Carlos Miguel Prieto toma la llamada desde Miami. “Estoy festejando este regalito porque es algo muy bonito. Este Grammy lo ganamos con la Louisiana Philharmonic Orchestra (LPO) y The Lost Bayou Ramblers”, dice el director de orquesta en entrevista, quien da detalles del premio, otorgado por el álbum Live: Orpheum Theater Nola, grabado en vivo el 15 de enero de 2023.
La categoría conquistada por estas agrupaciones, bajo la batuta de Prieto, fue Mejor grabación de música de raíces regionales. El actual director de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) estuvo al frente de la LPO de 2006 a 2023: “Estuve 17 temporadas con esa agrupación, y la verdad es que es un gran orquesta y una gran ciudad que tiene una multiculturalidad impresionante y que hace que se puedan hacer experimentos musicales muy interesantes, como con The Lost Bayou Ramblers”.
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Sobre la agrupación mencionada, son músicos de la zona oeste de Louisiana, la zona francesa de Estados Unidos, donde se toca con violines, acordeón, banjo, guitarra eléctrica y batería, “y que cuando se canta lo hacen en francés, y en francés antiguo, y eso es por los pobladores. Lo curioso es que esta banda son jóvenes que ya no hablan francés entre ellos, pero cuyos nombres y cuyos orígenes sí son franceses, y cantan en en ese idioma, que además se comunicaron con sus abuelos, que son los últimos en hablar francés antiguo”.
En ese sentido, el trabajo en conjunto entre las dos orquestas fue a través de arreglos musicales para que los ritmos de la orquesta y la banda se fusionaran.
“A veces ese tipo de experimentos salen mal, a veces sale más o menos; en este caso salió muy bien; es decir, salió muy bien porque además hicimos dos conciertos. El primero tuvo un éxito impresionante con el público y decidimos grabar el segundo. Ya hasta había olvidado lo que se había grabado, hasta que me enteré que había sido nominado a los Grammy, y me dije: ‘Qué bien, pero ni de chiste ganamos’. Y resulta que sí, lo que fue motivo de gran orgullo y de gusto: un premio por una labor muy bonita de 17 años frente a una orquesta.
¿Qué le deja esas colaboraciones o experimentos musicales?
Yo cuando hago experimentos con grupos de música que no conozco, siempre crezco. No quiere decir que necesariamente me vaya a volver un experto en eso, sino que cuando empecé a hacer conciertos con personas que tocan jazz , que tocan música jarocha, en Veracruz, o con personas que tocan mariachi o lo que sea, para mí siempre es motivo de aprender musicalmente y crecer.
Así pasó en esta ocasión, porque además soy una persona que tiene mucho interés de aprender historia; aquí aprendí sobre una zona muy importante de Estados Unidos. ¿Cuál es esa? La influencia de la inmigración francesa, que llegó a Louisiana vía Canadá: un grupo fuerte de campesinos se va de Francia por un problema económico grande, emigran a Canadá, fundan lo que se conoce ahora como Quebec; pero algunos no pueden con el clima y se van al calorcito del Golfo y llegan a Louisiana. Esos inmigrantes hablaban francés, tocaban una música peculiar y se juntaron con personas que tocaban música celta, con violines estilo irlandés, y también con una población afrocaribeña, así que esa mezcolanza, que dio una cocina extraordinaria, también dio una música maravillosa. Me dejó un aprendizaje grandísimo, además de muchísimo disfrute.
¿Cómo recibe la noticia de la nominación y luego el triunfo?
Con un profundo gusto por la orquesta y también por estos chavos de esta banda, porque son muy buenos músicos, y el hecho que se premie con una cosa como los Grammy, en los que uno da por sentado que Taylor Swift va a ganar 25 estatuillas, pues que se acuerden de una orquesta es único, con un grado de hasta ironía, como diciendo: ‘Es el momento que más cerca estaré de Taylor Swift en mi vida’ (ríe).
¿Ha podido hablar con los músicos?
Con algunos sí, sobre todo con los que llevan más tiempo en la orquesta, porque en general, quienes han vivido años difíciles —porque los hubo— valoran mucho este tipo de cosas. Cuando yo empecé con la orquesta de esa ciudad, ambas habían sido destruidas por el Huracán Katrina, y eso, cuando miras hacia adelante unos años después y ganas un Grammy, tiene todavía más valor; con ellos fue con los primeros con quien lo compartí, con quienes estuvieron cuando la cosa estaba muy fea.
Con la Orquesta Sinfónica de Minería ganó hace unos meses el Latin Grammy; ahora con LPO el Grammy. ¿Qué le dice eso?
Que algo se está haciendo bien, y también me dice que hay que seguir trabajando con humildad porque una cosa son los premios, pero otra el trabajo de todos los días; sí me da mucho gusto, aunque no es un factor de estacionamiento mental. Yo creo que en la vida saber valorar los éxitos es muy importante, y eso es algo que tengo que saber hacer, porque tiendo a no creérmela. Es algo compartido con dos orquestas que adoro, así que no sólo me la creo sino que abrazo la noticia junto a estas dos grandes organizaciones.
Más allá de lo clásico
Carlos Miguel Prieto, el actual director de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), comenta que entre las próximas actividades de la agrupación se encuentran la del domingo 18 de febrero a las 20:00 horas en el Pepsi Center, donde “habrá un concierto muy loco”, con versiones sinfónicas de la música de Iron Maiden.
Mientras que del 21 al 31 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, la OSM acompañará a la directora Alondra de Parra y a Gabriela Muñoz “Chula the Clown” en Silence of Sound, una puesta en escena sobre el gran viaje del ser humano, a través de imaginar, amar, doler, todo ello con las notas de pieza sinfónicas de Debussy, Stravinsky y Brahms, entre otros.
Finalmente, para junio, “somos una de las orquestas residentes en el festival Bravo! Vail, en Colorado, lo que es un honor”, concluye el músico.
jk