El arte debe contar siempre con la disciplina, los tiempos, la sensibilidad, el respeto, cuando no se tienen estas características en una exposición, se corre el riesgo de romper la atmósfera que crea la escena, aunque en otros casos se muestra la improvisación, la parte instintiva, y entonces se tienen buenos momentos.
Quizás hubo un pequeño momento de eso anoche durante el último día de homenaje a la cantautora tamaulipeca Blanca Pulido Ramírez, que cerró con su concierto junto al joven grupo los Jilgueros de Altamira.
La velada transcurrió entre políticos, activistas y sociedad civil, la homenajeada encabezó la tercera noche de los eventos organizados en su honor como exponente de la música huasteca y promotora del arte local.