En siglos pasados, entre el XIV y el XVII ser mujer era todavía más peligroso que en la actualidad, porque además de tener que cuidarse de la violencia machista que por siglos ha acompañado a nuestro sexo, corría el constante peligro de, por cualquier comportamiento que transgrediera las normas de la sociedad femeninas de aquel entonces, ser tachadas de brujas, perseguidas, enjuiciadas y asesinadas por practicar "la magia negra".
Un caso muy sonado y del que casi cualquier persona tiene referencia, es el de las brujas de Salem, ciudad en el actual estado de Massachusetts, Estados Unidos en la que se llevaron acabo juicios de brujería entre los años 1692 y 1693 y en el que cerca de 20 mujeres inocentes fueron condenadas a muerte tras las acusaciones en su contra basadas en chismorreos y rumores.
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Las acusaciones principales relataban historias de posesión demoníaca, sin embargo, la descripción de las señales de ésta, referidas a las primeras sentenciadas, Betty Parris y Abigail Williams, hija y sobrina del reverendo Samuel Parris, de 9 y 11 años respectivamente, parecen la descripción de los síntomas de una rara enfermedad.
"Sus extremidades se contraían y martirizadas de tal manera... sus brazos, cuellos y espaldas giraban hacia aquí y hacia allá y otra vez. Sus bocas dejaban de moverse y sus gargantas de ahogaban; sufrían ataques de dolor", era la descripción de los supuestos síntomas de posesión relatados en aquel entonces, según recoge la BBC, lo que se puede traducir como que su habla era confusa y sus extremidades sufrían contorsiones.
Por su puesto, en años recientes, en siglos más desapegados a las supersticiones y más creyentes de la ciencia, algunos estudiosos han tratado de encontrar una explicación lógica para los síntomas que supuestamente presentaban las primeras dos condenadas, y que pudieron ser reales.
Una de las primeras hipótesis, propuesta en 1976 por Linnda Caporael en la revista Science es que quizá estos fueron causados por la ingesta accidental de hongos de centeno, que causan ergotismo convulsivo, que se caracteriza por espasmos musculares y alucinaciones, sin embargo, más adelante se descartó la ida pues no hay indicios de que las niñas hayan padecido otras señales de envenenamiento por este hongo.
Sin embargo, una teoría más reciente,publicada por el neurólogo Michael Zandi y su estudiante, Johnny Tam en el Journal of Neurology sugiere que lo que pudo causar estos síntomas es un trastorno conocido como encefalitis abti- NMDAR.
Los síntomas que produce, en un paciente promedio serían una enfermedad parecida a la gripe que daría paso a alucinaciones y obsesiones divinas o demoníacas seguidas de paranoia e insomnio. Además, está presente la repetición de palabras, pérdida del habla, convulsiones, extremidades retorcidas y extraños y repetitivos movimientos de la boca y lengua.
El paciente, según explica la BBC, suda, babea, gruñe y hace muecas, luego se vuelve catatónico y finalmente, comatoso. Esta variedad de síntomas provocaba que en el pasado fueran diagnosticados como histéricos y neuróticos, y encerrados en manicomios.
Sin embargo, ahora se sabe que este trastorno neurológico está causado por un anticuerpo que reacciona contra los receptores NMDA, que son responsables de la transmisión de señales a través de las sinápsis del cerebro, y la neuroplasticidad (capacidad del cerebro de adaptarse y cambiar), además del comportamiento, el aprendizaje y la memoria.
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Este trastorno podría estar, a su vez, causado por un tumor ovárico llamado teratoma, una masa de carne que puede contener pelo, dientes y otros huesos, y que puede causar la respuesta autoinmune que desencadena la encefalitis. Los enfermos casi simepre se curan cuando el tumor es extirpado, o en caso de ser causado por otra cosa, se aplica un tratamiento para suprimir el sistema inmunitario.
Por supuesto, las posibilidades de que ambas niñas hayan padecido la misma enfermedad pone en entredicho la teoría, que, a pesar de la coincidencia en los síntomas parece algo improbable, pero Zandi, señala que algunas veces estas condiciones son hereditarias, y al ser familia es posible que ambas la padecieran.
Esta hipótesis se suma a algunas otras como la ingesta de una planta psicoactiva conocida como La Trampa del Diablo, o la encefalitis letárgica, un trastorno del sueño.
¿Cómo acabó la historia de las brujas de Salem?
El juicio de las primas trajo consigo la acusación de cinco niñas más, que terminaron por ser condenadas a muerte. Esto provocó la histeria del pueblo y también la oportunidad de usar una acusación de brujería como venganza o con otros objetivos.
Un ejemplo de esto es el caso de Martha Corey, que, a pesar de ser una fiel creyente religiosa y devota de la iglesia, además de mostrar amabilidad con todo el mundo, fue acusada por dos adolescentes de brujería por mantenerse firme en la creencia de que las acusaciones a las otras mujeres eran falsas, y de que las brujas no existían. Su juicio se convirtió en un circo, y las jóvenes que la acusaban imitaron sus movimientos para hacer creer a la audiencia que estaban siendo controladas por Corey.
La mujer fue sentenciada a la horca y más adelante, también su marido, acusado del mismo delito tras defenderla en el juicio.
Hacia 1693, había más de 150 mujeres encarceladas, que finalmente fueron liberadas, pues el gobernador de la época reemplazó a los jueces y dio la instrucción de no tomar por ciertas acusaciones sin fundamentos, no sin antes haber ahorcado a 20 más, sin pruebas suficientes.
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