Es un don que se puede compartir con los demás: José Antonio Alanís, violinista de la Camerata de Coahuila

Todavía no cumplía los 18 años de edad y ya tenía a sus primeros alumnos en Jalapa, ante quienes buscaba compartir conocimientos y hacer buenas personas.

José Antonio Alanís, violinista de la Camerata de Coahuila. (Martín Piña)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila. /

Para el violinista José Antonio Alanís Carrillo, la vida rodeada de música le dejó el don de la enseñanza, una pasión que disfruta llevar de la mano como músico, buscando siempre que sus alumnos se enamoren de su instrumento, pero sobre todo, a que se desarrollen como buenas personas. 

Nacido en la Ciudad de México, actualmente forma parte de la sección de violines primeros de la Camerata de Coahuila, orquesta que lo recibió hace 14 años y que lo ha impulsado a seguir desarrollando su talento, junto con sus ganas incansables por compartir sus conocimientos y generar frutos en su alumnado. 

Tras cinco años de iniciación musical, a sus 14 años se dio cuenta que no quería ser otra cosa que no fuera ser violinista. Todavía no cumplía los 18 años de edad y Alanís ya tenía a sus primeros alumnos en Jalapa, Veracruz, a quienes compartía su conocimiento en música y desde un inicio buscó ser un profesor diferente.

“Lo importante del alumno es la persona primero, así entienden que todos tienen la capacidad y forman seguridad por creer en ellos. Lo que trabajo con mis alumnos es que se enamoren del instrumento y después que trabajen sobre su capacidad, sin obligarlos a estudiar. Tuve maestros que eran como un jefe, yo trato de ser un guía en el estudio pero también en su persona”. 

Considera que el interés de un principiante en la música se despierta con el juego y concursos, con incentivos y estímulos, con lo cual, es testigo de que es un método efectivo y que ha dado frutos a la mayoría de sus alumnos que se han desarrollado de manera profesional en orquestas, instituciones y en concursos. 

“Es ahí donde realmente se ve que el trabajo que hago como maestro es bueno. Si yo amo la música, a mis alumnos les tengo que enseñar a amarla. Me gusta mucho compartir la facultad que me dieron para poder tocar este instrumento. Si formamos buenas personas serán excelentes músicos o en el oficio que tomen”. 

Surgido de una familia de músicos, su padre le inculcó la importancia de poner atención a todo lo que le rodea. Para el violinista de 44 años de edad, ser músico representa la oportunidad de compartir con un público el resultado de años de estudio, incontables horas de práctica y sin fin de sacrificios, reflejado en cada concierto en el que se deja todo en los escenarios. 

“Es un don que se puede compartir con los demás así como lo hacen los pájaros con su canto que nos regalan. Nosotros como músicos tratamos de hacer lo mejor posible nuestra actividad al momento de ejecutar el instrumento, para tratar de darle el mejor regalo a la gente que te escucha”. 

“Nadie sabe lo que sufre un músico, sin embargo, tiene que hacer como si no pasara nada y ofrecer una presentación privilegiada o perfecta”.

Pasión por el violín

A José Antonio le sobran las razones para haberse fijado en este vibrante instrumento, del cual su dificultad pone a prueba a todo aquel que decida enredarse entre sus cuerdas. En tanto, asegura que el violín siempre destaca por su propio protagonismo y que, por sí sólo, puede enchinar la piel si se toca con destreza. 

“Creo que cada ser humano debe conectarse con el tipo de personalidad que tiene. A mí me gusta ser muy sociable, cariñoso y expresivo, algo que encontré en el violín. Además el violín nunca es opacado por otro instrumento, aunque sólo esté sonando un violín ya es algo delicioso, algo que hace vibrar la piel de la gente por lo expresivo que es, no se diga acompañado”. 

Amante de la música de la época del barroco, José Antonio Alanís comparte que vivió una infancia feliz con la música como complemento perfecto. Recuerda a uno de sus primeros maestros, Cruz Rojas, que le enseñaría a amar la música con un ambiente en la orquesta rodeado de unión, camaradería y ganas de sobresalir

Empezó sus estudios de violín en la Escuela Nacional de Música de la UNAM, donde años más tarde sería el principal de la sección de violines de la Sinfónica de la misma institución y actuaría en diferentes ocasiones. En el año 96 siguió con sus estudios en Veracruz y también ingresó a la Camerata Juvenil de la Secretaría de Educación y Cultura, así como en el Ensamble de la Facultad de la Universidad Veracruzana. Luego fue invitado a la Orquesta Sinfónica de Acapulco con más de 200 conciertos por el país y una gira en Estados Unidos

A partir de septiembre de 2001 fue invitado a participar con la orquesta sinfónica de Aguascalientes y durante tres años se desempeñó en la Sinfónica de Zacatecas. Desde su llegada a La Laguna en 2008 para integrarse a la Camerata de Coahuila, ha impartido clases en el Instituto Tschaikowsky, luego en el Instituto de Música de Coahuila, en el taller de violín en el Teatro Isauro Martínez, así como en la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca

EGO

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.