Johanan Eager, de espectador a chelista en la Camerata de Coahuila

Lo que más disfruta de ser músico es que siempre hay constantes retos, nuevas obras y compositores para tocar; “no te aburres, no te estancas y no se vuelve monótono”.

Johanan Eager en su infancia no se imaginaba que estaría frente al público. (Martín Piña)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila. /

Aún conserva en físico aquellos trípticos o libretos con el programa de conciertos de la Camerata de Coahuila, algunos autografiados por solistas del momento o por sus maestros de música. 

Es Johanan Eager, chelista que en su infancia no se imaginaba que estaría frente al público con esta orquesta que fue referente en su proceso profesional. 

El piano sería su primer instrumento por explorar, recuerda mucho aquellas clases semanales donde la maestra de música era su madre.

“Eran momentos especiales. Mi mamá nos daba clases, nos dejaba una tarea o pieza por ensayar y nos calificaba en la siguiente clase. Le tocaba ser la maestra que encargaba tarea y luego era mamá al recordarme lo que tenía que hacer”. 

A sus diez años de edad el violonchelo le hizo guiños y no dudó en tomar sus riendas para frotarlas y producir ese característico sonido que se asemeja a la voz humana, pero no cualquier voz, una que vibra y hace vibrar a quien la escucha

Sus hermanos también recibieron la semilla de la música y cada uno fue siguiendo el camino con diferentes instrumentos musicales, sin embargo, Johanan se enamoró del chelo, desde su figura hasta su finura.

Luego, al paso de los años de estudio su perspectiva ya se enfocaba en aspectos de los chelistas, se convirtió en una esponja que absorbía cada detalle de los profesionales. 

“Siempre me ha gustado mucho el rango del chelo porque puede tocar muy alto y también muy bajo, pero el timbre fue lo que más me atrapó. Al ver a un solista no alcanzas a apreciar todo su virtuosismo, pero sí detectar la dificultad para tocar, su fraseo, el arco, la velocidad, el tono o aspectos que entre más avanzas más aprecias”. 

Considera que tener en La Laguna una orquesta del nivel de la Camerata de Coahuila es todo un privilegio, tanto para los laguneros como para los que comienzan su carrera dentro de la música, al tener la oportunidad de escuchar en vivo a tal calidad de músicos e invitados, que incluso podían conocer y pedirles un autógrafo. 

Voy para tres años en la Camerata y tocar aquí después de ser público es algo difícil de explicar pero definitivamente es algo muy especial”, comparte Eager, quien recuerda también que en su hogar su padre colocaba al alcance los anuncios con la temporada completa

Lo que más disfruta de ser músico es que se trata de un oficio con retos constantes, nuevas pruebas, diferentes obras y compositores

“Lo que me encanta de tocar el chelo y en una orquesta como la Camerata es que constantemente hay cosas nuevas, ya sea un compositor de cierta era, una obra de sinfonía o un concierto; no te aburres, no te estancas y no se vuelve monótono, siempre hay algo fresco, algo vivo”. 

Su formación se dio en orquestas como la Sinfónica Juvenil de Torreón y Ecos del Desierto, en tanto, también empezó a desarrollarse en producción de video y fotografía, pero nunca dejó de lado la música. Estar en otras agrupaciones o en orquestas me forzaba a ensayar y a mantener un nivel”.

¿Ha cambiado el público que asiste a los conciertos de la Camerata de Coahuila? 

Siento que con las redes sociales se ha podido expandir la visibilidad de la orquesta. Hay gente que tiene años acudiendo a los conciertos, pero también te encuentras a personas que es la primera vez que van a una presentación

Creo que todos deberían ir a un concierto por lo menos una vez en la vida, es diferente escuchar música clásica que presenciarlo en vivo, es otra experiencia. Generalmente, la gente que dice que no le gusta este tipo de música es porque no ha probado. 

¿Las oportunidades de desarrollarse en la música han cambiado en La Laguna?

Antes era más difícil porque para aprender un instrumento se requieren maestros, en ese sentido, la Camerata de Coahuila empezó a traer maestros a la región, profesionales que compartieran sus conocimientos. A raíz de eso todo es más accesible y más fácil que algún niño se interese en la música

Un niño puede interesarse en algún instrumento y tomar clases, lo cual siempre será de provecho aunque no te llegues a dedicar a la música. Así como hay quienes meten a sus hijos al deporte, la música les ayuda a estimular áreas como lo físico, lo mental, lo emocional o su coordinación.

EGO

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