile que se pueden adaptar a las necesidades y gustos de cada persona, incluso no es indispensable tomar un curso, sino simplemente dejar que el cuerpo se exprese.
En general, agrega, la danza ayuda a mejorar la resistencia física y la capacidad pulmonar. En algunos casos también permite mejorar el peso. Y dependiendo del tipo del baile, ayuda a explotar el lado creativo de una persona al montar o inventar una coreografía.
En general no requiere una cualidad específica, a menos que se trate de alguien que se quiere dedicar a la danza de manera profesional. Para estos casos si ocupan algunas capacidades físicas, tener buen ritmo y oído musical, cierto rango mínimo de movilidad articular.
“Cualquiera puede bailar, incluso una persona de edad avanzada o que esté trabajando con alguna lesión, a cualquier edad; si su intención no es estar en un escenario podría bailar con alguna limitante y de cualquier manera tendría beneficios”, acotó.
Lo mismo pasa en el tema de la edad. Se puede aprender a bailar a cualquier edad, pero no si el objetivo es dedicarse a ello de forma profesional; en esos sí es importante que se comience con la actividad artística a temprana edad, por ejemplo para el ballet es necesario empezar a los nueve o 10 años, porque el aprendizaje puede llevar entre 8 y 10 años.
Inicios y tipo de baile
Al igual que la música, la danza es tan vieja como la humanidad. Lo único que ha pasado es que se ha diversificado y evolucionado. Al inicio eran rituales, ahora se acompaña de acrobacia y otras expresiones artísticas que pueden resultar más completas, señala el universitario-
“El movimiento nos ha acompañado desde toda la existencia de la humanidad y ha ido sufriendo cambios a través del tiempo. Es hasta 1492 cuando se abre la primera escuela de ballet formalmente constituida en Italia. A partir de ese momento se genera lo que hoy conocemos como danza”, expresa.
- Los tipos de bailes son tan diversos como la música, con algunas modas que pronto desaparecieron, como la lambada, el can can, entre otros, mientras otros siguen presentes o más extendidos en el país, como es la cumbia, la salsa y el danzón.
- El baile folclórico o regional es muy extenso en México. Existe el jarabe tapatío, el huapango, la polka norteña, la jarana yucateca, el baile de los viejitos, la bamba, la danza del venado, el baile de los chinelos, la zandunga, entre otras que se caracterizan por su gran colorido y ser típicos de una región.
- Además están los bailes de salón o en pareja son: el vals, tango, foxtrot, quickstep, el cha cha cha, el mambo, la conga, la rumba, el rock and roll, disco, además del hip-hop., el jazz, el funky, el tap, break dance, norteño, danza árabe, reggaetón, bachata, flamenco, entre muchas otros ritmos.
Al final no importa qué tipo de baile sea, todo implica movimiento y genera los mismos beneficios, desde sociales, cognitivos, destreza, hasta en la salud física y emocional, por lo cual quienes disfrutan del baile recomiendan acercarse a la danza y sus diferentes estilos para que puedan encontrar la que realmente les guste y les llene.
Hay gente que empieza con danza folklórica pero describe que la contemporánea o de salón es la que realmente le gusta, para ello es importante ver, probar y disfrutar cualquier ritmo, siempre que haga vibrar al corazón.
KVS