“Aún tenemos grandes mitos sobre la edición fotográfica”: Carolina Arteaga

“Uso técnicas experimentales y la creación de nuevas realidades a través del montaje de imágenes y su intervención de elementos físicos y elementos digitales explorando la relación entre el cuerpo y el entorno digital, es una forma contemporánea de ver al surrealismo”, dice Carolina Arteaga a MILENIO.

La artista visual está celebrando 20 años de carrera, en los cuales calles, galerías, teatros y museos han sido su escenario de presentación de un trabajo en el que la imagen es clave y que ahora se nutre también de la inteligencia artificial.

Dice que toma fotos de los espacios que habita y que los autorretratos que realiza son un recurso porque ha tenido malas experiencias con modelos: “Entonces me retrato como un juego, pero no se trata de mí, hago un montaje entre dos o tres fotografías y las intervengo con 10 por ciento de inteligencia artificial, realizando el mismo ejercicio de introspección, pero con el prompt. En otros casos intervengo la foto y el video con animación.

“Todavía tenemos grandes mitos sobre la edición, sobre no alterar las imágenes. Espero que las críticas las digan creadores sin cámara, porque teniendo una te das cuenta de que la edición viene desde el encuadre al momento de disparar, desde la selección de imágenes con las que se trabajará, y ya no digas alguna intervención, hay diversas formas de ver la imagen fotográfica. Hoy día sigue la crítica de intervenir la imagen de foto o video con dibujo, animación y no se diga la inteligencia artificial”, plantea.

Una manera de acercarse a su trabajo es a través de su visión en las tres exposiciones que ha presentado este año, una de ellas retrospectiva e individual (que se presentó en dos espacios en diferentes momentos) y dos colectivas en las que se dejan ver sus influencias y pasiones.

Surrealismo y abstracto

“La relación entre surrealismo y yo es la exploración onírica e irreal que quiere cuestionar nuestra presencia, yo no lo veo como un sueño, sino como otra realidad”, sostiene la artista.

Man Ray y René Magritte son su fuente de inspiración y se remonta a una anécdota alrededor del año 1990: “Un querido amigo del Molinito me regaló una litografía que yo miraba con emoción en un librero. Sentí amor infinito en ese obsequio, desde ese entonces la tengo colgada en mi casa. Es una imagen de Man Ray, atrás dice Desnudo, nudo, 1929, y aunque la imagen no se llama así, ese fue el nombre de mi primer proyecto independiente de videodanza, Desnúdo Núdo Nú o el erótico arte de pensar al otro, por ahí de 2007”.

Carolina fue parte de la exposición Surrealismo y abstracto, en la Fundación Sebastian que celebró los 100 años de la publicación del Manifiesto del Surrealismo de André Bretón. La artista cuenta que este espacio se caracteriza por albergar a artistas de alto nivel tanto nacionales como internacionales.

Sobre esta exhibición y la prevalencia de esta corriente entre los artistas de hoy, Carolina dice: “Aunque hay líneas que nos igualan por la misma naturaleza creativa, pues la imagen parte de ser creadora de nuevos mundos, no hay artistas surrealistas hoy día porque esto responde a una razón de época. Sí nos han influenciado y seguimos teniendo elementos conceptuales, pero las técnicas han ido cambiando por los avances tecnológicos, la fotografía y el video, siempre ha pertenecido a un nuevo arte por devenir luz de un aparato.

Ella se identifica con el surrealismo por la creación de mundos “no sé si deseables, pero irracionales como los sueños. Los míos devienen de la realidad, de montajes y de intervención y exploración con diferentes técnicas sin miedo al error, porque no hay error, ni ensayos, y el atrevimiento del artista es como decidir aventarse al abismo, pero antes de saltar, ya estábamos en el abismo, solo cambiamos de perspectiva”.

La región más transparente

Esta exhibición de fotografía en la Casa de Cultura del Periodista también aludió al surrealismo.

“La invitación fue para presentar fotografías, miradas surrealistas de la Ciudad de México, fue una exposición colectiva con alrededor de 25 fotógrafas profesionales y no fotógrafos. Colaboré con una narrativa que retrata una calle privada en Azcapotzalco, un punto de fuga extraordinario, y una selección de la serie de la Casa en el Centro, intervenida con dibujo. Ambas tienen video.

Esta una de las obras que presentó la artista en esa muestra:

Siendo ella misma

En cuanto a las exposiciones individuales, en mayo presentó una retrospectiva en la Casa de Cultura de Azcapotzalco (que posteriormente se presentó en el bar Los Insurgentes) para conmemorar justamente sus 20 años de trayectoria.

Incluyó fotografía, video, libros, fotolibros, videoperformance (un género en el que se desenvuelve naturalmente) así como una nueva serie de fotografías con inteligencia artificial, un campo fértil que ha hallado para expresarse.

Carolina comenta que el recinto publicó un catálogo con los artistas que se han presentado ahí. Ahora, gracias a este registro, ella comparte espacio con un personaje trascendental en el arte, especialmente el surrealista. Es nada menos que Leonora Carrington, y está feliz con el resultado.

La hoja de sala de esa retrospectiva fue escrita por Guillermo Fadanelli, aquí un extracto que revela la esencia del trabajo de Carolina:

“Sería absurdo negar la existencia de la soledad, pero es indudable que en todo momento somos o formamos parte de un paisaje. Carolina Arteaga parece tener consciencia de ello y habita de una manera confortable esos paisajes, ya sean subjetivos o circunstanciales, ya sean físicos o artificiales. Se apropia del espacio que la rodea y también de los que inventa a partir de la tecnología o de la creación artificial. Ella es el centro de su obra pero se trata sólo de un juego artístico: es ella transmutada en imaginación, color y exhibición misteriosa”, escribió Fadanelli.

El curador Víctor López, de la exposición de Surrealismo y abstracción, también tiene una interpretación de la obra de Carolina en cuanto a la fotografía, le dijo que ella es la nueva Man Ray: “Esto fue porque en esa expo había 99 por ciento de pintores, y dijo que no hay fotógrafos con este tipo de mirada, parece que era la única fotógrafa entre pintores, y por eso me dijo la nueva Man Ray, pero soy la nueva Carolina Arteaga”.

Ella declara que el comentario de López es un gran honor, sin embargo, “no me gusta la comparación ni la posición de parecerme a un hombre, pues me coloca bajo su sombra. Yo me parezco a Carolina Arteaga, me he esforzado mucho y me he abierto camino por mí misma”.

BSMM