Brian Lynch: He tocado salsa y jazz, pero vivo para mi música

El jazzista estadunidense, elegido como el mejor trompetista del año y que ha tocado con músicos comoEddie Palmieri o Héctor Lavoe, dio un concierto electrizante en elJalisco Jazz Festival.

Su nuevo matereial, 'Madera Latino: A Latin Jazz Interpretation of the Music of Woody Shaw', fue elegido el disco del año.
Editorial Milenio
Guadalajara /

Ayer en la tarde la temperatura en Guadalajara alcanzaba los 29 grados, pero en Plaza Universidad el termómetro debe haber subido unos cuantos grados más. La presentación del trompetista Brian Lynch y su cuarteto en el Jalisco Jazz Festival resultó en una candente sesión de trabajo conjunto que dejó al público en un estado de euforia y a los músicos sudorosos.

Cómplice desde hace varios años del proyecto educativo organizado por Fundación Tónica para difundir el jazz en Guadalajara y zonas aledañas, Lynch mostraba una gran sonrisa al bajar del escenario para tomar un respiro. El pasado 6 de junio recibió dos premios de la Asociación de Periodistas de Jazz, con sede en Nueva York, como mejor trompetista del año, mientras que Madera Latino: A Latin Jazz Interpretation of the Music of Woody Shaw fue elegido el disco del año.

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[OBJECT]En entrevista para MILENIO, Lynch afirma que se siente muy orgulloso de Madera Latino, “no únicamente por mí, sino por lo que todos hicieron. Obtener reconocimiento por ese disco es grandioso, pero si también me quieren dar el premio como el mejor trompetista, ¡lo tomo! Hay tantos trompetistas grandiosos, pero supongo que es un reconocimiento por el trabajo que has desarrollado a lo largo del año”.

Lynch tuvo la fortuna de conocer a Woody Shaw, uno de los gigantes de la trompeta, quien falleció a los 44 años. “Lo vi en varias ocasiones y llegué a conocerlo un poco en Nueva York, antes de que yo me mudara allá. Mis dos grandes héroes en la trompeta fueron él y Freddie Hubbard. A Freddie pude conocerlo más, pero también tuve relación con Woody”.

En su música, Brian tiene una fuerte inclinación por la música latina y entre sus trompetistas favoritos en ese terreno destaca, “por su linaje en el instrumento, obviamente a los cubanos Félix Chapotín y Alfredo Chocolate Armenteros. Me gustan también los más modernos; uno de los trompetistas cubanos que más me gustan se llama Julio Padrón. Escucho a músicos de esa tradición, como en el jazz oigo a Clifford Brown o Fats Navarro”.


—¿Cuándo te picó el mosco de la música latina?

[OBJECT]Bastante joven, cuando estaba en mi ciudad, Milwaukee, y estaba en una banda que tocaba jazz latino, pero también mucha salsa. Ese fue un buen entrenamiento. Cuando llegué a Nueva York me acomodé muy bien con las bandas de salsa, al mismo tiempo que seguía mi carrera en el jazz. Empecé con la banda de Ángel Canales y luego toqué como durante cinco años con Héctor Lavoe, con quien viajé por toda América Latina y Estados Unidos y, de manera regular, tocábamos en Nueva York. Después me fui con el maestro Eddie Palmieri, uno de los músicos más importantes en mi vida musical. Ha tenido un gran impacto en la música latina y el jazz, es uno de los grandes y además todavía está muy fuerte y activo. Es auténtico, pero a la vez es un innovador.

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—Tu colaboración con el maestro en Simpático recibió un Grammy en el 2006 como mejor álbum de jazz latino. ¿Cuál es la historia detrás del disco?

Quise hacer un disco por mi cuenta a través de Artist Share, una plataforma en la que la gente colabora con donativos. Fue la primera vez que reuní el dinero por mi cuenta e hice las veces de productor. Hablé en algún momento sobre el disco con el maestro para que colaborara, así que escribimos algunas canciones juntos y otras cada uno por nuestra cuenta. Resultó una experiencia sorprendente: para mí fue mi primer Grammy y creo que el noveno para el maestro.

[La enseñanza ayuda a mantenerte en forma, considera el trompetista. Foto: Xavier Quirarte]


—Muchos años antes estuviste en los Jazz Messengers de Art Blakey. ¿Cómo fue esa experiencia?

Muy similar, también me sentía en casa. He tocado mucho más tiempo con Eddie, obviamente, y nuestra relación ha sido más cercana, pero tocar con Art Blakey era uno de mis sueños, así que estar en su banda fue hacerlo realidad. También era una gran persona: me encantaba andar con él, era muy real, muy humano y divertido. Una gran experiencia.


—¿Cómo te sientes actualmente?

Me siento bien de que, en esta etapa de mi vida, a los 60 años, cuento con todas mis capacidades. La enseñanza ayuda a mantenerte en forma, porque mientras das clases repasas tus propias cosas. Todavía tengo ideas en la cabeza sobre la manera en la que podría tocar y que tengo que lograr. Siento que todavía puedo trabajar al respecto. Me gusta tocar en diversas situaciones, pero más que nada adoro tocar mi propia música. Vivo para tocar mi música. Mi deseo sería tener la habilidad para hacer eso con mayor frecuencia, porque siento que donde realmente me puedo expresar yo mismo es tocando mi música.


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