Hace una semana, Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954) daba un seminario en la universidad donde trabaja, en Nueva York, sobre la escritora Inés Arredondo (1928-1989) pero nunca imaginó que días después ganaría el galardón que lleva el nombre de la autora sinaloense.
En entrevista con MILENIO desde Nueva York, la poeta, novelista y dramaturga habla del Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2023 y del poder de las mujeres en la literatura.
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¿Cómo te sientes con el reconocimiento?
Contenta y muy conmovida porque le tengo una enorme admiración a Inés Arredondo. De hecho, la semana pasada nos tocó trabajar con ella, tenerla de autora en el seminario que doy aquí en la universidad y volví a ella otra vez. La he releído mil veces, pero coincidió con el diálogo también con los alumnos. Fue como si Inés Arredondo estuviese escribiendo en ese momento, fue una sesión de seminario muy intensa y después recibí la noticia del premio, es algo muy especial.
Casi mágico, ¿no crees?
Sí, casi mágico, porque hay magia blanca y magia negra. Fue algo rarísimo. Pero no soy escritora para ganar premios, esto no es un torneo de brazadas, es un oficio que escapa a esa competencia pero claro que son bienvenidos, sobre todo cuando provienen de la magia negra (risas).
¿Es el momento cumbre de una extensa carrera?
Seguramente por eso es que decidieron dármelo a mí, bueno, y por la edad, porque tengo muchísimos años escribiendo. Empecé a hacerlo a los 15 años; publiqué mi primer poema cuando tenía 21 y desde entonces no he dejado de escribir, no he perdido el vicio, un vicio muy rico y muy generador de apetitos, no solamente literarios, también de preguntas de muchas cosas de nuestra condición humana, de la manera en qué funcionan las cosas en la Tierra.
"Siempre es una fuente de preguntas y escribir, además, es un oficio, pues la lengua es indomable y siempre se está renovando, tiene cualidades que escapan a lo gramático. La gramática misma es difícil, es como un barco en el que estamos todos y al mismo tiempo es muy difícil de abordar; somos los pasajeros, los capitanes y el mar rebelde, con eso trabajamos y todo eso lo hace un oficio muy rico".
¿Qué admiras de la obra de Inés Arredondo?
Esta cosa indescifrable que hay en Inés, esos cuentos felizmente bien hechos, bien escritos, bien armados, todos ellos con la sombra o con la luz de un dolor inmenso y de una turbulencia grandísima. Es una autora en un sentido milagrosa porque trabaja por lo más doloroso sin que eso lastime la feliz maquinaria de su narrativa sino todo lo contrario, la alimenta. Es una autora muy especial que admiro.
¿Crees que ya se reconoce más a las escritoras?
Siempre ha habido muchas mujeres que han ejercido el oficio de escribir, pero había una regla no escrita de que solo se podía una mujer o dos, excepciones porque era un juego de varones, un club de Toby, pero ya no lo es. Se está viendo la cantidad de escritoras que practican el oficio y que tienen recepción.
"Si mi generación nació alimentada por aquella segunda ola de feminismo tan fuerte de los 60 y 70, ahora es otra generación que ha llegado con la marabunta de la nueva ola de feminismo, ganando un espacio que yo creo que las mujeres lo han tenido siempre. Incluso el canon literario se ha estado reformulando, incluyendo mujeres que siempre eran consideradas figuras marginales o excepcionales y ya no se piensa así".
Este premio ha sido entregado a Pura López Colomé, Tedi López Mills, Beatriz Espejo y Cristina Pacheco.
¿Qué opinas de que los estilos de todas las ganadoras sean tan diferentes?
Eso también explica algo que a Inés Arredondo le gustaría escuchar y decir: no se puede hacer una división de escritura de mujeres como si fuese una parte. ¿Por qué? Porque cada mujer escribe diferente, no estamos condenadas a escribir de las faldas, estamos condenadas a escribir, cada una de nosotras, de nuestras diferencias y lo muestra muy bien el premio.
"Son voces y actitudes completamente distintas, diferentes hacia la literatura y esto explica la riqueza, la versatilidad y la fuerza de la escritura de la mitad de la humanidad, porque las mujeres son el 51 por ciento de los humanos".
¿Qué estás escribiendo actualmente?
Estoy batallando con algo que creo que es una novela, llevo ya 26 libretas, todavía no tengo la versión definitiva. Es muy complicada, muy divertida y espero que quede y que sea publicable y allá voy.
"Además he tenido una racha en que he dado algunas conferencias de temas que me han interesado, la última fue en Seúl y la llamé “¿Sor Juana pensó en Corea?” Y hablé de la importancia de la relación que tuvo México con ese lado del planeta. También doy seminarios en Macaulay Honors Collegede la Universidad de la Ciudad de Nueva York y me invento cada semestre algo distinto y me invento cada semestre algo distinto".
Entonces, ¿vives en Nueva York?
No, trabajo en Nueva York y vivo en México, esa es mi teoría. Voy y vengo, pero en el último mes estuve en cuatro países diferentes. Así es un poquito la vida del escritor, somos peregrinos, pero mi pasión es leer y mi obsesión es escribir.
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