Buffalo Bill, creador de la leyenda del salvaje Oeste

William Frederick Cody, el explorador más famoso de la historia estadunidense, cazador de búfalos y expedicionario del ejército de EU.

Este 10 de enero se cumple el aniversario de su fallecimiento.
DPA
Cody, Estados Unidos /

William Cody vivió de primera mano la conquista del Oeste americano como explorador, cazador de búfalos y combatiente contra los indios. Sus recuerdos los plasmó transformado en Buffalo Bill en un espectáculo legendario que ha dado forma hasta hoy a la imagen que el mundo tiene de aquellos tiempos.

Indígenas semidesnudos danzan dando pasos firmes con el torso inclinado, con plumas que adornan sus cabezas. Cowboys enfundados en pantalones de peto dominan con sus lazos y pericia a los caballos salvajes. Un hombre de barba blanca saluda sacándose el sombrero, de las mangas de su chaqueta de cuero cuelgan flecos: se trata de Buffalo Bill, “el explorador más famoso de la historia estadunidense, ídolo de la joven América”, como se afirma en un documento fílmico de 1908. Bienvenidos al salvaje Oeste.

En realidad, el organizador de shows sobre el salvaje Oeste, cazador de búfalos y explorador del Ejército de Estados Unidos, considerado un héroe de los años de los pioneros en Norteamérica, se llamaba William Frederick Cody. Sin embargo, fue como Buffalo Bill que logró llevar la valiente pero también sangrienta historia de la conquista del Oeste americano al mundo “civilizado”.

Este 10 de enero se cumple el 100 aniversario de la muerte de Buffalo Bill, una figura fundamental para EU, que debe en gran parte al olfato de Cody para el show-business la transmisión de la idea del Lejano Oeste, más tarde retratado en numerosas canciones, libros, películas y obras de teatro.

Hijo de un comerciante y agrimensor y una maestra de escuela, Buffalo Bill nació en 1846 en una cabaña en Iowa y desde chico fue un jinete avezado. Cody se ganó su apodo cuando, por encargo de una sociedad ferroviaria, mató 4 mil 280 bisontes, también conocidos como búfalos, para abastecer a los trabajadores con carne. Junto a sus años como explorador jefe del Ejército de EU, es probable que estas experiencias le hayan aportado a Cody las ideas para sus shows del salvaje Oeste.

“El nacimiento del salvaje Oeste como género exitoso fue en gran parte un producto de la personalidad, la agudeza dramática y el buen timing” de Cody, escribió Paul Fees, ex curador del Buffalo Bill Museum en el estado de Wyoming, donde vivió alguna vez Cody. Los shows del Oeste se volvieron populares hacia 1880 y Cody, que sabía usar a la prensa para sus fines y dominaba el arte de los afiches, se impuso como conocedor y estrella del Oeste, escribió Fees.

El show llamado Buffalo Bill’s Wild West nació después de que Cody liderara la cacería de búfalos de un gran príncipe ruso y organizara para él una “demostración” del salvaje Oeste. Entre 1883 y 1913 contó a millones de personas sus aventuras y la rutina, los combates y la cultura de los años de los pioneros.

El éxito del espectáculo, en el que jinetes competían en carreras de caballos y personajes como la famosa tiradora Annie Oakley impactaban con su puntería, fue abrumador. Incluso el legendario jefe de los sioux Toro Sentado participó durante una temporada en el show, que a su paso por Europa hacia Asia incluso llegó a ser visto por la reina británica Victoria. El público disfrutaba especialmente de las batallas coreografiadas con los habitantes originarios y sus ataques a los fortines o cabañas de los colonos blancos.

A pesar de este éxito y las inversiones de Cody en ganado, minería y construcción de ciudades, la industria del cine y el turismo, la mayoría de sus negocios no dieron mucho dinero mientras vivía. Cody se separó de su esposa y sólo sobrevivieron dos de sus cuatro hijos. Películas, novelas y series de tv como Bonanza se basaron en la figura de Cody. Incluso el equipo de fútbol americano de los Buffalo Bills de Nueva York le debe su nombre al famoso jinete.

Hasta su muerte en 1917, Cody fue testigo de cómo la tierra casi virgen que había conocido era cercada, se construían vías de ferrocaril, se diezmaban manadas de bisontes y los indígenas eran apartados en reservas. Quizá por eso fue siempre un hombre más bien solitario, como se afirma en una grabación histórica de 1908: “Durante mucho tiempo fue costumbre del viejo explorador retirarse en las noches estrelladas por unas horas al aire libre, solo”.

LAS MÁS VISTAS