Martín Lutero, renovador de la Iglesia, aseguraba que “después de la palabra de Dios, el noble arte de la música es el tesoro más grande del mundo”. Bajo este precepto, el tenor Óscar de la Torre y el pianista Sergio Vázquez presentaron el recital Arias sacras en la clausura del Festival Internacional Alfonso Ortiz Tirado (FAOT).
TE RECOMENDAMOS: 'Bufadero', ópera para cuatro cantantes y niño con tos
El tenor, que se ha presentado en México, Estados Unidos y varios países de Europa y Sudamérica, habló en conferencia de prensa sobre la elección de un programa alejado de los éxitos operísticos. “Las obras fueron pensadas para conmemorar los 500 años de la Reforma de Martín Lutero que se celebran en Alemania”, dijo antes de su concierto el cantante mexicano que radica en ese país.
Para el tenor, quien se formó bajo la tutela de maestros como Thomas Thomaschke, Montserrat Caballé y Zeger Vandersteene, “la conexión de la música con Dios siempre va a existir, porque Dios inventó la música. Como decimos en el medio: quien canta música religiosa, canta doble. De una manera espiritual, ya en la propia música está la conexión con Dios, así como a través de los textos y la fe que tenemos todas las personas. Todos creemos en algo. Como recientemente había perdido a mi madre, busqué la manera de paliar mi sufrimiento y me acerqué a una música de corte más espiritual”.
El tenor se alejó de las arias de ópera famosas y de populares canciones mexicanas, para acercarse a la intimidad del oratorio. Tuvo el reto de buscar la manera de “amalgamar, por ejemplo, a un Puccini con un Haydn. Pensé en un programa dedicado a Dios que me conectara espiritualmente y lo diseñé de manera cronológica. Incluí autores como Haydn, Bizet, Gounod, Saint Saëns, Dvorák, Bach y otros, con obras que exigen muchos colores para su interpretación, tanto por las épocas como por las diferencias entre los propios compositores”.
Vázquez manifestó su satisfacción de que un cantante opte por elegir un repertorio que se sale de lo común, en lugar de esos recitales que son, dijo, “casi a destajo, porque se cantan las mismas obras de siempre. Para mí es muy refrescante poder tocar un recital con música religiosa porque se hace muy poco. Además se trata de obras tan difíciles como las arias de ópera y es importante tocarlas en concierto para que el público las conozca”.
Luego de la espiritualidad patente en el recital de De la Torre y Vázquez, el FAOT volvió a tierra firma, aunque en compañía de ángeles, si se nos permite la contradicción. En un gesto de complacencia, se dio paso a la presentación de Los Ángeles Azules en la Plaza de Armas. El grupo que, en peligro de desaparecer, revivió gracias al disco Cómo te voy a olvidar, proyecto con estrellas de rock, pop y otros géneros, más un disco acompañado por una sinfónica, congregó tanto público que obligó a incrementar las medidas de seguridad.
Acompañados por la Orquesta Sinfónica de Sonora, no volaron tan alto. Simplemente tejieron un fondo musical insulso a partir de la cumbia y su éxito masivo, “El listón de tu pelo”, para acompañar la ingesta de cerveza y otras bebidas no precisamente espirituales. ¡La Orquesta Sinfónica de Sonora, que ni qué, se la pasó bomba!
MRF