EN EL 2000
El artista, dentro de su imaginación, se convierte en un oráculo. En el 2000, canción de Natalia Lafourcade, hay predicciones. ¿Se cumplieron? El pintor emergente, Bernardo Loar, interpreta la canción con un dibujo que recrea la adolescente rebelde que ve un año 2000 bizarro y extraño.
Natalia Lafourcade escribió esta canción cuando tenía 13 ó 14 años, no recuerda bien qué edad, “En el 2000 fue una canción que compuse en un rush de inspiración, que a veces puedo componer veinte canciones. Fue una manera de desahogar todas esas emociones que sentía como adolescente. En esa edad que no encajas en ningún lugar, que no sabes muy bien qué va a suceder contigo, que estás tratando de entender la vida. Recuerdo que pude poner un collage de diferentes situaciones que estaban alrededor de mí, fue la fotografía de ese momento de mi vida”.
La adolescencia es un periodo que se adolece, se padece, el dibujo de Bernardo Loar recrea esa joven que comienza a conocer su sensualidad: “Es una canción que había escuchado de chico. Ahora que la estuve analizando, me di cuenta precisamente de eso: de una niña que está pasando a su adolescencia. Son cosas que me llevaron a pensar en las obras de Balthus, este pintor que aborda el tema de las niñas adolescentes. En la parte erótica, que ya está cambiando su cuerpo, que no es una adulta pero ya tiene algo de una mujer”.
Natalia mira su vida de entonces: “Recuerdo una cosa que me acomplejaba, de todas mis amigas, yo era la que se estaba quedando chaparrita, la que no le crecían los pechos, me preguntaba por qué no era como mis amigas. La inocencia, pero también el hambre, la curiosidad de descubrir el mundo y que no tenemos las herramientas para confrontar esta edad como mujeres”.
El reto de llevarla a una imagen lo abordó Bernardo desde la técnica: “Es un retrato de Alicia, mi novia, hice varias fotografías para seguir el concepto que ya tenía de la adolescente de Balthus. Tratando de encontrar algún ángulo que me favoreciera en la composición, y con la idea que tenía de una chica en su cama, en su cuarto, en su intimidad. El dibujo, la obra es tinta china, la dibujé originalmente con lápiz. Hice la metamorfosis al revés, algo extraño, Alicia es adulta, la hice como si fuera adolescente, con rasgos más de niña”.
La vida está hecha de banalidades indispensables, la joven del dibujo se está pintando las uñas, una reminiscencia de Lolita de Kubrick y Natalia observa: “Se me hace precioso ese detalle porque tiene tanta profundidad y dice tanto. Pintarte las uñas, la boca, jugar con esos elementos que te hacen ser una mujer, el hecho de vivir todo lo que conlleva crecer. Es muy bonito, también es muy doloroso”.
Bernardo habla de Lolita: “Lo de las uñas, todo eso, lo que pasa en la película, es una tentación para un hombre, y es una tentación una chica. El resultado es ese erotismo, un poco lo de Balthus, el voyeurismo, porque la chica está en su cuarto haciendo sus cosas sin ninguna preocupación”.
Seguiremos buscando detalles que le den sentido a la vida.