Durante la segunda mesa "Literaturas fronterizas", de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, se propuso generar una reflexión sobre la relación entre el reguetón y la literatura. Ésta se llevó a cabo en las instalaciones de la Universidad de Guadalajara.
El tema eje de la tercera Bienal es “Literaturas y fronteras”, pero no deja de ser una reflexión acerca del género en nuestro tiempo o de la importancia de la palabra y de la imaginación en la vida cotidiana, no sólo en la literaria.Por ello, no llamó tanto la atención cuando la escritora cubana Mayra Montero ofreciera una mirada sobre la influencia del reguetón en el ámbito de la lengua y la literatura hispanas, convencida tan sólo de que “la verdadera literatura fronteriza en el caribe, hoy, es el reguetón”.
“En algún momento debe darse un foro del reguetón y el narcocorrido, que son cosas muy distintas: el primero es más escéptico, no exalta el crimen, pero sí otros valores muy distintos a los que nosotros tenemos”, dijo.
Más en son de broma, el chileno Carlos Franz recordó una frase que ha empezado a circular en distintos escenarios: “después de que Europa invadió a América, América se ha vengado invadiendo al mundo con el regguetón. Así que estamos a mano”.
Momentos lúdicos dentro de los procesos de reflexión de la bienal, en este caso dentro de la segunda mesa: “Literaturas fronterizas”, en donde Franz aseguró que las fronteras son una invención literaria en sí misma, “una línea imaginaria que hemos inventado y que nos hemos esforzado en creer en ellas, a tal punto que nos matamos los unos a los otros por esa línea imaginaria que tendemos en el suelo separando lo que está naturalmente unido”.
Durante su participación recordó una historia personal, la de su bisabuelo, un ingeniero suizo nacido en Basilea, que hace frontera con Francia y Alemania, quien al llegar a Chile se casó y tuvo a sus hijos, siempre teniendo a la frontera como parte de su propia idea de frontera.
“He heredado esa inquietud, esa necesidad de ese bisabuelo que no conocí, por superar las fronteras, por recuperar una patria imaginaria que sólo se puede recuperar a través de la literatura, lo que me ha hecho escritor”, dijo Carlos Franz.
Para Alberto Chimal, en un tiempo como el nuestro, se puede tener incluso en la propia vivienda, al convertirse en un territorio compartido a veces imposible de cruzar; pero también está todo ese contacto cotidiano con el exterior que llegar a desarrollarse en línea, a través de una pantalla, ante la cual nos sentamos muchas horas al día.
“Extraña en este país que tiene tanta conciencia de las fronteras físicas, no tengamos conciencia del daño que producen estas fronteras intangibles, que vemos en todas partes, surgidas de las tendencias de nuestra época, probablemente animadas por los medios digitales, pero también por las peores actitudes y tendencias de nuestra propia especie”, dijo.
Y, al mismo tiempo, el escritor mexicano ofreció lo que podría entenderse como una esperanza para nuestros días: “El lenguaje es el que levanta las fronteras; si bien es el que define qué es una frontera, también es el que permite decir la frase ‘cruzar la frontera’”, enfatizó Alberto Chimal, durante una mesa moderada por J. J. Armas Marcelo, director de la Cátedra Vargas Llosa.
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