"Estoy abierto a hacer cualquier tipo de sonido que me guste", Carlos Castillo

El chelista de la Camerata de Coahuila ha grabado con el grupo RBD, junto a Natalia Lafourcade y Ximena Sariñana e incluso logró adaptarse para una colaboración con un DJ.

Carlos Castillo, chelista de la Camerata de Coahuila. (Mauricio Román)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila. /

Pensar en el aprendizaje de un instrumento a los dieciocho años es probable, pero no para profesionales, se dice. Y en el caso del chelista Carlos Castillo esa pasión que podría pensarse tardía, lo llevó a la práctica de su instrumento día y noche. 

Al encontrarse con él, dejó todo y se internó en el terreno musical estudiando en la Ciudad de México y ahora al trabajar para la Camerata de Coahuila

“Hago de todo porque con lo que nos enseñan se pueden hacer tantas cosas y estoy abierto a hacer cualquier tipo de sonido que me guste. Soy Carlos Castillo, nací en la ciudad de Chihuahua. Empecé a tocar tarde, a los dieciocho”, dijo. 

 “En mi mundo, la música clásica, el empezar a esa edad es casi como que no, te dicen que si lo vas a agarrar de hobbie está bien pero yo empecé y se me dio como que muy fácil porque mi abuelito era músico, mi papá es pero de trova, otro género totalmente distinto, y yo creo que el haber crecido con tanta música en mi casa era tan natural que cuando la tomé en serio se me dio”, señaló.

Sus estudios

Carlos desde temprana edad fue un chico inquieto, así que asumió el dejar la preparatoria, salir de su casa e ir a estudiar a la Ciudad de México a los veinte años. Con una gran suerte consiguió una beca del FONCA por la cual pudo hacer su carrera profesional como músico

Su sueño infantil de ser médico desapareció cuando pudo tocar el violonchelo. Lo había visto, sabía cómo se escuchaba y ya no pudo parar. En su casa lo odiaron entonces. 

“De ahí pal real he estado en muchos lugares tocando. Estuve en la Orquesta Acapulco, en el DF en varias orquestas de allá, en los Estados Unidos, en España y apenas tengo tres años en La Laguna. Cuando me encontré con el instrumento yo tocaba hasta las tres de la mañana y en la casa me odiaban porque cuando empiezas a tocar suena horrible, a fierros y ahí estaba yo dándole y todos "Ya cállate"”, comentó. 

“Mi papá, híjole, fue lo peor que le pude haber hecho cuando decidí estudiar música y eso que él se dedica a eso. En Chihuahua digamos que los músicos tienen fama de que son bien alcohólicos. Me dijo que me dejaba estudiar pero que no dejara la prepa y fue lo primero que hice, tenía una certeza. Creo que me creyó cuando me vio en una orquesta en Chihuahua y le pedí que me acompañara a rentar un frac porque no tenía. Así me dejó seguir, después hice el Ceneval y desde entonces todo lo que he estudiado es música”, dijo el chelista. 

Carlos Castillo recuerda la invitación que le hicieron de la Camerata de Coahuila para ser parte de ella. Él estaba concluyendo sus estudios en la Escuela Orquesta Carlos Chávez cuando supo que uno de sus amigos había estudiado con una maestra de la orquesta coahuilense. Él le comentó que estaban buscando a un músico extra

“Pedí permiso en la escuela para faltar a clases, vine, conocí al maestro Shade, a los de la orquesta, y me llevé muy bien con todos. Luego me llegó un mensaje de que habría una audición y me dijeron que viniera a competir. Yo todavía estaba estudiando, me faltaban unos seis meses para acabar la licenciatura y pensé en ir para ver qué pasaba. Salí de un concierto en Bellas Artes y me vine en camión a Torreón sin saber. Hice la audición en el Isauro y a la semana me enviaron un correo donde me avisaron que gané”, dijo. 

Un apasionado de la música 

Carlos Castillo adora la música clásica. Pero también experimenta con los sonidos y puede acoplarse con un DJ. En suma hace casi cualquier género musical. 

“Lo que hago con la orquesta es tan profundo, universal y tan íntimo que no podría vivir sin esa parte. En este siglo y en una ciudad con tanta apertura, tienes una propuesta y se te abren las puertas para recibirla. Aquí en la Camerata ya he podido tocar de solista varias veces música clásica”, señaló. 

“Pero luego es con un DJ en un bar o música pop en Ciudad de México porque viajo mucho para allá y grabo con Ximena Sariñana o Natalia Lafourcade. Todo me gusta y no me voy a negar nada… he grabado con RBD”, dijo. 

Afirma que la orquesta en Torreón cobra vida con personas receptivas y solidarias por que lo que uno se propone se concreta.

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