La poeta Natalia Litvinova obtuvo el II Premio de Novela Lumen con Luciérnaga, libro donde narra su vida en Bielorrusia, el país que se rompe como telón de fondo, donde cuenta los recuerdos de una infancia marcada por el desastre de Chernóbil y la resistencia de las mujeres.
La autora llegó a vivir a Buenos Aires a los diez años y su primera novela fue calificada por el jurado como “luminosa y radioactiva”.
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“En la novela hay muchos conflictos que involucran a Chernóbil, la familia, el exilio, la salud, la integridad y la vida cotidiana y claro que también es un texto político. Todo mundo sabe lo que sucedió en Chernóbil y sin embargo, hubo un tiempo donde se quiso silenciar la catástrofe, no les convenía, pero yo no quería tocar todos esos temas como una periodista, sino como una poeta, una mujer que también vivió y absorbió todo eso como esa gran radiación que nadie quiere ver”, dijo Natalia Litvinova (Bielorrusia,1986) en conferencia de prensa virtual.
Para el jurado, Luciérnaga es “una voz deslumbrante y conmovedora con la difícil cualidad de la sencillez. En la tradición de la mejor literatura rusa que pasa del realismo a lo mítico con naturalidad y sabe recurrir al humor y a la ironía para narrar una historia que todavía no habíamos leído: la guerra y la emigración”.
Natalia Litvinova es poeta, editora y traductora de poesía rusa y explicó que en la novela hay mujeres inventadas con la cara de su abuela y de su familia.
“Tuve que dialogar con mis muertos que siempre me interesó trabajar en la poesía y en la novela. Aparecen mujeres que están recogiendo ‘turba’ combustible natural que se utilizó en la Unión Soviética y quienes se encargaron de este trabajo, ese castigo era para ellas y mi madre me lo cuenta junto al secuestro de mi abuela por los nazis. Es la idea trágica de la mujer que vuelve y es enviada al pantano; son mujeres inventadas pero existieron y sobrevivieron a todo eso y me interesaba mucho”, agregó.
La autora comentó que viene recolectando muchas obsesiones en su cabeza y corazón sobre su país y lo que sucedió en su infancia y exilio.
“Creo que la novela va a tocar algo incómodo para Europa del Este. Es importante esa incomodidad, porque justamente toca todos los temas que se quisieron ocultar. Pero no lo escribí pensando en eso. Yo fui a Bielorrusia en 2012 y cuando quise hablar de la radiación creyeron que estaba loca, me dijeron que se había ido con el agua, en los ríos y para mí habla de esa ingenuidad de ser soviético que creo que todavía predomina, tienen respuestas extrañas a estos acontecimientos terribles y me trataron como extraña, ese extrañamiento me provocó escribir”.
El jurado del premio estuvo conformado por las escritoras Ángeles González-Sinde, Luna Miguel y Clara Obligado, la directora de la librería Rafael Alberti (Madrid), Lola Larumbe, y la directora literaria de Lumen, María Fasce.
Para la segunda edición del Premio de Novela Lumen se recibieron 549 manuscritos procedentes de Argentina (117), Colombia (22), Chile (18), España (326), Estados Unidos (17), México (42), Perú (2) y Uruguay (5). El galardón está dotado con 30 mil euros y la publicación de la novela ganadora en todo el territorio de habla hispana.
PCL