Babken Vardyan, la música está en su ADN

Desde pequeño, con influencia de su madre, se nutrió de notas e instrumentos como el violín y la viola; así salió de Armenia a grandes teatros y un destino llamado Torreón.

Babken Vardyan inició desde los seis años en la música. | Mauricio Román
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

Cuando era pequeño su madre lo incentivó para aprender música así que no fue casualidad que a los seis años comenzara a tocar el violín. Su nombre es Babken Vardyan, nació en Armenia pero al pisar tierras laguneras por un contrato decidió prolongar su estancia en el país, se naturalizó mexicano y atrajo a este nuevo territorio a su familia. 

Del país sabía muy poco pero recuerda que de niño las telenovelas mexicanas causaban furor en la URSS y en las historias de amor romántico que siempre presentaba a Acapulco como un paradisíaco puerto, así que pensaba que México era eminentemente tropical. 

A los trece años lo invitaron a viajar a Estados Unidos y fue la primera vez que salió de su patria.

“A México llego por mi maestro en Armenia que actualmente trabaja en la Orquesta Sinfónica de Chihuahua. Fue por medio de su recomendación al maestro Ramón Shade, quien me invitó a Torreón. Toco la viola y el 15 de septiembre cumplí en la Camerata de Coahuila diecisiete años”. 

Sus tíos maternos eran trompetistas y su madre pianista profesional. Y aunque asegura que a los seis años es improbable que se sepa con certeza que se querrá al ser grande, a él se le dio la música con gran facilidad. 

“A esa edad quieres ser bombero, policía, no sé, ni recuerdo qué quería porque era tan automático todo esto que al vivir dentro de ese ambiente musical luego te das cuenta que vas hacia ese rumbo. Mi mamá fue una gran influencia en mi vida y como mis tíos trabajaban en el Teatro de Ópera me llevaban casi siempre".

“A otros niños los dejaban con la abuela pero a mí me llevaban a la ópera, a la fosa de la orquesta y yo sentadito al lado de mis tíos escuchando la ópera o un ballet, siempre desde abajo mirando hacia arriba. Desde chiquito entró la música en el ADN. A los seis empecé con el violín porque en mi época la cosa era que tú ibas al violín primero. De todas formas yo no sabía entonces que tocaría la viola”. 

Fue en 1989 cuando en su país se constituyó una orquesta juvenil integrada por menores de 10 a 17 años. Uno de sus tíos le comentó que leyó la noticia en el periódico y le dijo que se preparara para audicionar. 

Babken Vardyan tenía once años cuando por vez primera ingresó a una orquesta como violinista y dos años después de dar conciertos en el país, en 1991, año en que se concretó la independencia de Armenia de la URSS, el 21 de septiembre viajó a Estados Unidos. 

“Acaban de celebrar el 30 aniversario de la independencia de Armenia pero en esos tiempos era muy difícil poder salir del país y entonces nos dicen que tenemos una gira a los Estados Unidos. A los trece años tenía ya ocho años con el violín".

“Fuimos a New York, tuvimos dos conciertos. Tocamos en Lincoln Center y eso fue una experiencia inolvidable, maravillosa porque hasta hay músicos muy grandes que no llegan a estar ahí. El segundo concierto fue en Washington, en la sala de la ONU. Como nos invitaron como Unión Armenia, la comunidad armenia de New York, pero de parte de la iglesia armenia, ahí fue que me bautizaron en una iglesia, San Vartan”. 

 A pesar de que tuvo una invitación para quedarse en los Estados Unidos y estudiar en la Academia Juilliard, Babken volvió a casa. Ocho años en la escuela musical, cuatro en colegio musical, donde cambió el violín por la viola. La viola le abrió la puerta al Teatro de Ópera a los quince años y llegó a ser el principal de la sección. 

Babken Vardyan aprendió a amar el género y con Otelo de Verdi tuvo la oportunidad de viajar a España en gira, donde audicionó para una orquesta que lo aceptó, pero le faltaba un año para concluir sus estudios como maestro de viola, volvió a su país donde además realizó el servicio militar para no ser catalogado como un desertor.

CALE

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