Ciudad Madero se prepara desde ahora para la celebración de lo que será su primer centenario el próximo año, un municipio que tiene su origen en su fundadora doña Cecilia Villarreal, quien llegó a vivir en la margen izquierda del río Pánuco en 1807 hasta su muerte en 1844.
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Mujer tenaz y de gran visión que vio en su propiedad una oportunidad de generar economía siendo un espacio de cruce hacia el lado veracruzano, además espacio de descanso y recreación para algunos otros que venían de lugares lejanos.
De acuerdo con escritos históricos, se indica que la casa de Doña Cecilia era conocida como la “Casa de la teja”, amplia y bastante cómoda, la cual fue testigo mudo del combate entre las tropas mexicanas y el ejército español enviado por la corona para reconquistar México, objetivo que claudicaron en 1829.
Sería con la instalación de las refinerías, que lo conocido como Villa Cecilia tres años después elevara su rango a municipio con asentamientos importantes en La Barra, la colonia Tinaco, la Galeana y Árbol Grande, sitios en que se construyeron las primeras casas a base de madera.
Primeras colonias junto al río
Los primeros asentamientos que se establecen en Villa Cecilia, hoy Ciudad Madero, por el año 1900 se dan en los alrededores de las refinerías como la Waters Pierce Oil Company y la Compañía Mexicana del Petróleo “El Águila”, ubicándose los más importantes en la periferia de la actual colonia Tinaco, alrededor de la plaza Galeana que era considerada el centro comercial de aquella época.
Las casas en su mayoría eran de madera pues será hasta 1940 cuando empiecen a construirse de concreto, lo cual ocurre posterior a la expropiación petrolera cuando ya existía mayor poder adquisitivo, indica la cronista maderense Carolina Infante.
“La mayoría de estas casas eran a dos aguas, casi todas con un corredor y en alto, pues los propietarios conocían que en ciertas épocas del año ante las crecidas del río Pánuco, se registraban salidas de agua en ciertos puntos por lo cual elevaban la altura de sus viviendas para no tener afectaciones”, explica.
Al ser la naciente urbe petrolera un destino para las personas que venían de la huasteca, el pacífico, de la zona del bajío y hasta del norte, no se marcó una tendencia en el estilo arquitectónico, más bien resultó una adaptación de aquellos que existían en sus ciudades de origen, sin embargo, una característica común era que muchas o casi todas se pintaban en color verde oscuro o blanco y en algunas otras la combinación de ambos.
“La mayoría de los habitantes que estamos ahora, nuestros abuelos, bisabuelos venían de otras partes, aquí llegó gente a trabajar, gente dedicada, con el esfuerzo de la prosperidad… Ciudad Madero nace de gente que viene de otros lados, gente trabajadora”, afirma Infante Pacheco.
decir que las colonias La Barra, Galena, Tinaco y Árbol Grande establecidas junto al río Pánuco fueron las que dieron vida a Madero, sin olvidar el conjunto habitacional de refinería donde a los jefes de las compañías petroleras se les construyeron casas tipo americanas con maderas de Inglaterra y EU.