Las bandas sonoras que dan fuerza de fondo a las acciones o escenas en videojuegos, películas y series, también llamadas “soundtracks”, atraparon al actual corno principal de la Camerata de Coahuila, Juan Antonio Caltzontzin Chan, en especial aquellas donde el sonido del corno sobresalía entre los otros metales de viento.
"Siempre me ha gustado mucho ver películas, pero de pronto empecé a detectar el sonido del corno en los soundtracks. Eso fue una gran motivación para mí porque empecé a decirme que me gustaría mucho tocar ese tipo de solos. Lo que más me atrajo a la música fue escuchar los sonidos de películas. Luego tuve la fortuna de tocar con James Thatcher, uno de los cornistas más sonados en cintas".
Las consolas de videojuegos también forman parte de sus pasatiempos, cuyos juegos cuentan con gran repertorio de bandas sonoras de calidad calificada que mejoran la experiencia al jugar, algo que a Juan lo acercó a las consolas hasta considerarse "gamer".
"Hay ocasiones que estoy en el videojuego o viendo una película y le estoy poniendo más atención a la música. Me han gustado los soundtracks de Batman, Uncharted o Spiderman, por ejemplo", compartió.
El gusto por la música se activó desde su infancia por el ritmo de la salsa y sus trompetas, sin embargo, tocar el instrumento de corno fue una opción que no estaba en sus planes, aunque el destino le tenía preparadas gratas sorpresas.
“Al principio yo iba por trompeta porque me gustaba mucho la música latina como la salsa, además tenía a un amigo que tocaba trombón y trompeta, pero donde inicié me invitaron a probar con el corno francés”.
Quedó maravillado al tener enfrente a este versátil instrumento en aquella escuela de música en su natal Chetumal, Quintana Roo. Lo cautivó su forma cónica y su técnica al tocar, su historia; su sonido pastoso parecido al de la flauta o el oboe, de película.
“Me veré muy ególatra pero a mi parecer, de todos los metales, el sonido del corno francés es de los más bonitos. Lo cónico lo hace escucharse más pastoso, más bonito, de película; aunque tiene la característica de ser más inexacto por los giros que da, por eso tiene un rango para bajar y subir afinación”.
Juan Caltzontzin salió muy joven de su tierra para encaminarse de lleno a la música, con el premio de aprender y de conocer nuevos aires, junto con aquellas enseñanzas consigo que logró captar en sus primeros estudios.
Tener 15 años de edad no fue impedimento para que siguiera el consejo de su madre, quien lo alentó a estudiar fuera de su tierra natal. Su nueva casa sería el municipio de Jalapa, Veracruz, donde cursó la licenciatura en Música con especialidad en Corno Francés o trompa, pariente del cuerno, de los instrumentos de viento más antiguos del mundo.
Tras dos años de iniciación, dos más de preparatorio y cuatro de licenciatura, llegó la hora de emprender el camino profesional, la Camerata de Coahuila su primer reto al norte del país, con el don de la enseñanza en su equipaje para alentar y formar nuevos talentos en el corno francés en La Laguna.
"Al dar clases en escuelas aquí en La Laguna me ha tocado ver que les interesa mucho el corno francés a los alumnos, ya no sólo buscan la trompeta, incluso una alumna lo pedirá de regalo por sus quince años, otro más como regalo de Navidad".
En su experiencia, la huella deja en sus alumnos como maestros de música es indeleble, lo que genera una identidad cultural que permea al darse a conocer en todo el país, con el considerable número de niños y jóvenes laguneros que se acercan a la música luego de escuchar algún concierto, como los que ofrece la Camerata de Coahuila en Torreón, Coahuila.
“Una de las cosas que hace que el mismo Torreón y Coahuila se den a conocer, es la cultura que se está expandiendo. Al igual que te pueden invitar al antro te pueden invitar a un concierto de la Camerata de Coahuila, ahora ves a muchos chavos. Esta orquesta ha dejado escuela, ha dejado difusión cultural”.
¿Cuáles temas son tus favoritos y cuál te gustaría interpretar?
La Sinfonía 5 de Chaikovski, donde eres protagonista de la pieza por un minuto 30 segundos, un solo muy explosivo. También me encanta el Segundo Concierto para Corno de Richard Strauss por su complejidad. Me gustaría mucho tocar una pavana de Maurice Ravel, con un solo que resulta de lo más bonito pero triste y melancólico.
EGO